La guerra de los panaderos una historia de mafias, corrupción y desengaño

San Justo – Parte I

por el Prof. Joaquín G. Puebla

Está es la primera de una serie de tres notas que ha de publicar NCO respecto a algo que se está gestando entre los industriales del pan. Acusaciones cruzadas, manejos pocos claros, mafias organizadas y corrupción focalizada.

Son muchos testimonios recogidos, muchas horas de investigación y comprobación, que nos va a permitir desentrañar la trama secreta de cómo trabaja una organización que por dos pesos, juegan con la salud de los matanceros.

“Son cabareteras… vedetongas de Tinelli”

Roberto Politi, es un reconocido industrial panadero que se enfrentó a las autoridades del Centro de Panaderos de La Matanza.

En el siguiente reportaje habla, en exclusiva para NCO, de la experiencia que vivió, el precio del pan, la corrupción focalizada en algunos organismos municipales, en fin, algo para leer bien atentos.

“Tuve bastantes problemas y todo se debió por no acatar las ordenes del Centro de Panaderos de La Matanza que querían obligarme a llevar el precio del pan, al valor que ellos proponían; pero, como considero que el precio actual es excesivo y abusivo, no me encolumne en esa directiva” sostiene Politi y explica que “Bajo ningún tipo de vista el precio de venta actual del pan es justo ni es el adecuado, porque los panaderos compramos la harina a precio subsidiado y eso nos beneficia terriblemente, también tenemos subsidios en el gas y en el gasoil (para los vehículos del reparto). Para mí el precio actual es excesivo, es un abuso total. Siempre se calculo el precio bajo la regla del tres por uno, es decir, si un kilo de harina vale $1 el kilo de pan debe valer $3. Hoy, con los precios actuales, el kilo de pan debe llegar a la mano de consumidor a un precio máximo de $5.50, más de eso, es una barbaridad, una cosa fuera de lugar. También el precio de la docena de facturas es algo desubicado, no entiendo porqué vale $24”.

“Soy padre de familia y tengo mi empresa, que me ha ido bastante bien; pero gracias al trabajo y al apoyo de la gente que compra mi producto, a los cuáles voy a seguir beneficiando hasta que no este más, no me voy ajustar a los precios que me quieren obligar a poner el Centro de Industriales Panaderos de La Matanza” sostiene enfáticamente Roberto Politi y añade que “Hoy el 70 % de las panaderías no tienen habilitación municipal para trabajar” y nos dice que “Hace un año atrás fui victima de un operativo monstruoso, totalmente digitado por el Centro de Industriales Panaderos de La Matanza, no porque no tenga los papeles en regla, tuve un operativo de la AFIP y el municipio por no acatar las normas que imparten ellos”.

Roberto Politi nos cuenta que “Esté no es un problema del municipio, el Centro de Industriales Panaderos de La Matanza te denuncia por no vender al precio que ellos quieren y te inventan todo. Las autoridades municipales no saben o no tienen pruebas de los manejos de esta gente” y afirma que “El bromato de potasio está prohibido hace muchos años por ser cancerígeno, pero hay un gran porcentaje, entre el 70% y el 80% de panaderos (curiosamente asociados al Centro de Industriales Panaderos de La Matanza) que siguen trabajando con ese producto”.

“Hay gente, parte de la comisión directiva del Centro de Industriales Panaderos de La Matanza, que le cobra plata a los panaderos que no están habilitados y al qué no paga, lo denuncian a Bromatología. Si uno hace un pequeño aporte (alrededor de $300) le permiten trabajar de cualquier forma, sin habilitación y usando bromato de potasio en la elaboración del pan” manifiesta Politi y agrega que “Todo comenzó en el Centro de Industriales Panaderos., acá en San Justo; después, por peleas entre ellos, armaron centros en González Catan, Rafael Castillo y en otros lados. Se robaron los caramelos entre ellos y después se pelean”.

“No los considero mafiosos, dan lastima, los veo más como cabareteras… Vedetongas del staff de Tinelli, son chicas de la noche” sentencia Roberto Politi.

