Número de edición 8395
La Matanza

El pueblo Pilagá exige justicia por la masacre de Rincón Bomba

diciembre1

Los miles de aborígenes asesinados en Formosa en octubre del 1947 aún hoy se ocultan por intereses partidarios. A través de los testimonios de sobrevivientes en “Octubre pilagá”, la investigadora Valeria Mapelman revela la responsabilidad del Estado Nacional en el genocidio indígena, en busca del derecho a la verdad histórica y a la justicia.

 

Por Valeria Virginia Villanueva

villanueva.valeriavirginia@gmail.com

 

Una comunidad formoseña entera fue perseguida, envenenada, violada y masacrada por el Estado Argentino mediante su brazo armado, pero aún hoy la mayoría no lo sabe. Se trata del pueblo pilagá, que en octubre de 1947, durante una celebración religiosa en la localidad de Rincón Bomba, fue diezmado por gendarmería, bajo el gobierno del Presidente General Perón.

La verdad de los hechos para reconstruir la historia nacional y avanzar en el reconocimiento de los derechos humanos de los pueblos originarios es lo que busca “Octubre Pilagá, un genocidio silenciado 1947-2016”, donde la documentalista Valeria Mapelman rompe el silencio de casi 70 años a través de testimonios y documentación reveladores, material recogido durante las 140 horas filmadas para el documental homónimo, estrenado años atrás.

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Junto a los abogados de la causa judicial que persigue al único responsable vivo –un piloto de avión que durante días “cazó” aborígenes en el monte formoseño- y el apoyo de investigadores, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, se presentó oficialmente el libro, el martes 13 en el auditorio de ATE.

Del evento participaron Nora Cortiñas de Madres y Pablo Pimentel de la APDH, quienes resaltaron la importancia de la búsqueda de la verdad y la justicia en hechos de responsabilidad del Estado. También, el sobreviviente y testigo pilagá Ni´daciye Solano Caballero, la representante del consejo de mujeres de la Federación Pilagá, Noole Cipriana Palomo, el fiscal del juzgado N°1 de Formosa Arístides Norberto Bedoya, la abogada de la Federación Pilagá, Paula Alvarado, y la antropóloga y directora de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena de Argentina, Diana Lenton.
Mentiras y violencia desde el Estado y el peronismo

Según afirman los abogados e investigadores, la causa por crímenes de lesa humanidad contra el pueblo pilagá en la Masacre de Rincón Bomba está en su redacción –desde 2005- plagada de vicios y ocultamientos, al igual que los relatos que circulan en las escasas páginas de internet y documentos que a ella se refieren. Es por ello que Mapelman priorizó los relatos de sobrevivientes en el libro, de modo que cuando se eleve a juicio oral –estiman en 2017-, el Estado reconozca su participación en el genocidio indígena y se haga justicia.

La versión de alimentos en mal estado llegados en trenes enviados directamente por el presidente Perón, “tiene que ver con una estrategia del peronismo para ocultar que la comida estaba envenenada y que fue dada ex-profeso a los pilagá, para liquidarlos”, sentenció la escritora. Es en base a los documentos y relatos de testigos que prueban que hubo envenenamiento en primera instancia, antes del ataque y persecución aérea desde el 10 de octubre de 1947 –cuando se habla del bautismo de fuego de la aeronáutica nacional recién hacia 1955, según recordó Pablo Pimentel.

La conclusión obtenida acerca de las razones de tal masacre –con entre 1000 y 2000 víctimas fatales, según estimaciones, a falta de censos- tiene que ver con combatir “un movimiento religioso y político que era visto con recelo por el Estado”, más que con un supuesto despido masivo de trabajadores aborígenes esclavizados en ingenios de la zona y controlados mediante el sistema de “reducciones indígenas”.
Gente que sobra, ayer y hoy

“Somos aborígenes, por eso no nos tienen en cuenta”, afirmó Solano al revivir con sus palabras el horror visto, oído, sentido en esos días fatídicos. “Escuchamos como se desangra cada testigo con su testimonio, por eso hay que valorarlo”, indicó Nora Cortiñas, y agregó que “La reparación que se busca es la justicia, la reconciliación es entre nosotros que pedimos lo mismo, pero con los genocidas, no”.

“Sentí vergüenza como militante de derechos humanos, y el peronismo tiene un pergamino negro”, reconoció Pablo Pimentel al referirse a la poca atención brindada al Octubre Pilagá y a los partidarios de Perón que aún hoy intentan ocultar la responsabilidad de su primer gobierno. Junto a Nora llamó la atención sobre la necesidad de armar una agenda diaria de hechos impunes en derechos humanos donde el Estado debe garantizar justicia.

Asimismo, los presentes vincularon la importancia de la verdad de un hecho histórico en el presente, ante el peligro de volver a relatos de derecha que justifiquen la violencia contra ciertas personas o movimientos. En ese sentido, Cortiñas destacó la perversión del gobierno actual de Mauricio Macri que cuestionó la cantidad de desaparecidos, e ironizó: “si lo viera a Avruj -secretario de Derechos Humanos de la Nación- le diría, ¿en realidad hubo un holocausto? ¿Existió Hitler? ¿Eran 6 millones? ¿En qué libro está?”

“El genocidio de Rincón Bomba ha sido como una llave para que la Argentina sepa que formo parte de este genocidio, tiene que reconocer su historia, sea quien sea responsable”, manifestó la referente Pilagá Noole. Y en el mismo sentido, la investigadora Lenton resumió: “Esta causa debe ser un recordatorio de lo que pasa cuando una sociedad empieza a pensar que hay gente que sobra, como proponen algunos discursos políticos”.

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