Número de edición 8330
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Del productor al consumidor, una economía de resistencia

Del productor al consumidor, una economía de resistencia.

Se realizó en San Justo el lanzamiento de la Red de Almacenes Populares que comercializa productos propios, directos de las cooperativas, a precios bajos y accesibles para los vecinos.

En este “feriazo” organizado por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) se buscó dar visibilidad a las cooperativas nucleadas en la denominada red del “Buen Vivir”.

La movida tuvo lugar en la plaza San Martín de San Justo y Diario NCO dialogó allí con el referente de la CTEP, Juan Tévez, quien se mostró preocupado por la situación actual a nivel nacional y contó cuál es el rol que juegan las organizaciones sociales hoy en nuestro contexto.

“Lo que estamos haciendo es tratar de que los productos de la economía popular lleguen directamente del productor al consumidor” al mismo tiempo que la actividad se enmarcó en lo que llaman “nodos del Buen Vivir”.

Sobre estos sistemas organizados por almacenes populares, Tévez indicó que son 26 en total los que se encuentran funcionando en La Matanza y explicó que los mismos se distribuyen por varias de localidades con actividades muy similares a la de este feriazo.

“Están en Isidro Casanova, Ciudad Evita, San Justo, González Catán, Virrey del Pino y Gregorio de Laferrere; a veces se los encuentra en ferias populares de los barrios y, otras veces, en los espacios comunitarios de las organizaciones”, detalló el referente.

El aguante

La premisa principal desde la CTEP es la de poder ofrecer al vecino precios accesibles, pero, al mismo tiempo, ser una forma de subsistencia de las cooperativas y sus trabajadores autogestionado que se les hace imposible, hoy, competir en el mercado.

Durante la jornada se ofrecieron productos variados como los denominados secos, harinas, artículos de limpieza, verduras, lácteos, etc. Todos provenientes de la producción popular.

La organización gremial entiende que la situación actual es tan difícil para la economía familiar como las cooperativas y por eso esta forma viene a ser una manera en que ambas partes puedan verse beneficiadas y sigan resistiendo.

“Acá hay una relación entre la situación de crisis que tienen los cooperativistas y los trabajadores de la economía popular y la situación de crisis que tiene el laburante y el vecino del barrio”, explicó Tévez.

En este sentido agregó que “antes lo que convocaba(a la CTEP) era organizarse a través del trabajo, pero hoy está todo mucho más focalizado en el acceso a la comida, en el merendero, el comedor y es algo que nos reocupa. Se triplicó la cantidad de pibes que vienen a comer a comer a los espacios comunitarios”.

Crisis social

El salario de los trabajadores ha sido muy golpeado en los últimos años y el consumo cayó enormemente, esto produjo graves consecuencias para las pequeñas empresas lo que se tradujo en el cierre de fábricas y un creciente porcentaje de desempleo.

Muchas de las empresas que fueron vaciándose fueron recuperadas por los propios trabajadores transformándose en lo que conocemos como cooperativas.

“Hoy la CTEP nuclea a 576 cooperativas de trabajo, de cartoneros, carreros, de la construcción, a panificadoras, de productos de limpieza, telares, harinas, yerbas, cooperativa de trabajadores rurales, de lácteos, etcétera”, detalló Tévez.

Sin embargo, una manera de poder palear la difícil situación no solo tiene que ver con esta iniciativa de ferias populares, también lo son los espacios de intercambios que vuelven a tomar un espacio importante.

“Los clubes de los trueques, que era algo que había desaparecido y que mi generación la vivió con mucha angustia,había desaparecido durante mucho tiempo y hoy está siendo masivo.Tanto el ofrecimiento de los comedores como del sistema de trueques o de ferias de intercambio respondea formas que la gente encuentra para tratar de resolver el día a día”, sostuvo.

Un espacio de contención

La actualidad, en este sentido, esta signada por la falta de proyección a futuro que se da por la falta de certezas y de seguridad en el plano laboral que a su vez repercute en muchos aspectos esenciales de la vida.

Por nombrar algunos, nos referimos a contar con obra social, llenar la canasta básica, el acceso a la educación, salud, indumentaria, aspectos que para el referente de la CTEP debilitan el tejido social y que forma un espacio propicio para el desarrollo del crimen organizado.

“Lo hace que el narcotráfico y la delincuencia ingresen es la ruptura del tejido social y el tejido social se rompe cuando se quiebra la estructura de la vida de la familia, del barrio. Si hay alguien que combate eso es la organización comunitaria y popular porque construye vínculos junto a la gente”, resaltó Tévez.

De esta manera, para el gremialista en la sociedad argentina aún se conservan los sentimientos de solidaridad y comunidad que se reflejan es acciones como la que están llevando adelante desde la CTEP, lo que se ve como el cierre de una fábrica se convierte en una cooperativa.

Si una familia no pudo comprar la comida del día, el merendero del barrio va a pasar un plato, si la inflación es imparable y el bolsillo ya no aguanta, se dan estos espacios en donde se paga barato y a su vez se colabora con nuestros pequeños productores.

Hoy la cantidad de cooperativas claramente va en aumento y, aunque el panorama parezca oscuro, queda la esperanza en los lazos que los malos tiempos van formando con fuerza“porque la gente va buscando formas de resolver comunitariamente los problemas de todos los días”.

 

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