Número de edición 8330
GBA

Vendedores de La Salada entre la cautela y la expectativa

 

Vendedores. Se debatía entre la cautela y la expectativa de poder reubicarse para continuar con su actividad dentro de alguno de los predios, mientras cuatro topadoras y una veintena de camiones de basura terminaban de retirar los 6.000 puestos en los que hasta hace pocas horas vendían ropa y calzados.

Un pequeño grupo de vendedores callejeros del complejo de ferias La Salada, en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, se debatía entre la cautela y la expectativa de poder reubicarse para continuar con su actividad dentro de alguno de los predios, mientras cuatro topadoras y una veintena de camiones de basura terminaban de retirar los 6.000 puestos en los que hasta hace pocas horas vendían ropa y calzados.
Desde las primeras horas de la mañana, las máquinas del municipio de Lomas de Zamora comenzaron a retirar lo que quedó de los puestos sobre la calles Tilcara e Intendente Tavano, mientras los efectivos de la policía bonaerense custodiaban el lugar con un amplio operativo desplegado por el ministerio de Seguridad bonaerense, que siguió al desalojo de los puestos ordenado por la Justicia local.

“Yo laburo hace muchos años acá, es una tristeza, hay gente que queda en la calle”, aseguró a Télam Ernesto, uno de los vendedores callejeros a quien le levantaron el puesto.

“Sabíamos que era la vía pública pero no nos quedó otra, es muy mala la situación del país”, reconoció y contó que está “a la deriva” desde este miércoles, cuando se realizaron más de 50 allanamientos simultáneos y se detuvo a una treintena de personas, entre ellas el denominado “Rey de La Salada”, Jorge Castillo, acusado de asociación ilícita.

“No sabemos que vamos a hacer, dicen que quizás nos dan un lugar en alguno de los predios cerrados”, se esperanzó el vendedor, uno de los pocos que accedió a conversar con Télam con el sonido de fondo de las topadoras.

De los cuatro predios del complejo, Punta Mogote permaneció cerrado anoche tras los allanamientos mientras que Urkupiña, Ocean y la Feria de la Ribera abrieron en su horario habitual desde las 21 gracias a la autorizaron judicial, aunque “con mucha menos gente”, reconocieron los puesteros.

Un total de 11 millones de pesos y más de seis mil dólares fueron secuestrados en diez cajas de seguridad halladas dentro de Punta Mogote, lo que atemorizó a los vendedores de ese predio, que temen el secuestro de la mercadería que dejaron en los baúles.

Mientras el operativo de desalojo de los puestos callejeros se realizaba esta mañana, una decena de vendedores y trabajadores afínes se acercaron a ver y lamentaron la pérdida de su trabajo.

“Sabíamos que estábamos en la vía pública, pero queda la gente sin trabajo”, se quejó Marlene, una de las puesteras, y aseguró que con el cierre de los locales en la calle “van a aumentar los precios” adentro de los predios.

“Mucha gente va a quedar en la calle, ¿quién nos va a dar trabajo? Tengo 50 años”, se lamentó la mujer, quién contó que para tener un local en las calles Tilcara e Intendente Tavano “se gastaba mucha plata” en los alquileres informales.

Aníbal, que trabajaba como carrero de los puesteros, contó a Télam que “esto es un desastre, todo depende de la feria, son miles de familias que se quedan sin ingresos”.

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