Gabriel Blanco. Los imputados son el subcomisario Rubén Darío Suárez, el suboficial Ariel Emiliano Gómez y el oficial Pablo César Balbuena, todos por el delito de «tortura seguida de muerte». El subjefe de la comisaría Daniel Omar Dos Santos y el comisario inspector Claudio Horacio Javier Hundayn son acusados por “encubrimiento doblemente agravado por tratarse de un hecho ilícito de los considerados graves y por la calidad de funcionario público en concurso real con incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
El 1 de marzo de 2007, Gabriel Blanco apareció colgado en el calabozo de la comisaría 2º del barrio San Carlos, Isidro Casanova. Fue detenido en el barrio “La Borgward”. Según consignan desde la Asociación por los Derechos Humanos de La Matanza (APDH) “era hostigado para que robara en zonas liberadas. Pero él no quería. Había estado preso por robo, pero, en ese momento, tenía trabajo y cumplía con un tratamiento de recuperación por adicciones. Quería a su familia y se esforzaba por criar a su pequeño hijo. |
Gabriel estaba nervioso. En la comisaría, su compañera pidió hablarle y que viera a su hijo, convencida de que así se calmaría. Los policías le dijeron que ellos se iban a ocupar de tranquilizarlo. Por la noche, un patrullero se acercó a la casa de Teófilo para informarle que Gabriel, su hijo, se había suicidado. Durante el velatorio dudaron sobre la versión oficial y advirtieron marcas en el cuerpo. También le faltaban piezas dentales. Solicitaron una segunda autopsia. Se realizó la reconstrucción del hecho, en la que se determinó que la versión del suicidio era inverosímil.
Por esta causa integrantes del organismo fueron acusados de «extorsión», difamados e incluso amenazados y agredidos. Esa causa fue archivada sujeta a “la aparición de nuevos elementos durante el juicio”, según el fiscal José Luis Carlos Longobardi.
Nueve años después, comenzó el juicio oral y público contra los cinco policías bonaerenses imputados por la muerte de Gabriel Blanco. El viernes 1º de abril será la jornada para los alegatos.
En esta segunda y última entrega, brindamos una crónica de las últimas tres jornadas, resaltando que en la última, estuvo presente Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y titular del Servicio Paz y Justicia.
Día 4
En la cuarta jornada los testigos que dieron su versión ante el Tribunal Oral Criminal nro. 5 (TOC 5) fueron policías que había intervenido en la detención de Blanco y personas que los efectivos sindicaron como pretendidas víctimas de robos, en los cuales el joven habría participado.
El miembro de la fuerza de seguridad bonaerense Daniel Galván señaló que desde la aprehensión, Gabriel Blanco decía que se iba a quitar la vida. Esta es una constante que se repite en otros de sus colegas como también que el detenido se autogolpeaba y todos ellos estaban preocupados por “calmarlo”.
El efectivo que lo llevó hasta el calabozo contó que lo había dejado esposado y que Blanco se quejaba mucho de esa circunstancia. Además aseguró que no había en el recinto donde estuvo detenido ningún colchón ignífugo. Y agregó que salvo que alguien se quedara ahí, no se lo aportaban. También aseguró que en la celda no había ningún tipo de luminosidad.
Es importante resaltar la relevancia del colchón porque, que según la versión oficial, habría sido un elemento fundamental para que Gabriel se quitara la vida ya que, argumentan, lo habría sido usado para alcanzar la altura necesaria para atar el cable para suicidarse.
Por otra parte, el testigo Juan Carlos Cajel, un hombre del barrio, inicialmente aparecía firmando una declaración en la que sostenía que él veía cuando Gabriel Blanco se “autogolpeaba”. Sin embargo, hoy bajo juramento fue claro: siempre fueron los policías los que referían a esa cuestión porque él nunca vio esa circunstancia. Lo que está acreditado es que se escuchaba el ruido de los golpes.
Como todos los días estuvieron presentes los padres de la víctima y miembros de organizaciones sociales y gremiales que apoyan la búsqueda de justicia.
