Sobrevivientes, familiares y amigos de las victimas impulsaron un proyecto de ley para expropiar el edificio donde ocurrió la tragedia y resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural.
A meses de que se cumplan 15 años de unas de las tragedias que más marco a la sociedad argentina, familiares y amigos de las víctimas de Cromañón presentaron en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un proyecto de ley para expropiar el edificio que se encuentra ubicado en Bartolomé Mitre 3060 y convertirlo en un “espacio para la memoria”.
Con esta medida se buscará preservar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural, por lo que le solicitarán al Gobierno porteño que determine las partidas presupuestarias que considere pertinentes para la restauración del lugar y su mantenimiento. También indica que la administración de ese espacio estará a cargo de familiares y sobrevivientes de Cromañón con independencia del estado.
La medida fue presentada en una conferencia de prensa en la que participaron, sobrevivientes, amigos, familiares y los diputados Laura Marrone (FIT), Fernando Vilardo (AyL), Marcelo Guouman (Ev), Javier Andrade y Victoria Montengro (UC).
En ese contexto, la madre del fallecido Julián Rozengardt, Silvia Bignami, resaltó que “30 de diciembre de 2004 quedará instalado en la memoria colectiva como el momento inédito para nuestra historia en el que en el mismo acto y en una trampa similar a una cámara de gas, a 200 familias se les arrebató la vida de sus hijos e hijas, niños, adolescentes y algunos adultos”.
Además los familiares exigieron que se le dé un tratamiento prioritario al proyecto ya que, según ellos mismos denunciaron, se pudieron constatar obras en el interior del exlocal bailable que podrían afectar lugares sensibles para la reconstrucción de aquella noche trágica.
Sobre esa misma línea, el padre de Lucas Guzmán -otra de las víctimas-, José Guzmán, manifestó que se han “encontrado con esta sorpresa tremenda, que se estaban levantando paredes en el predio y nuestra preocupación es tremenda”.
Cabe remarcar que en los fundamentos del proyecto, los familiares insistieron en que “las condiciones del local, desconocidas para el público, pero no por las autoridades y empresarios, anunciaban el desastre: habilitación ilegal y vencida; puertas de emergencia cerradas con candado, techo recubierto de material tóxico, matafuegos escasos y vencidos; obstáculos múltiples que complicaban la salida; no había claraboyas de ventilación producto de la existencia de canchas de futbol en la terraza; ventanas tapiadas en el entrepiso; plano electromecánico sin aprobación; inexistencia de grupo electrógeno; ausencia de sistema de extracción de aire; el público superaba más de tres veces la capacidad máxima permitida y las defensas contra incendios no funcionaban”.
Asimismo explicaron que durante el operativo de emergencia que se realizó para rescatar a las personas que estaban dentro del local, “se comprobó la inexistencia de mecanismos de previsión ante sucesos de esta envergadura, la falta de ambulancias, los hospitales colapsados, la ausencia de insumos; hechos que agudizaron las consecuencias de la masacre tanto para víctimas fatales como para sobrevivientes” y destacaron que “las investigaciones posteriores determinaron que tanta muerte y dolor irreparables fueron producto de una combinación de negligencia, desidia y corrupci6n por parte de funcionarios del Gobierno de la Ciudad, los organizadores del recital y el dueño del boliche, Rafael Levy”.
“La creación de un espacio integral para la memoria, significará para sobrevivientes y familiares, una instancia reparatoria; pero a la vez afecta al conjunto del pueblo de la ciudad y el país, toda vez que Cromañón marcó un antes y un después en la historia de la corrupción política y administrativa durante el periodo democrático”, señalaron y sentenciaron que “se trata de un espacio para que las futuras generaciones puedan recordar lo que nunca más deberá ocurrir”.
FOTO: Diario Popular
