En una entrevista exclusiva con Diario NCO, dialogamos con Benjamín Segura, actor y estudiante de psicología, quien interpretó a Rafael “Vasco” Echavarren en la película “La sociedad de la nieve”, acerca del éxito de la cinta, su acercamiento con la familia de Echavarren y algunos detalles de las filmaciones.
Por Melanie Aylen Ibarbuden
melanieibarbuden@yahoo.com.ar
“La sociedad de la nieve”, desde su estreno, se ha convertido en la película más vista en Netflix y cines. Una adaptación del libro del escritor uruguayo Pablo Vierci, relata la historia de los sobrevivientes del accidente del vuelo uruguayo en la Cordillera de Los Andes con un enfoque y un protagonismo importante tanto de los sobrevivientes como de los fallecidos.
Asimismo, el director de la película, Juan Antonio Bayona, apostó por talentosos actores y actrices jóvenes y no tan conocidos en el mundo de lo audiovisual para protagonizar la película, tal como es el caso del entrevistado Benjamín Segura.
Segura tiene 26 años, es argentino, actor y estudiante de psicología. Reside en el barrio de San Isidro y comenzó su carrera actoral en el año 2016 en la escuela “Arenga”. “Nunca me imaginé que me iba gustar tanto, fue un nivel de juego y de libertad que me hizo sentir cosas muy impresionantes y simplemente fue creciendo como si fuese un árbol gigante”, comenzó Benjamín.
Sin embargo, a pesar de la felicidad que le da la actuación, Segura aseguró que “me daba miedo hacer castings porque me sentía bueno y veía que a la gente le gustaba, entonces capaz me iba bien y abandonaba la psicología”. Aun así, el actor buscó que sus dos pasiones crecieran juntas hasta llegar a hoy, momento en el que se siente pleno con su vida.
Fue así que en 2021 apareció el casting para “La sociedad de la nieve” y detalló: “Fue el primero que hice y fui avanzando de a poquito, siempre convencido de que no iba a quedar. Finalmente, en julio de ese año me invitaron a Montevideo, Uruguay, donde estaba el director Bayona y a las dos semanas de ese viaje me dieron el papel de Rafael “Vasco” Echavarren”.
El trabajo para su papel
Al igual que sus compañeros, Segura conoció a los sobrevivientes y a las hermanas de su personaje. “El casting fue avanzando y se nos dio un texto genérico: una escena de Numa y Arturo. Seguí avanzando y me llamó una chica diciéndome que viaje a Montevideo, que estaba el director ahí y me pasaron un texto con una escena del Vasco. Cuando me confirman, me metí a estudiar en Internet todo lo que pude y conocí a las tres hermanas y a los 15 sobrevivientes”, relató.
Según sus palabras, “el encuentro con las hermanas fue espectacular, yo estaba en el hotel en Montevideo y me avisaron que estaban abajo y, cuando bajé, la del medio se dio vuelta y me mira muy sorprendida, las toca a las otras, me miran y me dicen “¿Sos Rafael?”, mi personaje, les dije que sí y nos pusimos a llorar y nos abrazamos”.
Por otra parte, quien estuvo presente en las grabaciones fue Pablo Verci, quien mantiene contacto con los sobrevivientes y familiares y Segura describió: “Trabajé mucho con las hermanas y con el testimonio de los sobrevivientes. De por sí, el año entero de casting había generado mucha expectativa y, a ese sueño enorme, se le sumó la cara de las hermanas, donde entendí que la película era para esas personas concretas, con nombres y apellidos, y la iban a estar esperando, por lo que teníamos que hacerlo bien o hacerlo bien”.
A su vez, el entrevistado manifestó que “pensar en esas personas le daba sentido al haber estado tanto tiempo lejos de nuestras casas, al hambre, al frío la historia, el sacrificio que implicó el rodaje, todo por esas caras que, al interpretar personas que estuvieron vivas, hay como un vínculo místico, casi espiritual o religioso, como charlarle o rezarle a alguien que ya no está”.
