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Increíble hallazgo: hallan fósiles de un oso gigante que vivió hace 700 mil años en Argentina

Increíble hallazgo: hallan fósiles de un oso gigante que vivió hace 700 mil años en Argentina.

Fueron encontrados en una excavación situada a 170 kilómetros al norte de la Buenos Aires y se corresponden con los restos de un ejemplar que podía alcanzar hasta 4,5 metros de altura.

“Es impresionante su estado de conservación”, aseguró uno de los investigadores.

Una vez más el equipo de investigadores argentinos da muestra de su gran desempeño, es que en esta oportunidad un grupo de científicos hallaron restos fósiles de un ejemplar de oso gigante que habitó el suelo argentino hace 700 mil años en una excavación situada 170 kilómetros  al norte de Buenos Aires.

La información fue difundida por la Agencia de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de La Matanza, que dialogó con el investigador del Museo de La Plata y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Leopoldo Soibelzon, quien explicó que se trata “de un oso de gran tamaño de la especie Arctotherium angustidens, cuyos ejemplares más grandes, en posición erguida, podían alcanzar hasta 4,5 metros de altura”.

De esta manera, los restos se encontraron en San Pedro, en un área adonde se detectó una capa sedimentaria con restos de un antiguo pantano, y se corresponden con el de un macho joven que pesaba unos 800 kilos al momento de morir y que habría medido aproximadamente 2,5 metros de altura erguido en dos patas. El hallazgo fue realizado por el director del Museo de esa localidad, José Luis Aguilar, junto a los investigadores Matías Swistun y Julio Simonini.

En ese sentido, Aguilar señaló que fue posible “ver los restos de este ejemplar que caminó la región pampeana hace unos 700 mil años gracias al accionar de la excavadora para la extracción de tosca a nueve metros de profundidad” y detalló que “algunos de los grandes animales que cazaban o que se acercaban para beber agua, quedaban atrapados en ese fango, en ese lodo”.

Sobre esa misma línea, el investigador consideró que es “impresionante estado de preservación del cráneo junto a sus dos ramas mandibulares, las cuales han conservado todas sus piezas dentales” y en referencia a esas últimas detalló que “tiene colmillos de unos 6 centímetros de longitud, los cuales son fuertes, compactos, puntiagudos y estaban preparados para desgarrar la carne de sus presas”.

Aparte del cráneo, también se halló parte de la pelvis, un fragmento de húmero, parte de sus radios y seis vértebras articuladas. Asimismo, una serie de estudios permitieron identificar ciertos hongos, algas y algunos vegetales en el sedimento donde fueron encontrados los restos del animal.

Finalmente, Aguilar concluyo explicado que esos estudios les permitieron “saber que este oso gigante habitó en un ambiente de estepa formado por plantas herbáceas, con suelo algo arenoso y siempre con cuerpos de agua cercanos”.

FOTO: Agencia de Divulgación Científica de la Universidad Nacional de La Matanza

 

 

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