Número de edición 8328
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La lucha del colectivo “Las Celinas” por acompañar a las mujeres víctimas de violencia de género

Carina destacó: “Somos brazos del Estado, porque somos las portavoces de todo lo que no se hace saber
Carina destacó: “Somos brazos del Estado, porque somos las portavoces de todo lo que no se hace saber

El colectivo brinda diversas capacitaciones sobre violencia de género, ayuda a las mujeres en todo el proceso de la denuncia y tiene por objetivo principal la creación de una comisaria de la mujer en Villa Celina. Esta es la segunda parte de la entrevista que No Te Duermas le realizó a Carina Villar, una de las fundadoras del espacio.

Por Victoria Hernández

Victoria.hernandez13@outlook.com

Desde que nació “Las Celinas”, el colectivo logró el apoyo de la Secretaría de la Mujer de La Matanza y articular con el 0800 de asistencia y asesoramiento a víctimas de violencia de género, que funciona las 24 horas todos los días de la semana.

Gracias a esta línea, la asociación se comunica con las mujeres vía correo o WhatsApp para hacer de puente con la víctima y acompañarla en el proceso de denuncia. En el programa No Te Duermas, coproducido por Periódico SIC y Diario NCO y transmitido por Hexa Radio, se entrevistó a Carina Villar, una de los miembros de la asociación, para conocer los ejes y labores del espacio.

Trabajar en Villa Celina

El territorio donde la asociación tiene lugar sufre grandes carencias estructurales, que profundizan las problemáticas de violencia de género, ya que, debido a las situaciones de pobreza, las mujeres se enfrentan a múltiples formas de discriminación y, como resultado, también sufren un mayor riesgo de violencia.

Respecto al rol que el colectivo ocupa en la sociedad, Carina destacó: “Somos brazos del Estado, porque somos las portavoces de todo lo que no se hace saber, porque en realidad tendrían que caminar los y las funcionarias, a los que invitamos a caminar el terreno y pisar la caca en todas las reuniones”.

“Celina es un terreno extenso lleno de distintas problemáticas, si arrancas no terminas más de enumerarlas, hay cortes de luz, tiene una catarata de cloaca todo el tiempo, y problemas de falta de agua”, lamentó la referente de “Las Celinas”.

Otra problemática a la cual se enfrenta la agrupación es el hecho de que esta no cuenta con un espacio físico. Sin embargo, brinda diversos talleres, gratuitos y para toda la comunidad, en las instituciones que les abren las puertas.

“Siempre incentivamos a quienes están a cargo de una institución o un club que se capaciten en algo de la Ley Micaela, porque la falta de información hace que ese momento donde le podrías haber salvado la vida a una mujer no tenga lugar”, recalcó.

Genesis de la asociación

La agrupación surge debido al aumento de pedidos de ayuda que recibió Carina, quien era conocida por trabajar en asistencia a la víctima, durante la pandemia. Es importante mencionar que el aislamiento social y obligatorio profundizó los episodios de violencia, ya que la víctima convivía a tiempo completo con su agresor.

“Uno a veces con la confianza que tiene con otra mujer puede llegar a detectar que esa compañera está atravesando alguna situación”, contó Villar y agregó que “de igual modo hay un montón de situaciones que tener en cuenta, porque esa compañera por más que haga la denuncia sigue dentro del círculo de violencia”.

En referente a la creación de la comisaria de la mujer en Villa Celina, la referente del colectivo narró: “Son todas promesas, pero nosotras no bajamos los brazos, el petitorio lo entregamos en la secretaria de género de La Matanza y deberíamos haber tenido respuesta de casi todos los ministerios y secretarias, pero la única que respondió fue Liliana, que está a cargo de la secretariade la mujer en La Matanza”.

La ruta crítica

“Para denunciar la compañera tiene que estar convencida, saber el antes y el después, y muchas veces pasa que se llega a la puerta de la comisaria y se vuelve todo cuesta cero”, aseveró la entrevistada. Carinaconfirmó que muchas veces se logra avanzar en un montón de cosas, pero la victima termina regresando al espacio violento porque no tiene las herramientas económicas para lograr salir.

En referencia a esto, la referente sumó: “Si no hay una independencia económica por parte de la compañera y no recibe ayuda estatal, porque se están acortando muchas cosas como el acompañar, es muy difícil, porque se tiene que pagar un alquiler, si tiene que salir a trabajar no tiene con quien dejar a sus hijes, son muchas cuestiones”.

La consultada también contó que hay situaciones diversas respecto al accionar del agresor post denuncia, que van desde escenarios donde el violento intenta u incendia la casa, o mataa la mascota o se lleva a los hijes de ambos en un cuasi secuestro.

Además, Villar también mencionó que otro motivo por el cual se retrocede en este proceso es que “la violencia y el maltrato sigue estando dentro las instituciones, de la comisaria u fiscalía, dentro del sistema”.

Acompañar acompañada

Para Carina, es esencial saber que puede contar con la Secretaria de Género. Ella describe como un alivio el tener la seguridad de que hay sororidad y que puede llamar a una compañera para pedir alguna cosa urgente, ya que antes, en los inicios del colectivo, las participantes de él resolvían solas.

“Ayudar y acompañar por más que sepamos que en muchos casos pueden llegar a volver con el agresor, pasa continuamente porque es un proceso a largo plazo y este regreso no es solo una cuestión económica, es una grieta que queda en el cerebro que se supera de apoco, en algunos casos ayuda la terapia”, explicó Villar.

Incluso, la entrevistada contó que hay casos donde se pierde el contacto con la víctima, porque ya no se consigue su número telefónico y cambia su dirección. “Puede ser que el violento le quite el teléfono porque se enteró de todo lo que hizo y entren en la luna de miel, que es volver todo de cero, como un noviazgo y después nunca más, no sabemos más”, contó apenada.

Si no haces nada, también sos parte

Pese a que Carina no sufrió violencia de género en su matrimonio, su madre sí. “Lo padecí en la familia interfuncional, con mi padre y mamá, y siento que cada mujer que acompaño estoy haciendo lo que no hicieron por mi madre, que hasta el día de hoy sigue pagando las consecuencias del maltrato y del abuso”, exteriorizó.

“Esto sucedió cuando nadie se involucraba, lo bueno de ahora es que nosotras nos metemos e involucramos, tenemos un numero al cual llamar, seguimos peleando para que las cosas se tomen más enserio y no que el 911 nos pregunte mil cosas mientras a la víctima la están ahorcando”, denunció la referente.

La importancia como sociedad de involucrarse en las situaciones de violencia es absoluta, ya que todo el escenario puede ser distinto si desde nuestro lugar participamos, denunciamos, ponemos nuestro grano de arena.

“Lo que siempre ha faltado en este país es la prevención primaria, no se invierte en la prevención y por eso se llega a tan altas instancias, la idea del colectivo es ser preventivo”, ratificó la referente de “Las Celinas”.

Fuente fotográfica: Nota al pie.

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