Las escenas que lo marcaron
Así como para los espectadores muchas escenas los impactaron y emocionaron, a los protagonistas también. “La escena de la primera noche fue una tortura. Los sobrevivientes hablaron de que fue un infierno, estaban congelados, con miedo, incómodos y sentían que el tiempo no pasaba. A nosotros nos metieron en el fuselaje con ventiladores, nos tiraban nieve, todos titiritando y, si aflojabas un poco el cuerpo, te retaban y te pedían más. Se te moría alguien al lado y te preguntabas “¿Dónde estamos?”, hasta que gritaban “¡Corte!” y salíamos, llorábamos, nos abrazábamos y volvíamos a entrar. Lo grabamos muchas horas… fue horrible”, comentó Benjamín.
Otra de las escenas que más lo impactó fue la avalancha que, según sus palabras, “esos cuatro días que ellos estuvieron sepultados bajo la nieve, los grabamos casi un mes” y que “un día llegamos al avión y estaba lleno de nieve, entonces te tenías que tirar ahí a las ocho de la mañana, empaparte todo y sufrir, mientras que yo y dos más quedamos arriba de la nieve escuchando gritos, por lo que era mucha desesperación y yo le empecé a pegar a la ventana y lloraba a cántaros mientras mis amigos se morían abajo mío”.
Sin embargo, hubo escenas que se disfrutaron más y, por ello, Benjamín contó: “La escena de las payadas fue un grito de esperanza. Estábamos todos en el fuselaje, había aire de alegría, y el director nos hacía improvisar payadas. Pasamos todos muchas veces y las que salieron mal salieron mal de verdad. Otra escena que disfruté fue la muerte de mi personaje, pero a nivel espiritual, fue una despedida, sensaciones muy lejanas porque nunca había estado cerca de la muerte. Se me aparecían imágenes de mi familia, de la familia de él… La grabamos dos horas, cada toma era distinta, con mucho respeto y, cuando terminamos, me abracé con María Laura, la coach actoral”.
La conexión con el “Vasco” y su deseo de conocer el lugar del accidente
Así como recurrió a distintas herramientas y personas para interpretar su rol, también implementó otras cuestiones. “Tengo un diario de mi personaje donde antes de grabar me sentaba a escribir sobre cómo me sentía y que iba a pasar, por lo que entraba a grabar y simplemente las cosas iban saliendo. En ese diario hablo mucho con la muerte, le escribía pidiéndole que nos deje en paz, ya había un nivel de miseria enorme y más cerca de la muerte había paz, armonía y tranquilidad, por lo que pensé que la muerte era mi amiga y me quería salvar porque estaba sufriendo”.
Asimismo, Benjamín detalló que “yo ya estaba muy flaco, por lo que había un sufrimiento real del cuerpo, había bajado 20 casi 21 kilos, no estaba comiendo nada, estaba muy cansado y quería volver a casa, entonces eso era lindo y feo a la vez, un menjunje de emociones muy ajenas también”.
Otro detalle no menos importante es que la película se grabó en Granada, España, ya que era difícil hacerlo en la Cordillera de Los Andes. Según Benjamín, “antes de arrancar a grabar, ensayamos dos meses en Barcelona y la última semana allí nos llevaron a un cine y nos mostraron imágenes de Los Andes y esas imágenes se usaron en la película porque el director viajó allá” y que “me hubiese gustado ir a la Cordillera con todos, con mis hermanos de la montaña a cerrar una etapa, aunque en el lugar en el que grabamos fue increíble, no me puedo quejar”.
Finalmente, el intérprete del “Vasco” cerró: “Esta película fue un salto muy grande para mí y para todos mis amigos. Fue muy largo todo, el casting duró un año y terminamos de grabar en diciembre de 2022. Hoy mirando la película parece que se hace de un día para el otro porque al mundo le sale así, pero fue un proceso eterno, que parecía que no iba a terminar nunca, pero a la gente le encanta y eso es un regalo muy increíble”.
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