Delta del Paraná: incendios
Todos los años es lo mismo, parece nunca acabar y los responsables parecen nunca pagar las consecuencias, ¿por qué todos los años se queman las hectáreas del Paraná?¿Qué consecuencias nos trae?
Por Candela Alonso Sartori
En lo que va del año se quemaron más de 90 mil hectáreas en el Delta del Paraná, y hace meses que en Rosario y en las ciudades y pueblos que rodean el Delta del Paraná se respira aire tóxico.
Ahora mismo, mientras la ley de humedales está paralizada en el Congreso, el ministerio de Ambiente continúa recibiendo alertas por fuego en la zona que recorre Santa Fé, parte de Buenos Aires y Entre Ríos.
Estos sucesos que forman parte de la agenda de todos los años nos traen siempre las mismas preguntas: ¿Quiénes son los responsables? ¿Por qué sigue ocurriendo? ¿Quiénes aprovechan esto y quiénes permiten que esto suceda?
Ante los interrogantes, solo existe una certeza, y es que se trata de una problemática que el Estado no combate con la urgencia e importancia que amerita.
Las quemas en el delta son intencionales, se realizan con la excusa de “fortalecer el campo y mejorar el forraje para el ganado”, pero la realidad muestra que este tipo de quemas no fortalecen el crecimiento de la tierra sino que generan un daño en el ecosistema, al que le tomará muchos años recuperarse.
Entre los trabajos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se realizó un Índice de peligro de Incendios. Este, muestra que las condiciones son de un peligro muy alto y extremo en gran parte de nuestro país, debido a las condiciones de seguía que siguen predominando.
Ante este panorama de sequía, que se viene arrastrando hace casi tres años, junto con el aumento de temperatura, es muy arriesgado seguir con este tipo de practicas que arrasan el ecosistema y modifican para siempre el ambiente.
Impacto en nuestra salud
Indudablemente, este hecho nos toca más que de cerca, y como ciudadanos somos unos de los primeros en salir perjudicados por las practicas que deciden llevar a cabo un reducido número de personas.
Se trata de daños que van más allá de la “ecología”, se trata de nuestra salud como habitantes.
La Facultad de Ciencias Médicas (FCM)de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) emitió un informe relacionado con los efectos que causa en la salud de la población de Rosario y alrededores las continuas quemas en las islas y el humo que generan, situación que torna irrespirable el aire en la zona.
Según el mismo: “Como consecuencia de esta práctica irresponsable y descontrolada se multiplican nuevamente las consultas por síntomas como tos, dificultad para respirar y silbidos en el pecho”.
Esta consecuencia directa, se debe a que el humo tiene un impacto nocivo, por lo que genera irritación ocular, congestión nasal e intenso dolor de cabeza, entre otros.
Se trata de factores que empeoran, por ejemplo, el estado de las personas alérgicas y asmáticas, además de que puede afectar el sentido del olfato. En relación con estos daños, los grupos más vulnerables son los niños y niñasy los adultos mayores.
Asimismo, la FCM aseveró: “Aún a costa de la salud de la población y de la biodiversidad de la región, los agroempresarios de los humedales siguen hoy intentando extender sus riquezas”.
Humedales
Los humedales sirven como “esponjas” naturales, es decir, absorben grandes cantidades de agua y la retienen, por lo que contribuyen con las subidas de agua en lo que pueden ser épocas de lluvia.
Es por esto, entre otros motivos, que cuando se interfiere en su funcionamiento, se genera una serie de consecuencias en cadena que no hacen más que perjudicarnos.
La Ley de humedales perdió estado parlamentario dos veces, siendo la segunda el año pasado, incluso habiendo recibido media sanción.
En ella se indica la necesidad de un inventario de los ecosistemas, para una correcta protección de estos. A pesar de la importancia, hoy el proyecto sigue paralizado en Congreso.
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