Con un imponente acto, el PJ de la Provincia de Buenos Aires, presidido por el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, lanzó oficialmente la campaña del peronismo para las elecciones del 2015 y adelantó que intentará reunir a todos los aspirantes a la presidencia y a la gobernación en La Plata el próximo 29 de noviembre.
Por Verónica Bustos
veronicaelizabethbustos@hotmail.com
El peronismo bonaerense, desde la llegada de Fernando Espinoza, está decidido a recuperar terreno y dejar de ser “uno más” de los que integran el FpV. En eso está abocado el líder comunal de La Matanza, en demostrar una unidad que le permita presionar al momento de la conformación de las listas. El próximo 29 en la ciudad de La Plata, el PJ cierra sus recorridas seccionales y allí se estima estarán todos, hasta los que nunca compartieron los actos del Consejo Provincial del PJ, pero se sabe, sueñan con ser candidatos.
Los que siempre están y las llamativas ausencias…
Miles de militantes se hicieron presentes a pesar del calor que por momentos fue sofocante, para escuchar las palabras del ministro de Defensa, Agustín Rossi, del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, y del presidente del Partido, Fernando Espinoza. Este último, al hacer uso de la palabra conmemoró aquél 17 de noviembre diciendo que “El peronismo de la provincia homenajea a ese millón y medio de compañeros que vinieron a recibir a su líder y le dijeron nuevamente “presente mi General”.
Se lanzó la campaña electoral
Asimismo destacó: “Estamos levantando bien altas las banderas de la Justicia Social, de la Independencia Económica y la Soberanía Nacional y desde acá decimos que el peronismo de la provincia de Buenos Aires hoy se pone en marcha hacia la recta final para ganar la elección del año que viene”.
Lo que se pone en juego
Fernando Espinoza también se refirió al próximo año diciendo: “El año que viene nos jugamos si seguimos en este camino de desarrollo y producción, porque nadie puede negar que después de Perón y Evita, el gobierno de Néstor y Cristina fue el gobierno que más derechos le devolvió a los argentinos”.
Plaquetas y adhesiones
Durante el acto, se entregaron placas conmemorativas con la leyenda: “El que sueña solo, solo sueña. Pero el que sueña con otros, hace la historia” a Carlos Kunkel, a la memoria de Antonio Cafiero, a Juan Carlos Dante Gullo, a María Eugenia Álvarez (enfermera de Evita), a Gino Pizurno (ex intendente de Tandil), a Magdalena viuda de Saúl Ubaldini y a Pedro Bevilaqua.
Cabe añadir que Eduardo Fellner presidente del PJ Nacional envió una carta de adhesión. También enviaron sus saludos los gobernadores Francisco “Paco” Pérez de Mendoza, Luis Beder Herrera de la Rioja y José Luis Gioja de San Juan.
Las ausencias
Los precandidato ya lanzados para las PASO, Florencio Randazzo, Jorge Taiana y Julián Domínguez estuvieron ausentes y por supuesto, La Cámpora tampoco asistió a la conmemoración.
Rossi recordó a Balestrini
El ministro de Defensa, Agustín Rossi, se mostró emocionado conmemorando aquella gesta gloriosa y agradeció a Alberto Balestrini al decir que “es un gran compañero que me ayudó mucho en la Cámara de Diputados, donde conocí la gran persona y compañero que es Alberto” también recordó a Néstor al referirse a él como ese gran militante “que dejó su vida para mantener al partido peronista”. También destacó la concurrencia al acto, acerca de lo cual señaló que “esta demostración de militancia hace que muchísimos opositores no entiendan qué pasa en la Argentina. No entienden de construcción colectiva porque son el símbolo del individualismo. No entienden lo que significa la construcción de un movimiento porque no construyen”.
Sergio Urribarri, por su parte, agradeció la invitación de Espinoza y destacó que la prioridad es “seguir construyendo una sociedad más justa”. “El peronismo está movilizado porque no quiere que nadie le escriba el futuro», como así también agregó: “A los que quieren darnos por muertos, a los que nos pronostican a cada rato el fin del ciclo y el fin del peronismo les digo que aquí estamos los peronistas de todo el país, unidos y de pie, dispuestos a seguir luchando contra la traición de adentro y de afuera”.
Scioli también instó a la unidad
Durante su intervención, el gobernador Daniel Scioli destacó el impulso que Fernando Espinoza le está dando al PJ de la provincia y además dijo: “Acá no hay herederos ni elegidos, el único heredero de nuestra presidenta es el pueblo argentino a través de las políticas que han dado como nunca un progreso, crecimiento y desarrollo a nuestro país”.
Además, el mandatario provincial llamó a “seguir trabajando con espíritu de unidad, de punta a punta en toda la Argentina, movilizando toda la fuerza de nuestro proyecto”.
El gobernador también destacó el trabajo de “los militantes que nunca aflojaron, que llevan a diario permanentemente nuestras banderas y que honran ese espíritu fundacional del peronismo”, al tiempo que aseguró que un ejemplo de esto, es la “comprometida” militancia que “llevó adelante Néstor Kirchner junto su compañera y hoy la Presidenta de todos los argentinos”.
Finalmente Scioli instó a “seguir adelante, avanzando, explicando con toda claridad de dónde venimos con mucha humildad y responsabilidad, dónde estamos, y hacia dónde queremos proyectar nuestra Argentina”.
El Hombre Corcho
Por Roberto Arlt
El hombre corcho, el hombre que nunca se hunde, sean cuales sean los acontecimientos turbios en que está mezclado, es el tipo más interesante de la fauna de los pilletes.
