Agrupación Peronista 26 de Julio y Felipe Vallese. Cuando un ser humano desaparece físicamente, además de sus restos, deja sus obras. Esas obras que comenzó a construir un 25 de mayo del 2003, con políticas que produjo una ruptura del modelo neoliberal que nos venia azotando y destruyendo en todos los frentes: político-económico-social y fundamentalmente en el aspecto cultural.
Ese hombre que nos pidió perdón en nombre del estado por los hechos aberrantes de violaciones a los derechos humanos y que con mucha convicción y firmeza expreso que no vino, ni pensó dejar las convicciones en la puerta de una oficina, banco cada palabra con el lomo; con el mismo que aguantó acciones de gobierno donde ubicó al Estado en el rol indelegable que una Nación, que pretende ser Libre e Independiente, no puede abandonar. Poniendo el acento en la justicia, la igualdad, los derechos humanos, el derecho a tener derechos, la importancia de la Argentina en la Patria Grande Latinoamérica que soñara Perón, y ubicarla en ese rol estratégico en la nueva distribución de la economía a escala mundial, es por esto y mucho más que esta última leyenda viviente NESTOR CARLOS KIRCHNER, NO SE FUE y sigue vivo en cada uno de los militantes del Campo Nacional y Popular y en especial del Peronismo.
Como parte de esta historia pensamos que nuevamente el único camino posible que nos sacará de la postración, es la construcción de un espacio colectivo conducido por el peronismo de la resistencia al neoliberalismo. Y así como Néstor Kirchner recuperó la iniciativa, nosotros tenemos la responsabilidad como militantes, de recuperar el protagonismo; porque un militante debe organizar la política tanto en su victoria como en la derrota. Imaginar un Peronismo sin conflicto, un Peronismo sin contradicciones que potabilice su concepto interno, es creer que el Peronismo puede desaparecer por sustitución. Reivindiquemos la necesidad de la discusión ideológica ante aquellos que pretenden que la política y la historia se terminen, reemplazándolas con el voluntarismo, las dirigencias de gerentes y CEOs de empresas, y ahora con la incursión del voto electrónico, el nuevo método de fraude electoral demostrado en grandes democracias mundiales, manejando y deformando la expresión del pueblo.
No podemos darnos el lujo de no combatir, luchar ni frenar este cambio de modelo que provoca sufrimiento, miseria y desocupación a los sectores más humildes y populares y que cuenta con un blindaje mediático que el poder económico y financiero solo pueden imponer. Por eso, como militantes del Peronismo, reivindicamos la política como herramienta de transformación, al militante como interlocutor y formador de conciencia y organización popular y al voto y la participación electoral como demostración de expresión popular.