El local de City Bell donde Fernando Cuacci ejerció ilegalmente como odontólogo durante más de 14 años, fue dado de bajo ayer por el Colegio de Odontólogos de La Plata luego de una solicitud presentada por la ex esposa del acusado, Patricia López Akimenco, quien figuró como titular del espacio de atención. Además, mientras la causa judicial avanza bajo las instrucciones de la fiscal Virginia Bravo, se conoció que el inmueble fue objeto de inscripciones en repudio a Cuacci.
La presentación para retirar la habilitación del local de 473 bis Nº 1481, donde Cuacci se hizo pasar por odontólogo y atendió a una innumerable cantidad de pacientes, fue realizada por su esposa, la odontóloga López Akimenco, quien hasta antes del escándalo figuró como titular del mismo. El pedido fue resuelto a referéndum de la mesa directiva del Colegio de Odontólogos, presidido por Natalia Weiler. De esta forma, quedó sin efecto la clausura preventiva que pesaba sobre el lugar «con el objetivo de resguardar la salud de la comunidad».
Se trata de una nueva medida tomada por López Akimenco tras la denuncia por «ejercicio ilegal de la presión» que impulsó el Colegio de Odontólogos el pasado 10 de agosto, ya que primero decidió divorciarse de Cuacci, luego se desligó por completo del consultorio y como tercer paso emitió un comunicado en las redes sociales en el que argumentó haber sido víctima de un estafador.
Paralelamente a la desaparición del espacio odontológico, ayer trascendió que se realizó una pintada anónima en la fachada del mismo donde podía leerse la leyenda «chorro», en repudio al falso profesional.
Asimismo, se informó que el caso atraviesa por una semana clave, ya que se realizaban por estos días los peritajes de los elementos secuestrados tras las acusaciones, entre estos fichas médicas y dispositivos tecnológicos como pendrives, un celular y computadoras.
La situación de Cuacci se complicó aún más en los últimos días porque además de no contar con título habilitante ni matrícula -información confirmada al Colegio de Odontólogos por la Facultad de Odontologia de la UNLP por medio de un comunicado en el que se indicó que el implicado fiugra como estudiante pasivo (no regular), y por lo tanto jamás egresó de la unidad académica-, declaró en la Justicia la testigo encubierta del caso por mala praxis que hizo salir a la luz su condición de «odontólogo trucho».
«Era una testigo encubierta que pidió reserva. Pero declaró con nombre y apellido y contó todo el desastre. Páginas y páginas sobre los modos de atención ahora figuran en el expediente», indicaron las fuentes.
Se informó que luego de conocerse el caso, cinco personas se acercaron al Colegio de Odontólogos para señalar que fueron pacientes de Cuacci y tuvieron problemas con sus tratamientos. Sin embargo, «al menos por ahora», dichos denunciantes no han llevado sus plantes a la Justicia,
En cuanto a la situación de López Akimenco, las fuentes señalaron que se vinculó a otro consultorio odontológico. Según supo este medio a través de consultas, por estos días la mujer no estaría ejerciendo la actividad debido a la difícil situación personal y familiar causada por el caso de Cuacci.
Mientras tanto, el tribunal de disciplina del organismo colegiado realizará una evaluación ética con respecto a López Akimenco puesto que el consultorio funcionó bajo su titularidad. Quedará en la Justicia indagar si la profesional tuvo responsabilidades en torno al desempeño de Cuacci en el consultorio que figuró a su nombre.
Fuente: El dia.
