Microficción. Me dejó caer. Es como pisar la nada, como escurrirse del tiempo. Estoy tan confundido que no sé siquiera si el que se mueve es mi cuerpo o el mundo que me rodea.
Caigo. Y es como comenzar de nuevo. Me miro las manos mientras aprendo a volar, tal como las contemplaba día a día cuando no sabía lo que era hablar. Estoy inmerso en océanos, entregado a lágrimas que no existen y caricias que duelen.
El viento me peina con sus leyes caprichosas mientras cruzo la ventana del noveno. Todavía no pude gritar, siento que aún no aprendí a hacerlo. Mi caída es una ladera gentil pero inaprensible, y mi cuerpo se mueve gracias a fuerzas que no podría nombrar.
El piso se acerca. Siempre se acerca. Hubiera emprendido mi viaje o no. Siempre estuvo en el horizonte. Milésimas de segundos antes de probar el sabor del concreto, siento paz. Ahora sí puedo llorar. Me duele todo el cuerpo. Estoy cubierto de sangre. Me falta el aire, ¿cuándo me olvidé de cómo respirar? Mis gritos desgarradores se pierden en algún lugar de un mundo que no me pertenece, que desconozco.
Pero su voz. Su voz es caricia. Su voz, su sonrisa, su mirada. Ahí está mamá. Me ama aunque esté cubierto de sangre, imposibilitado de caminar o dolorosamente confundido. Mi existencia la envuelve. Estoy asido a su abrazo protector.
El viaje comienza.
(*) El autor: Rubén Risso (Pergamino, Buenos Aires, 1990) es Licenciado en Psicología (UBA), músico, escritor, amateur del diseño gráfico. Es uno de los fundadores del sello editor Pelos de Punta. El éxito de su primera novela, El Jardín de los Lobos (Autores de Argentina, 2015) es el producto de cuatro años de trabajo dedicados a la creación de una narrativa surrealista que compele al lector a tomar un posicionamiento activo frente al relato, inundando los puntos oscuros con su propia subjetividad e imaginación. Actualmente se encuentra trabajando en otras dos novelas, cada una erigida en un estilo particular.
+ Microficción seleccionada por Luciano Doti (Lomas del Mirador). Twitter: @Luciano_Doti.
