Durante las últimas semanas, la violencia contra las mujeres se volvió preocupación masiva. Mientras continúan en aumento las noticias sobre femicidios y las declaraciones de las sobrevivientes, esta tarde, ante el Congreso, con la consigna Ni Una Menos, podría haber una multitud.
Sin embargo, muchas veces el tratamiento que los medios de comunicación hacen sobre la problemática, lejos de concientizar, por el contrario legitiman. Como muestra basta ver como se trata burlonamente la denuncia de violencia de género que recae sobre el jugador de fútbol del club Boca Juniors, Daniel Osvaldo.
Por: Verónica Bustos
veronicaelizabethbustos@hotmail.com
Apenas se filtró la noticia de la denuncia de Jimena Barón contra Daniel Osvaldo por violencia de género, la actriz subió a las redes sociales una imagen del delantero de Boca con el cartel de Ni una Menos, dejando al descubierto la doble cara del ídolo del fútbol. Momentos antes, su abogado Eduardo Sande había asegurado: “Jimena tiene todos los mensajes guardados donde la hostiga, la humilla y la degrada. La llamó ‘gato’, ‘prostituta’ y hasta amenazó con volver a su casa para hacer un escándalo”.
Inmediatamente en las redes sociales la opinión pública se volcó a favor del jugador xeneize, calificando a Jimena Barón de “despechada”.
Fueron pocos los periodistas de espectáculos que razonablemente y ante el incremento de los femicidios se mostraron cautos al momento de desglosar la información.
El caso Bernal-Diwan
El escándalo protagonizado por la bailarina Gisela Bernal y el productor Ariel Diwan, mediatizado por la televisión, la radio y viralizado en las redes sociales, expone crudamente los prejuicios que existen al momento de juzgar la conducta femenina. Si bien, la violencia mediática aún no está tipificada en relación a la niñez, el caso, infringe el artículo 71 de la Ley de Comunicación Audiovisual 26.522, que obliga a vigilar el cumplimiento de los derechos del niño. Sin embargo, en programas como Intrusos, de Jorge Rial, se infringieron varios de los artículos de la ley 26.061. Lo cierto es que hay una responsabilidad social del comunicador a la hora de expresar opiniones sobre situaciones que rozan la violencia de género, o por lo menos, no incentivarlas.
No obstante, cabe aclarar, que fueron periodistas y activistas de distintas ONGs, que trabajan en la temática de la violencia de género, los que motorizaron la movilización para crear conciencia sobre los femicidios y el tratamiento en los medios de comunicación.
Los cinco puntos
-La implementación del Plan Nacional de Acción para la Prevención Asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres que está en la Ley 26.485. Que se cumpla integralmente, que haya monitoreo y presupuesto para todo lo que se hace.
-El acceso a la Justicia a las víctimas; que haya patrocinio jurídico; que no se las revictimice; que las causas que tramitan en el fuero civil y penal se unan para que sea todo más ágil.
-Estadísticas oficiales sobre femicidios ya que hasta ahora sólo contamos con los números que aporta la Casa del Encuentro que es una asociación civil. Dentro del Estado debe haber un Registro Oficial único, para que las políticas públicas se piensen desde esa dimensión.
-Educación Sexual Integral en todos los niveles ya que existe una ley desde el año 2006 que apunta a que en todas las escuelas del país y en todos los niveles (público y privado) se den estos contenidos. El cambio más profundo es el cultural, es romper con la lógica patriarcal, entonces la educación es fundamental.
-La protección de las víctimas porque es muy difícil para una mujer que vive una situación de violencia denunciar. Cuando se anima, activa una investigación contra el hombre golpeador o quien la amenazó y la Justicia tiene que monitorear que se cumplan las medidas que se disponen en el marco de las causas.
