Oro Verde: otro de los barrios olvidados por el Intendente. La enumeración de los problemas que sufre esta zona de Virrey del Pino es tan grave como extensa. En unos pocos minutos, las vecinas -todas mujeres, jóvenes madres- que aceptaron nuestra invitación para conocer de primera mano las dificultades que tienen y sus propuestas de solución describieron un panorama tristísimo y preocupante, un ejemplo más del abandono absoluto del Municipio de La Matanza
Por Alejandro Finocchiaro
Elegimos la plaza para charlar. Un espacio amplio, con arboleda añosa, muy bien diseñado, que muestra las consecuencias de la falta de cuidado y el funcionamiento sobre ella de la feria. Una feria que la comunidad necesita para comprar a precios convenientes, pero que podría montarse en otro lugar para no perder el parque.
“Acá a la noche no podés venir, es una boca de lobo”, nos dicen. Y la falta de luz se extiende a todos los barrios de la zona y hasta en la Ruta 3 y en Camino Real. Entre los kilómetros 33 y 35 no hay luminarias en funcionamiento. La oscuridad y la ausencia total de policías llevan la inseguridad a límites intolerables. Inseguridad que se traduce en la imposibilidad de salir cuando oscurece o antes del amanecer. Lo que deja a las familias encerradas en las casas, perdiendo la libertad de deambular, buscar un turno temprano o ir con tranquilidad al trabajo.
El trabajo también es un tema complejo. Muchas de estas mujeres durante la cuarentena perdieron el suyo. Lo mismo le pasó a alguno de los muchachos que, en paralelo a nuestro encuentro, tomaban algo en las gradas de lo que alguna vez fue un anfiteatro. El “Mellizo”, con gorro y camiseta de Almirante, nos contó que la última obra en la que pudo laburar estaba en Retiro. Salía de su casa a las cuatro y media para tomar un colectivo hasta el Km 29 -el nodo de transporte que hicimos en la gestión anterior y ya muestra descuido y falta de mantenimiento-, desde ahí el 96 hasta Constitución y después subte.
Pese a lo que señala el catastro, son pocas las calles asfaltadas, y las que lo tienen están en un estado calamitoso. En Oro Verde hasta las zanjas son un tema pendiente. Una lluvia de cuatro gotas impide la circulación por las calles de tierra, casi todas, y la llegada de los chicos a la escuela. Eso provocó que la línea de colectivos 218 dejara de entrar a algunos barrios, y la única alternativa de transporte es el “bondi trucho” que sí se anima. Se trata de un conjunto de ómnibus que fueron escolares, desvencijados, con faltantes de puertas, ventanillas y todo tipo de control. Ese estado de las calles también genera problemas con la recolección de residuos, que hace de los basurales parte del paisaje habitual.
La nula planificación de los lotes convirtió a las inundaciones en algo frecuente -desde que hicieron el barrio El Progreso se anega el San Pedro- tanto como los desbordes de los desechos cloacales, problema gravísimo en el barrio Areco. El agua que sobra por un lado falta por otro. Para conseguir agua dependen de dos bombas, y hay una fuera de servicio. Las vecinas dudan de su potabilidad por la contaminación de las napas.
Hay un sinnúmero de testimonios de dramáticos accidentes o inconvenientes de salud con los chicos que no pudieron ser contenidos en la zona, y que necesitaron llegar hasta un hospital de CABA para conseguir atención adecuada. La salita del barrio, contaba Ricky Yñiguez, referente PRO en Virrey del Pino y consejero escolar, pese a la donación de medicamentos e insumos que hizo llegar a través de una fundación, está muy desabastecida de materiales y personal. Lo mismo sucede en el Hospital Simplemente Evita, en el Km.32.
Oro Verde, que alguna vez fue un paraíso vegetal, hoy es una zona liberada. No solo para que se muevan sin oposición bandas de malvivientes, sino una a la que los estados municipal y provincial renunciaron.
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