En una entrevista exclusiva para No Te Duermas, por Hexa Radio, coproducción del Periódico SIC y Diario NCO, se entrevistó al economista Darío Bangaque aportó datos sobre la desigualdad de género que se produce en el ámbito económico.
Por Belén Galeano
Entre los temas más destacados de la primera parte de la entrevista el especialista en economíafundamentó con datos esta situación de disparidad que hay actualmente entre el hombre y la mujer en la economía general.
En relación al 8 de marzo, fecha en la que se conmemora la lucha de las mujeres por sus derechos y que se conoce como el Día de la Internacional de la Mujer, Banga reflexionó: “Tenemos que entender que no es un día festivo y en base a eso la economía tiene mucho que ver también para poder llegar a esa reflexión”.
En cuanto a la situación de desigualdad que se da entre hombres y mujeres el economista explicó que la misma se refleja tanto en los puestos de trabajo como en los salarios en los cuales la mujer es desfavorecida al recibir en muchas ocasiones un pago menor al hombre por hacer la misma labor.
¿Qué dicen los datos?
Banga explicó que el crecimiento de la economía argentina en septiembre de 2022 fue de un 5% y que las mujeres alcanzaron ese tercer trimestre una actividad histórica obteniendo desde el 2016 hasta esta parte el 51.1% de la actividad de ese crecimiento según los datos del Centro de Economía y Políticas de Argentina. Sin embargola brecha con los varones sigue amplia alcanzando casi 19.3% porcentuales de amplitud entre mujeres trabajadoras y hombres trabajadores.
“Para las mujeres representa esta tasa de desocupación el 7.8% contra 6.5% de los varones. Hay una diferencia de 1.3% de mujeres desempleadas con varones desempleados. Esto también es para analizar. ¿Porqué a la mujer le cuesta más conseguir trabajo que al hombre? ¿Porqué las empresas aceptan más hombres que mujeres en algunos casos? Eso es también motivo de discusión y de reflexión”, desarrolló el economista.
En esa línea Banga continuó su análisis diciendo que esta diferencia entre ambos géneros se produce por varias cuestiones. Una de ellas suele ser la capacidad motriz la cual lleva a que en tareas que requieran fuerza se elijan trabajadores masculinos en lugar de femeninos y resaltó: “No hay que discriminar en ese sentido porque tranquilamente lo puede hacer una mujer y no un hombre”.
“Son estos bagajes de machismo que sigue habiendo en el ambiente laboral pero cada vez hay menos porque también el gobierno trata de hacer leyes en todos los poderes del Estado tanto el ejecutivo, legislativo y judicial, todos los trabajadores de los sectores tienen que hacer la famosa ley Micaela. La ley Micaela es algo que lo tiene que hacer todo el personal de los tres poderes para capacitarse sobre estas cuestiones”, prosiguió el economista.
Un problema cultural
Banga manifestó que elorigen de esta disparidad al designarse unas tareas para un género y otras para el otro se genera desde la cultura y remarcó: “Es cultural porque el cuidado está vinculado a la mujer y por ahí las tareas de fuerza motriz al hombre. Eso ya es algo que hay que discutirlo, que si bien está dentro de nuestra cultura no son concordantes y puede tranquilamente cualquiera de los dos géneros hacer esa función”.
En el ámbito empresarial, según el economista, las mujeres tienen menos posibilidades de ser contratadas por la maternidad y lo que eso conlleva. “Dicen prefiero contratar a un hombre y no le voy a tener que pagar la hora de lactancia, o un año de trabajo. O si se enferman los hijos, la mujer es la primera que falta al trabajo, porque el cuidado de los hijos pareciera estar en manos de la mujer y no del hombre”, señaló Banga respecto de los empresarios.
Respecto a las tareas del hogar el economista mencionó a los micromachismos que se encuentran insertos en lo cotidiano dando el ejemplo de la famosa frase “yo te ayudo” dicha muchas veces por los hombres cuando los quehaceres de la casa deberían ser compartidos y no vistos como una obligación solo de la mujer.
En esa línea Banga concluyó: “Esas son cuestiones que son micromachismos y están dentro del lenguaje incorporado de una sociedad cultural que viene de hace mucho tiempo que al paso de los tiempos se va a deconstruir. Creo que nuestros hijos no van a tener ese problema”.
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