Breves de Morón. Los coches de la línea Comunal 504 tendrían un futuro asegurado tras ser cerrada a la fuerza hace un mes y despedir a todos sus empleados. Habría dos interesados en comprar los dos recorridos, de origen privado. Se busca apurar la licitación para dar una solución a los reclamos de los ex trabajadores municipales.
Por: Melanie Martínez
650 pasajeros quedaron a la deriva tras el cierre de la única línea que desde el 2011 unía norte y sur de Ituzaingó, por obra de Alberto Descalzo, el mismo que propuso su cierre hace 30 días. Algunos vecinos sostienen que eran pocos los pasajeros de la línea que se había reformado recientemente casi a pulmón con modelos 2007.
La Unión Tranviarios Automotor propuso la idea mencionada para reactivar la fuente de trabajo, ya habiendo terminado las colonias donde se usaban los coches. Alfredo Almeida, secretario de gobierno confirmó dicha información. Una de ellas es la reconocida 216 de Morón, una de las empresas de transporte más grandes de Argentina.
Mientras esperan, buscaron en el consejo Deliberante de la zona los dirigentes oficialistas y opositores declarar en estado de emergencia el transporte, para ello están elevando informes administrativos sobre el funcionamiento que tenía la línea en su momento para constatarlo.
Una de las colonias que recibía chicos y adeptos con los coches de la 504, que terminó sus actividades hace dos semanas fue La Torcacita de Itunzaingó ubicada en el barrio de Udaondo, en las calles Santos Vega y Quiroga. Que volvió a ser noticia porque es el nuevo centro de reciclado municipal, donde se reciben desechos reutilizables los segundos y cuartos sábados del mes, como en cada centro, de 9 a 13 horas.
Una buena para la educación
La Media 9 de Castelar, una de las escuelas más viejas de la zona, está cerca de conseguir su sueño de tener un lugar físico propio, edificio que se abrirá en dos meses en el Gorki Grana, tras una intensa lucha de alumnos, ex alumnos, padres y maestros, para que la institución siga y salga a flote.
30 años de lucha para que “Fragata Sarmiento”, como se titula el colegio, pueda tener su espacio, donde incluso miembros de la cooperadora invirtieron tiempo y dinero, y esperan con ansiedad la inauguración. Una escuela estatal que cumplió 90 años y tiene divididos por turnos y en distintos edificios prestados a sus alumnos:
– Por la mañana los chicos asisten a una casa alquilada de Yrigoyen 757
– Por la noche, comparte la secundaria con la secundaria n° 7 y la primaria n°17, ubicada en la sede central en Maison 531.
La cooperadora, en medio de la pelea entre el Municipio y la Capital, pagó durante 9 años el alquiler de uno de los edificios de las escuelas mencionadas con plata recaudada en eventos que ellos mismos organizaron: sorteos, rifas, noches de ingenio, exposiciones de los alumnos, entre algunas de ellas, con comida cocinada por ellos mismos.
“Proyecto Mochi”
Otra buena noticia en medio de la lucha por las paritarias que dejará sin clases esta semana a algunas provincias, mientras que otras amenazan a futuro con paros. Un proyecto que se difundió en las redes sociales destinado a recaudar mochilas con kits escolares para que todos los chicos del barrio puedan comenzar su ciclo lectivo.
La idea es repartirlo en hogares y comedores, familias enteras ya recaudaron más de mil combos. La recepción también fue buena por parte de los chicos que se sintieron queridos, y sus padres que se emocionaron con la felicidad de sus hijos, así como las organizadoras que se sintieron identificadas con la situación.
Abarcaron Castelar, La Tablada, Banfield y Merlo en menos de un mes, María Laura Copanys, oriunda de la ciudad de Ramos Mejía, profesora de la UBA, y su amiga, Fernanda Supszeszyn de Palomar. “Que cada pibe pueda empezar el colegio como cualquiera de nuestros hijos”, es el lema que revolucionó a los vecinos de la zona.
La Plaza Mitre de Ramos y el club “Les Quatre Barres” de Castelar fueron sus puntos de encuentro para recibir donaciones, siendo este último, el sitio donde cerraron la colecta el pasado sábado. Hasta las hijas de las protagonistas se sumaron al emprendimiento, que fue un éxito, donde cada madre pudo darles a sus hijos la alegría del kit escolar.
Los chicos no podían creer el amor, la humildad de María Laura y Fernanda, con la que pensaron en ellos. Dignificaron a miles de familias y no dejan de sorprender al pueblo a partir de los medios zonales que difunden, aún pasada la colecta, la forma en que se desempeñaron las amigas de zona oeste.
