En esta segunda parte de la entrevista realizada por Diario NCO a Agustín y Tomás Ojeda y hermanos artistas de La Matanza, mencionaron las dificultades que han enfrentado en su carrera musical, resaltando que han sido muy pocas.
Por Paula Tevez Varela
paulatv56@gmail.com
En medio del bullicio de cientos de personas en constante movimiento, se escucha una melodía única proveniente de un violín y una guitarra, que parece detener el tiempo. Los responsables de esta armonía son Los chicos de la peatonal, dos hermanos que todos los días llenan de música la peatonal.
Oriundos de Laferrere, los hermanos Ojeda se presentan todas las mañanas en la peatonal de San Justo con un claro propósito: continuar con sus estudios en el Conservatorio de Morón.
En esta segunda parte de la entrevista exclusiva con NCO, los hermanos cuentan que han tenido la oportunidad de presentarse en otros eventos y lugares, lo que les ha dejado recuerdos inolvidables y ha abierto nuevas puertas para su crecimiento artístico y desean transmitir un mensaje de perseverancia y pasión a otros jóvenes, Acerca de las dificultades, enfatizaron: “Sí, hubo dificultades, pero gracias a Dios muy muy poquitas, alguna vez nos habrán agredido o insultado. Pero muy pocas, o sea, en estos 6 años que estamos en la calle ahí laburando, dos o tres como mucho, pero no me acuerdo muy pocas. Es más, lo bueno que lo malo”.
“Si pensamos en abandonar, a veces se plantea esa idea más que nada cuando estas tocando varias horas y después no juntas nada, eso bastante impactante, pero también nosotros entendemos que no es culpa de la gente, sino de todo lo que está pasando a nivel país, no solamente nosotros estamos pasando mal, sino que toda la gente le está faltando, no le echamos la culpa a la gente que bueno es una laburante igual que nosotros”, plantearon.
Además de tocar en la peatonal de San Justo, los hermanos han tenido la oportunidad de presentarse en otros eventos y lugares, como bodas, bautismos, cumpleaños de 15 y festivales gastronómicos. Estas experiencias les han dejado recuerdos inolvidables y les han brindado nuevas oportunidades para crecer como artistas.
“También pudimos tocar en el rural de Palermo en un festival gastronómico más que nada cervecero y se nos abrieron así algunas que otras oportunidades y también salir acá en los medios nos abrió muchísimas puertas a tocar y a estar en otros lugares. tocar en bares o restaurantes”, contaron.
Sueños y metas en armonía
Los hermanos pasaron muchos momentos lindos en la peatonal, pero destacan uno que llevarán siempre en su corazón. Yamira, quien trabajaba en Tránsito, durante mucho tiempo los escuchó mientras cantaban. Entre todas las canciones que Yamira escuchaba, una en particular llamada «La siete de abril » la llenó de recuerdos especiales. Resultó que Yamira era bailarina en un ballet y también amaba la música. Siempre le había encantado lo que los jóvenes hacían, y se emocionaba mucho al escuchar esa canción que tanto la identificaba y le traía hermosos recuerdos.
Los hermanos agregaron: “Un día nos dijo: chicos no quiero que se ofendan, pero les quiero regalar algo. Fuimos al municipio con ella que nos guio, nos sorprendió con un violín y una guitarra para nosotros, eso fue un re mimo al corazón, porque no lo esperábamos, no todos los días pasa eso y la verdad que creo que es un tesoro, vamos a llevar siempre en nuestro corazón ese detalle tan lindo que ella tuvo con nosotros”.
“Nuestro sueño o meta artística para el futuro primero que nada es recibirnos, ser profesionales de la música. Por otro lado, tocar en orquestas, y tocar para algún que otro artista famoso. Nos gustaría colaborar con Abel Pintos, Nahuel Pennisi y Ricardo Mollo que son artistas argentinos que los tenemos muy presentes y que apreciamos muchísimo”, declararon.
Tomás y Agustín desean transmitir un mensaje de perseverancia y pasión a otros jóvenes que enfrentan obstáculos en la búsqueda de sus sueños artísticos. Indicaron: “El camino es duro, va a haber muchos obstáculos, pero que está lleno de satisfacciones, a veces la vida te da muchísimas trompadas y a veces te dejan en la lona, pero depende de uno levantarse mirar para arriba, seguir adelante ante todo y luchar por aquello que uno ama”.
“Ese camino tiene muchas satisfacciones y el día de mañana cuando veas para atrás y veas hasta donde llegaste, te vas a dar cuenta de que todo ese sacrificio y ese dolor que tuviste en ese camino para poder llegar a tu meta valió la pena. Se necesita perseverancia, paciencia, pasión y disfrutar el proceso. Luchen por aquello que aman que el camino por venir es súper satisfactorio. Más allá de todo lo que digan los demás, sigan para adelante que lo vale, vale la pena”, concluyeron.
TE PUEDE INTERESAR:
https://www.instagram.com/diarioncomatanza
Un comentario