Número de edición 7940
Opinión

A 44 años del Mayo Francés; ¿Hay que liquidar el Mayo del 68’?

Análisis cotidianos en tiempos Post- Modernos

Pregunta punzante si las hay, en realidad se trata del título del último libro del filósofo socialista Henri Weber. ¿Hay que liquidar el Mayo del 68? Es el interrogante de muchos franceses. A más de 44 años de lo que fue la revolución en la Universidad de Nanterre (porque cambió el paradigma, el modo de concebir una sociedad para muchos a pesar de que lo nieguen); existen opiniones divididas en el seno de Francia y el resto del mundo respecto de si existe o no un legado verdadero. ¿Y en nuestro país que sucede al respecto?

Por Jonathan Agüero Cajal JVAC
jonathan.aguero.diarionco@gmail.com

22 de mayo de 1968. Universidad de Nanterre. Barrio Latino a pura explosión. El adoquín volador como símbolo anecdótico de jóvenes universitarios y trabajadores que salieron a proclamar ¿utópicamente? “prohibido prohibir”. Los llamados “baby boomers” aún siguen generando polémica. No hace mucho en 2008, Nicolas Sarkozy disparó al decir que “(el Mayo Francés) confundió el bien y el mal, lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo», “todo estaba permitido, los líderes de aquel movimiento consiguieron que desapareciera el concepto de autoridad»; “preparó el terreno para un capitalismo sin escrúpulos y sin ética»

Es aquí donde entra en juego el debate acerca de la validez, el impacto y los logros del Mayo Francés del 68’ como una utopía inalcanzable, tal como aquellos jóvenes proponían “¡pidamos lo imposible!”. Es curioso analizar las declaraciones de Sarkozy. En cierta forma él mismo es un claro producto del mayo del 68’. Jamás se hubiese pensado antes que un presidente fuera “dos veces divorciado”. Que en las sociedades se haya incorporado el concepto del “divorcio”, del “nuevo rol de la mujer” es producto del Mayo Francés. Tal como, otro de los tantos ideólogos que estuvieron en aquellos días en las marchas, Cohn-Bendit, escribiría en su libro curiosamente titulado “Forget 68”.

“Olvidar el 68”. Crudo, tal vez no es precisamente la idea “deshacerse, olvidarse, negar todo lo que sucedió”. Al contrario, el mayo francés sólo planteó una gran base que modificó las costumbres cotidianas, las relaciones sociales, las libertades sexuales. Fue una revolución que no requirió de un “gran sacrificio a muerte de personas”. No se estaba deseando “un posible futuro mejor” sino que su máximo deseo era la libertad misma, se proclamaba por “la felicidad” en su estado puro.

Ok, estamos de acuerdo en señalarle a la propia revolución su falta de liderazgo, la ausencia de líderes que llevaran a priori y profundizaran lo que fue este estallido. Pero, no por eso hay que adoptar posiciones extremas y limitadas, que vean sólo lo negativo o positivo del asunto. Sin Mayo Francés jamás hubiese estallado el “flower power”, no habría existido Woodstock, no hubiera existido el “hipismo”. En nuestro país sin la histórica Cofradía de la Flor Solar no tendríamos el mejor rock de toda Latinoamérica. Y todo se lo debemos al Francés.

Incluso si vamos a meternos más en profundidad (por citar un ejemplo fuera de lo común), la combinación del “ideario francés más el hippie» dio como resultado nuevas formas de concebir la libertad: internet es el más claro ejemplo de ello. El lema de “prohibido prohibir” se cumple en lo que es la esencia de la red de redes: la libertad pura, el acceso a compartir y recibir información. Y quien sabe cuántas cosas más, inconscientes, cotidianas, ha permitido el mayo del 68’.

Ahora tal como planteamos más arriba, ¿qué pasa en Latinoamérica con los jóvenes universitarios? Mucho, y falta mucho por hacer. El ejemplo más vital es el de Chile: saltaron a la luz a través de todos los medios de comunicación gracias a que salieron a las calles a contarle al mundo “cómo en Chile para poder estudiar tenés que endeudarte pagando de por vida lo que vale una casa… y mucho más”.
Desde la comodidad de nuestros hogares, miles de jóvenes argentinos que van tranquilos a estudiar a diario tanto en secundaria como universidad (aún con todos los defectos que podamos llegar a nombrar) vieron por televisión al llegar a sus casas como chilenos de entre 18 y 25 años eran golpeados y reprimidos por reclamar una educación gratuita y no meramente capitalista. ¡No pagar para estudiar!

Tampoco hay que olvidarse de los indignados en EE.UU con sus irónicas protestas retransmitidas alrededor de todo el globo; o la dura “crisis estilo 2001” que “por primera vez en sus vidas” están viviendo los españoles que ya no pueden seguir pagando el alquiler de ese hermoso piso, o como dice el grupo español pop-punk Pignoise (avecinándose un poco a lo que se venía) “en un billar hablas de un chalet, de tantas cosas que no vas a tener, estás aquí otro mes de abril tirando, piedras negras a un cielo azul”. Mención aparte para el caballito de batalla británico que aprovecharon los juegos olímpicos para tapar un poco el dedo con el sol la vapulienta crisis que también los azota. Como pueden ver… el espíritu de gritar al cielo, más vivo que nunca, transmitido en vivo a través del iphone, de twitter y youtube, fenómeno único si los hay las 24hs.

Por otro lado y volviendo al eje, en nuestro país tenemos una de las mejores educaciones gratuitas que puede llegar a haber en Latinoamérica. Tenemos universidades públicas que permiten que miles de jóvenes puedan estudiar tranquilos sin tener que estar pensando en ello. Sí, hay muchísimas cosas para mejorar, hay millares de problemas por resolver y cosas… que “están mal”. El caso chileno junto con el de otros países como México (quién se encuentra en una situación similar con las universidades “patito” que cierran puertas) es un gran llamado de atención para el año en el que corremos, 2012, ¿hello?

Las cosas han cambiado mucho desde el 68’. Hoy, ahora, estudiantes argentos de secundaria toman los colegios mientras algunos “comunicadores” se burlan cruelmente de ellos a través de los medios. Triste y patético. No sólo se aprende yendo a clases cuando los derechos esenciales no están satisfechos. Lo positivo es que hay jóvenes en edad muy temprana que tienen dos dedos de frente como para organizarse, tener argumentos y salir a decir y reclamar lo que necesitan. No son piqueteros, no son terroristas, no son militantes, ni tampoco sus padres son piqueteros, son estudiantes reclamando.

La cita “Forget 68” no invita a olvidar lo que pasó, al contrario, la idea es: la revolución del Mayo Francés sólo fue una gran base, de aquí en más lo que resta es tratar de superar a la misma revolución, aquella que hoy en día está bajo los adoquines y los escombros, en un mundo diferente y con distintas necesidades. Se avecina un futuro tan excitante como incierto, hay que estar atentos.

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