Día 5
En la quinta sesión hubo dos ateneos en los que los especialistas debatieron aspectos técnicos de la causa, por caso las muestras que se obtuvieron en su momento que «deben analizarse en el marco de las pruebas en general», explicó el doctor Alejandro Bois, abogado de la querella. El Tribunal Oral Criminal nro. 5 (TOC 5) desestimó una reconstrucción del hecho y anuló las pericias anatomopatológicas realizadas en su momento.
«Hoy se discute si las lesiones son vitales o no, pero los especialistas señalan que con una sola muestra no se puede saber. Pero si se analiza a la luz del cuerpo probatorio, sostenemos que tienen que ver con las lesiones en vida que sufrió Gabriel Blanco», explica Bois. Cada uno visualiza los distintos aspectos de las pruebas, pero como lo hacen los organismos de derechos humanos «nosotros arrancamos por creerle a las personas que están detenidas» ya que» se tiende a menoscabarlos y a quitarles la voz», agregó.
El caso de la muerte de Gabriel Blanco se inscribe en un marco «de delitos muy especiales que cometen las agencias de seguridad, en un ámbito en el cual los propios agentes ejercen la violencia sobre los únicos testigos. Los que deben dar una respuesta acabada y convincente de cómo Gabriel perdió la vida son, justamente, los dueños de la llave del calabozo, es decir (Ariel Emiliano) Gómez, (Rubén Darío) Suárez y (Pablo César) Balbuena. Ellos mismos se ponen en el lugar de los hechos, donde está probado que Blanco fue golpeado. Si los tres lo ponen al detenido quitándose la vida, deben dar una explicación», dijo Alejandro Bois.
«Aun en la versión de los policías donde Gabriel se habría quitado la vida, es responsabilidad directa de ellos porque debían cuidar al detenido. Si hay algo que recorre el juicio es el estado de exaltación de Gabriel y son ellos quienes debían conjurarlo con los profesionales del caso», advirtió Bois.
Día 6
Durante la sexta y última jornada la declaración más importante fue la de Alfredo Armando Romero, autor de la reautopsia que determinó la presencia de lesiones vitales en el cuerpo del joven, una posición que el profesional ratificó bajo juramento aun bajo el cuestionamiento severo de un miembro del Tribunal Oral y Criminal N°5.
Al inicio de la jornada, el presidente del TOC 5 anunció la presencia en la sala del Premio Nobel de la Paz y titular del Servicio Paz y Justicia Adolfo Pérez Esquivel, quien acompañó a la familia Blanco en el pedido de verdad y castigo a los culpables.
La segunda autopsia fue realizada en el distrito judicial de Lomas de Zamora, donde se hacen las calificadas como de «muerte en custodia», donde están involucradas fuerzas de seguridad. Por lo cual, en ese proceso no interviene ningún integrante policial. La reautopsia respetó los protocolos internacionales que marcan la búsqueda de lesiones profundas que indican torturas, golpes o apremios. Esto es lo que hizo el médico Romero y encontró elementos que le hacen pensar que Gabriel Blanco recibió lesiones profundas vitales que fueron soslayadas en la primera autopsia, cuando ni siquiera se había investigado tal aspecto.
«Como el testimonio de Romero contradecía los dichos de Julio Cámera, el primer autopsia, y de los médicos policiales, fue preguntado y repreguntado incluso por uno de los miembros del Tribunal y no de buena manera. Sin embargo, el profesional reafirmó su posición porque está convencido de lo que vio: las lesiones vitales; también dio descripciones de los por qué de sus observaciones, algo que se compadece con el resto de la prueba, es decir, que a Gabriel lo habían golpeado según los dichos de quienes lo escucharon en la comisaría», relató el abogado Alejandro Bois.
El TOC 5 desestimó una reconstrucción del hecho y la querella demostró su oposición. Sin embargo, el próximo miércoles 30 se realizará una inspección ocular al destacamento del barrio San Carlos. «Esperábamos la reconstrucción pero está la visita ocular que es importante, aunque un poco tarde porque el calabozo fue reformado. Pienso que la Fiscalía debería haber preservado el lugar. A pesar de todo, se van a dar algunos datos que están faltando sobre el largo del cable, el camastro y la medida de mi hijo que no da nunca para que se haya ahorcado», dijo Teófilo Blanco.
El juicio seguirá el próximo viernes 1º de abril cuando el Tribunal escuche los alegatos y fije la fecha donde se dará el veredicto.