Microficción. No me importó su llanto inicial, no la quise apoyar en mi pecho.
Miré hacia la ventana de cortinas amarillentas. La chica de la cama de al lado buscó mi mirada.
Solo quería irme a casa.
Bajé de la cama. Me vestí rápido.
Salí por la puerta principal, el guardia estaba de espalda cargando un termo. Caminé por la avenida.
En una parrilla, pedí pasar al baño. Trabé la puerta. Colgué la mochila y busqué, entre toallas sucias, la bolsa negra.
La apoyé sobre la tapa del inodoro, la abrí con una mano.
—¿Cuándo va a parar de llorar?
La metí en la bolsa. La cerré tratando de no hacer ruido.
Escucho que golpean la puerta.
—¿Se siente bien señora?
—Sí—dije—,ya salgo.
Le tapé la boca para callarla. Tomó mi pulgar.
Cinco mil ochocientos setenta y cinco días después.
—Voy a lo de Juli, má. ¿Podés parar con los besos?
(*) El autor: Ariel Coronel (C.A.B.A) Nació en 1975, se creció en el barrio de Caseros, (Oeste del Gran Buenos Aires), donde reside actualmente. Periodista deportivo, ha editado revistas para clubes del ascenso y relatos de ficción en varias antologías. Incursionó en programas de radio y medios digitales.
+ Microficción seleccionada por Luciano Doti (Lomas del Mirador). Twitter: @Luciano_Doti
