Si volví, después de tantos años volví al nido de origen que me vio crecer. En las páginas del NCO volveré a posar mi plumado trasero para seguir espiando, escuchando, cameleando o demás “eando” en beneficio de los esforzados matanceros que se matan laburando mientras algunos personajes siniestros se alzan inescrupulosamente con el fruto de trabajo.
Negociando se hacen negocios
El otrora poderoso Garcajal (mezcla de gar… y concejal) Sinforoso el mentiroso, que se jactaba ante desconocidos de su independencia metodológica del despacho de Almafuerte 3050 (ahí hay muchos despachos, cuevas, conventillos y gallineros, pero el que importa es uno y esta entre vidrios en el primer piso) anda ahora de capa caída, después de haber intentado crecer sin que lo riegue el que tiene la regadera matancera (no es que sea enano, es de estatura media tirando a bajo).
En fin, el Garcajal mencionado se fue dando un portazo (en la casa, porque en el despacho que importa cerró despacito y sin ruido) de la histórica agrupación que lo vio crecer desde pollito (Bueno, crecer no creció mucho, pero es un decir. Usted entiende), andaría buscando cobijo en las huestes, por ahora oficialista, del Tío Hugo 11-14. No sé que le ofrecieron, no sé que ofreció (porque tener no tiene mucho) pero por ahí anda la cosa, negociando se hacen negocios.