Los movimientos sociales protagonizaron una masiva movilización en todo el país acompañada de piquetes en distintos accesos de la ciudad de Buenos Aires. Criticaron el rumbo del gobierno y convocaron a otra para el próximo jueves.
Por Matías Rodríguez
matiasrodriguez@gmail.com
La convocatoria tuvo varios epicentros en todo el país y se llevó adelante en simultáneo. Concurrieron tanto organizaciones oficialistas como de izquierda. Luego de la marcha se supo que los movimientos convocaron a otra movilización el jueves 27 de julio.
Uno de los convocantes a la movilización fue el referente de la CTEP, Juan Grabois, quien dio un encendido discurso en defensa de medidas económicas a favor de los trabajadores informales y con duras críticas al gobierno nacional.
“Alberto, mirá a lo que llegamos: a pedirte por lo menos no quedar abajo de la indigencia. Si no te gusta el salario universal inventá otra cosa, trae una propuesta mejor, pero no nos salgas a decir que hay que calmar a los mercados”, exigió.
Grabois planteó que “el principal problema es la miseria que hay en este país. El salario mínimo está rozando la línea de indigencia. Los cooperativistas que se rompen el lomo en la construcción y en los comedores todavía no cobraron el aguinaldo social”
“Los trabajadores informales son más de siete millones y perdieron el 34% de su poder de compra. Un gobierno que dice que defiende al pueblo tiene que, como mínimo, garantizar que los salarios, sean del sector formal, informal, popular, jubilados, estén por arriba de la línea de pobreza”, señaló.
Por su parte, Nacho Levy, dirigente de la organización La Garganta Poderosa manifestó: “Nadie puede pensar que una de cada dos personas a su alrededor es vaga o es tonta. Hay un mercado que no da a una inmensa franja de compatriotas las garantías necesarias. Ese vacío inmenso de este modelo cruel se resuelve con una firma. Salario universal ya: hay que usar la lapicera”.
El movimiento piquetero tiene un debate hacia el interior. Por un lado, el sector más ligado a Grabois hace énfasis en el Salario Básico Universal, como forma de fortalecer a la economía popular y por el otro, la izquierda ligada a la Unidad Piquetera y el Polo Obrero manifiestan como prioridad la necesidad de reclamar la generación de trabajo formal en el sector público y privado.
A pesar de esta controversia, fuentes cercanas a ambos sectores manifiestan que hay una verdadera voluntad de cerrar filas para darle continuidad al plan de lucha con el objetivo de que el gobierno dicte medidas a favor de los trabajadores más vulnerables.
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