Y quizá también el más inteligente y el más peligroso. Porque yo no conozco sujeto más peligroso que ese individuo, que, cuando viene a hablaros de su asunto, os dice:
-Yo salí absuelto de culpa y cargo de ese proceso con la constancia de que ni mi buen nombre ni mi honor quedaban afectados.
Bueno, cuando malandra de esta o de cualquier otra categoría os diga que “su buen nombre y honor no quedan afectados por el proceso”, pónganse las manos en los bolsillos y abran bien los ojos, porque si no les ha de pesar más tarde.
Ya en la escuela fue uno de esos alumnos solapados, de sonrisa falsa y aplicación excelente, que cuando se trataba de tirar una piedra se la alcanzaba al compañero.
Siempre fue así, bellaco y tramposo, y simulador como él solo.
Este es el mal individuo, que si frecuentaba nuestras casas convencía a nuestras madres de que él era un santo, y nuestras madres, inexpertas y buenas, nos enloquecían luego con la cantinela:
-Tomá ejemplo de Fulano. Mirá qué buen muchacho es.
Y el buen muchacho era el que le ponía alfileres en el asiento al maestro, pero sin que nadie lo viera; el buen muchacho era el que convencía al maestro de que él era un ejemplo vivo de aplicación, y en los castigos colectivos, en las aventuras en las cuales toda la clase cargaba con el muerto, él se libraba en obsequio a su conducta ejemplar; y este pillete en semilla, este malandrín en flor, por “a”, por “b” o por “c”, más profundamente inmoral que todos los brutos de la clase juntos, era el único que convencía al bedel o al director de su inocencia y de su bondad.
Corcho desde el aula, continuará siempre flotando; y en los exámenes, aunque sabía menos que los otros, salía bien; en las clases igual, y siempre, siempre sin hundirse, como si su naturaleza física participara de la fofa condición del corcho.
Ya hombre, toda su malicia natural se redondeó, perfeccionándose hasta lo increíble.
En el bien o en el mal, nunca fue bueno; bueno en lo que la palabra significaría platónicamente. La bondad de este hombre siempre queda sintetizada en estas palabras:
“El proceso no afectó ni mi buen nombre ni mi honor”.
Allí está su bondad, su honor y su honradez. El proceso no “los afectó”. Casi, casi podríamos decir que si es bueno, su bondad es de carácter jurídico. Eso mismo. Un excelente individuo, jurídicamente hablando. ¿Y qué más se le puede pedir a un sinvergüenza de esta calaña?
Lo que ocurrió es que flotó, flotó como el maldito corcho. Allí donde otro pobre diablo se habría hundido para siempre en la cárcel, en el deshonor y la ignominia, el ciudadano Corcho encontró la triquiñuela de la ley, la escapatoria del código, la falta de un procedimiento que anulaba todo lo actuado, la prescripción por negligencia de los curiales, de las aves negras, de los oficiales de justicia y de toda la corte de cuervos lustrosos y temibles. El caso es que se salvó. Se salvó “sin que el proceso afectara su buen nombre ni su honor”. Ahora sería interesante establecer si un proceso puede afectar lo que un hombre no tiene.
Donde más ostensibles son las virtudes del ciudadano Corcho es en las “litis” comerciales, en las trapisondas de las reuniones de acreedores, en los conatos de quiebras, en los concordatos, verificaciones de créditos, tomas de razón, y todos esos chanchullos donde los damnificados creen perder la razón, y si no la pierden, pierden la plata, que para ellos es casi lo mismo o peor.
En estos líos, espantosos de turbios y de incomprensibles, es donde el ciudadano Corcho flota en las aguas de la tempestad con la serenidad de un tiburón. ¿Que los acréedores se confabulaban para asesinarlo? Pedirá garantías al ministro y al juez. ¿Que los acreedores quieren cobrarle? Levantará más falsos testimonios que Tartufo y su progenitor ¿Que los falsos acreedores quieren chuparle la sangre? Pues, a pararse, que si allí hay un sujeto con derecho a sanguijuela, es él y nadie más. ¿Que el síndico no se quiere “acomodar”? Pues, a crearle al síndico complicaciones que lo sindicarán como mal síndico.
Y tanto va y viene, y da vueltas, y trama combinaciones, que al fin de cuentas el hombre Corcho los ha embarullado a todos, y no hay Cristo que se entienda. Y el ganancioso, el único ganancioso, es él. Todos los demás ¡van muertos!
Fenómeno singular, caerá, como el gato, siempre de pie. Si es en un asunto criminal, se libra con la condicional; si en un asunto civil, no paga ni el sellado; si en un asunto particular, entonces, ¡qué Dios os libre!
Tremendo, astuto y cauteloso, el hombre Corcho no da paso ni puntada en falso.
Y todo le sale bien. Así como en la escuela pasaba los exámenes aunque no supiera la lección, y en el examen siempre acertó por una bolilla favorable, este sujeto, en la clase de la vida, la acierta igualmente. Si se dedicó al comercio, y el negocio le va mal, siempre encuentra un zonzo a quien endosárselo. Si se produce una quiebra, él es el que, a pesar de la ferocidad de los acreedores, los arregla con un quince por ciento a pagar en la eternidad, cuando pueda o cuando quiera. Y siempre así, falso, amable y terrible, prospera en los bajíos donde se hubiera ido a pique, o encallado, más de una preclara inteligencia.
¿Talento o instinto? ¡Quién lo va a saber!