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Gabriela Guerreros. La fundadora de La Casa de Todos se refirió a la crítica situación que atraviesan las familias que se acercan al comedor comunitario que funciona en la entidad. Además, remarcó que por los altos niveles de inflación, a pesar de percibir la AUH o tener el beneficio de la Tarjeta Alimentar, no garantiza a los sectores humildes el acceso a la canasta básica. “Nada, absolutamente nada alcanza ahora”, afirmó.
Por Soledad Martínez
martinezgsoledad@gmail.com
Gabriela Guerreros, fundadora de La Casa de Todos, un ONG de González Catán que, entre otras actividades ofrece asistencia alimentaria a más de 300 personas, analizó la alarmante situación que atraviesan los sectores más vulnerables del distrito que y las familias que en la actualidad dependen de un comedor comunitario para poder alimentarse.
Cabe destacar que tras la finalización de un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social, hoy Capital Humano, la entidad se encuentra en lista de espera para volver a recibir los recursos necesarios para hacer frente a la tarea solidaria.
A diferencia de otros comedores, La Casa de Todos recibe partidas de dinero. “Eso nos da libertad de poder elegir nuestro menú, poder organizarlo. En esto hacemos consultas también con las familias, qué es lo más práctico. Porque hay hogares donde el agua la tienen todavía afuera porque todavía no se pudo hacer la cañería dentro del hogar”, explicó Guerreros.
En este sentido, la fundadora de la ONG hizo hincapié en que desde la entidad tienen “una mirada integral a la hora de planear cómo se entrega ese alimento, también pensando en el hogar” y en que se encuentran analizando qué otras estrategias de acompañamiento a las familias pueden implementar en el marco de la fuerte crisis social y económica.
“Es alarmante lo que estamos viviendo”
“Necesitamos empezar a ver la posibilidad de gestionar otras cosas porque la mayoría tiene la Tarjeta Alimentar, la asignación (AUH), pero nada, absolutamente nada alcanza ahora”.
Para Gabriela, estamos ante una situación preocupante y “obviamente esto nos tiene que llevar a preguntarnos qué hacemos nosotros como personas que vivimos en esta sociedad, como personas sujetas de derecho, protagonistas por lo menos de nuestras propias decisiones”.
Frente a este escenario, la fundadora de La Casa de Todos señaló que es necesario “reforzar que la salida es colectiva, es la organización” y se trata de “tomar todas las batallas o tomar de una. Estos ajustes, la gente que ha quedado desempleada de un día para el otro, es alarmante lo que estamos viviendo”, afirmó la mujer.
La entidad articula acciones con la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR) para “acompañamiento y atención a las compañeras diversidad y en especial travestis trans. En la pandemia pudieron acceder al Potenciar Trabajo y a la Tarjeta Alimentar. Lo que correspondía al mes de enero, no se depositó”, contó Guerreros.
Inflación y especulación
Gabriel Guerreros explicó cómo desde la ONG deben luchar cotidianamente contra los constantes aumentos de precio en los alimentos. “A fin de año, cuando estalló el precio de la carne, nosotros hacíamos cierres semanales, pasamos a comprar día y le pedíamos a nuestros proveedores históricos un poco de piedad”, reveló.
De la misma manera, cuando realizan las compras en grandes mayoristas, han visto cómo cambiaban los precios frente a sus narices. “Nosotros somos un comedor, no somos una empresa, no somos un kiosco, no somos un almacén. Somos un comedor comunitario”, es la explicación que Gabriela da a la gerencia del supermercado cuando se encuentran frente a este tipo de episodio. La mujer remarcó también que además de la inflación, la remarcación de precios es una cuestión netamente vinculada a la especulación.