Politi afirma que “Colaboré y colaboró con muchos jardines de infantes, con escuelas, con CEMEFIR, con el Policlínico de San Justo; siempre que hay un evento, la iglesia o la sociedad de fomento viene y me pide una colaboración y lo hago. Todos los años reparto entre 2000 o 3000 pan dulce para las fiestas en la Plaza de San Justo; trato de devolverle algo a la comunidad de todo lo que me dio. Pero si yo lo puedo hacer, porqué estos señores que viven de los panaderos, que extorsionan a los panaderos ¿no lo pueden hacer?” y sostiene que “Estos personajes viven de noche y tienen un montón de empleados, pero fabrican solamente 200 kilos de pan y eso no rinde para pagar tantos sueldos, ni para tener casas quintas, departamentos en la costa, autos cero kilómetro y lanchas. No se puede, no dan los costos”.

Respecto a la Dirección de Bromatología Municipal, Roberto Politi manifiesta que “En Bromatología el problema es el chiquitaje, algunos empleados municipales con pocos escrúpulos y juegan con la salud de la gente. La platita mal ganada va a parar a los bolsillos de delincuentes que hacen de inspectores. Hay inspectores en Bromatología que son muy jóvenes y con su sueldo (no tengo idea de cuánto ganan al mes) andan en camionetas 4×4, tienen motos de agua, lanchas, casa en la costa, con dos o tres señoras; ¿me pueden explicar cómo hacen para vivir así?, no digan que la plata va para arriba, la plata va a parar a los bolsillos de estos delincuentes.

Me indigna la actitud de esta gente, no hace mucho, me agarre a golpe de puños con dos inspectores de Bromatología, uno estaba fumando unos cigarrillos pequeños de hierba (¿marihuana?) y no sabía que decía y le pedían a mi cliente 7000 mangos ($7000) de coima para no clausurarlo. Ciertos sectores de Bromatología es tierra de nadie y no soy el único que se anima a decirlo, es una realidad y una verdad”.

“Nosotros somos una familia de inmigrantes italianos, tengo 35 años de sacrificio y trabajo y, con la ayuda de mi padre y de mi hermano, hemos creado lo que tenemos; no voy a quedar en boca de estos delincuentes ni permitir que me hagan lo que ellos quieren” asevera Politi y cuenta que “Sufrimos mucho, nos costó mucho tener lo que tenemos y le voy a poner el pecho a cualquier cosa, no me voy a dejar llevar por delante por estos delincuentes, porque todo lo que hice y todo lo que tengo, lo hice por derecha, como corresponde, estando con la gente y del lado de la gente, porque en realidad, fueron ellos los que me han beneficiado”.

Un recuadro

Roberto Politi nos cuenta que “El sábado pasado enciendo el televisor en veo en el noticiero a Eduardo Serenelini, que da las noticias de canal 26. Justo en ese momento el periodista hablaba de llevar el precio del pan a $14 era una locura, un despropósito subir a ese precio el pan. Me impacto lo que dijo y, al haber tenido problemas con el Centro de Industriales Panaderos de La Matanza porque querían obligarme a subir el precio del pan, me fui con pruebas en mano a canal 26 para tratar de hablar con esté señor y apoyando lo que dijo.

Me recibieron la producción del programa, me atienden muy mal y dicen que no les interesa el tema y prácticamente, me echaron de malas maneras. Cuando vuelvo a mi casa y sigo viendo el noticiero y, justo en ese momento, el periodista Eduardo Serenelini, dice: no voy a permitir que hablen mal de mi amigo Majori (Emilio Majori presidente del Centro de Industriales Panaderos de La Matanza) y preguntó al aire si había llegado el catering que envió Majori.

Esto es una vergüenza total, me interesa llevarles el pan o la leche a los chicos de las escuelas de Gregorio de Laferrere o González Catan, que mandarles un catering a estos señores de canal 26, que si lo pueden comprar y por dos sanguchitos dejan que suban el precio del pan de esa manera”.