Número de edición 8330
La Matanza

Hace 200 años se festejó por primera vez el 25 de Mayo en territorio de La Matanza

Festejos patrios. En las plazas pricipales se celebraban los principales acontecimientos.
Por Dr. Leonardo A. Racedo

Esta historia comienza cuando don Rafael Blanco, propietario de la chacra “Guadalupe”, cuyo casco se encontraba entre las actuales calles Terrero y Tres Cruces en la Ciudad de Rafael Castillo, (del cual hoy solo quedan ruinas), fue elegido alcalde de la Santa Hermandad el 1 de enero de 1813 representando al pago de La Matanza.

Si bien la duración del cargo era de un año, don Rafael no tuvo una tarea fácil ya que durante su gestión volvieron a suscitarse viejos conflicto de jurisdicción con el alcalde de la Hermandad del vecino Partido de Morón, don Manuel Torres. Desde el enfrentamiento entre Juan Joseph Bernal y Ramón Morales, el Cabildo de Buenos Aires, para evitar roces, había dispuesto que cualquiera de los dos alcaldes pudiera actuar en el territorio del otro.

Los problemas jurisdiccionales entre los alcaldes de la Hermandad de Morón y La Matanza sumaron un nuevo capítulo a la historia cuando en 1813 el Cabildo dispuso que el límite entre los dos partidos fuera el Camino de Burgos (actual Avenida Don Bosco). A partir de entonces Rafael Blanco, alcalde de La Matanza, se reusó a intervenir en cualquier causa judicial que se suscitara fuera de los límites de su partido.
La disputa entre estos dos alcaldes se reanudo a causa de una alteración en las reglas del ceremonial cívico para los festejos de las fiestas mayas.

Durante la colonia, la plaza central de una ciudad, una villa o un pueblo era el lugar donde se celebraban las procesiones religiosas o se conmemoraba la coronación de un nuevo rey. Con toda naturalidad, los primeros gobiernos patrios la consideraron el sitio adecuado para festejar sus victorias militares o los aniversarios de la emancipación.

En mayo de 1813, Manuel Torres se aprestó a celebrar el tercer aniversario de la Revolución de Mayo en la plaza de Morón, pero don Blanco se negó a concurrir y convocó a los vecinos de La Matanza a hacerlo en el oratorio que se encontraba en su chacra bajo la veneración de Nuestra Señora de Guadalupe, por quien la familia Blanco sentía profunda devoción.

El intercambio de correspondencia comenzó el 12 de mayo de 1813, cuando Torres invitó a Blanco a conducir a los vecinos de su partido a la iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje, para que se uniera a los de Morón en la conmemoración

Pero el alcalde de La Matanza se mostró poco dispuesto a unírsele, aduciendo que tenía ya dadas todas las disposiciones para solemnizar las Fiestas Mayas en el Partido a su cargo.
Obstinado en su idea, el alcalde Torres, no estaba dispuesto a cambiar de planes, tratándose de fiestas que debían ser solemnizadas con la mayor pompa, le recordó a su par que veía la Villa de Morón como capital del Partido, no solo en lo espiritual sino también en lo civil y que le había sido muy sensible y extraña su actitud de separación cuando se trata de solemnizar las glorias de la Patria.

Si bien La Matanza pertenecía al Curato de Morón, la mancomunidad de jurisdicciones era el objeto en discusión. Torres exigía a Blanco que se le uniera en los festejos; de no hacerlo, no solo le restaría concurrencia y brillo al acto cívico que se realizaría en la Plaza de Morón, sino que tampoco los vecinos matanceros asistirían a la función religiosa que se celebraría en la iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje, de la que eran feligreses.

El alcalde de La Matanza, tenaz en organizar sus propios festejos, espero hasta el 22 de mayo para contestarle. Entonces le respondió tajante:
“He creído que el negocio a que se refiere el oficio de Ud. de 16 del corriente era concluido con él; por lo mismo no he contestado a Ud., sin que ocurra más en lo particular sino que Ud. es Alcalde en su territorio y yo en el mío”.

Su par de Morón hizo un último intento, infructuoso, de reunir a las vecindades de los dos partidos en la plaza de la villa de Morón, denunciándolo ante el Gobernador Intendente Antonio González Balcarce. Éste prefirió no interferir en la organización de las celebraciones, pero consulto al Cabildo de Buenos Aires sobre las atribuciones de los alcaldes y resolvió mantener la mancomunidad de jurisdicciones. En teoría, el camino de Burgos continuaría sirviendo de separación entre los dos partidos, pero ambos podrían seguir actuando en territorio del otro.

Así, de esta manera, fue como se sucedieron los hechos que dieron lugar a que aquel 25 de mayo de 1813 donde hoy se asienta la ciudad de Rafael Castillo, se festejara por primera vez en territorio del partido de La Matanza nuestra fecha patria. Los dos años anteriores y todos los posteriores a su mandato, esta celebración se realizó en la parroquia Ntra. Sra. del Buen Viaje, por ser dependiente estos pagos del curato de Morón. Eclesiásticamente la Matanza se independizó de Morón cuando en 1862 se fundó la parroquia con sede en San Justo.

Estracto del libro “Rafael Castillo, historia de un pueblo en el corazón de La Matanza” próximo a editarse.
Fuentes consultadas: Birocco, Carlos María. “Del Morón rural, al Morón urbano. Vecindad, poder y surgimiento del Estado Municipal entre 1770 y 1895”.
·Archivo General de Nación.

Rafael Blanco. Vida y política en La Matanza

Hijo legítimo de Ildefonso Blanco Reboredo, natural del pueblo de Santa María de la Condesa en Galicia y de Catalina Collins y Mansilla, nacida en Buenos Aires, hija de Juan Tomas Collins, oriundo de Inglaterra y de la criolla María Andrea Mansilla.

Rafael contrajo nupcias el 19 de agosto de 1799 en la Catedral de Buenos Aires con María Josefa Arguibel, hija de Felipe Arguibel y Andrea López Cossío. De este matrimonio nacieron siete hijos; Segunda, Jacinta, Idelfonso, Tomás, María de los Dolores, María Josefa y Rufina Blanco y Arguibel.
Don Rafael fue propietario de una gran extensión de tierras en el pago de La Matanza, sus dominios abarcaban casi la totalidad de lo que es la superficie actual de Rafael Castillo y parte de Gregorio de Laferrere. El casco de su chacra estaba en las cercanías de la Iglesia Vieja (Tres Cruces y Terrero)
En 1812 fue elegido diputado por Buenos Aires para la asamblea General Constituyente. Se desempeñó como Alcalde de la Santa Hermandad en 1813.

Rafael Blanco falleció en Buenos Aires el 20 de marzo de 1821. De acuerdo con su testamento su cadáver fue sepultado en el cementerio de la iglesia conventual de Nuestra Señora de las Mercedes, de cuya Venerable Orden Tercera era hermano. Esta orden es una cofradía de vecinos de la capital para sustentar el culto a dicha Virgen, generalmente eran parte de ella los vecinos de mayor alcurnia.
Su viuda y sus hijos, años más tarde vendieron la propiedad al general Matías Irigoyen, destacado militar que luchó por nuestra independencia. Pero esa, esa es otra historia…

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