Se trata de Raquel Irene Bergamaschi, de 43 años, oriunda de Laferrere. Su novio afirma haberla acompañado a la estación de Merlo el lunes 8 y haberla visto en la de Once el martes 9, pero sus dos hijas desconfían. La mayor de ellas, Micaela, habló con el Diario NCO y reclamó a la Justicia poder ver las cámaras de seguridad de ambas estaciones.
Por: Valeria Villanueva
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Micaela y Melina están desesperadas. Hace casi veinte días desconocen el paradero de su mamá, Raquel Irene Bergamaschi. La mujer, de 43 años, mide alrededor de 1metro 60 de estatura, es de piel blanca y tiene el pelo largo ondeado castaño oscuro, cuatro dedos más o menos por debajo de los hombros y con flequillo. Además, en el brazo izquierdo lleva tatuada una flor de lotto, una clave de sol y los nombres de las hijas, y en el antebrazo, la frase “appo dippi dappa”.
La mayor de las hijas, Micaela, de 21 años, relató al Diario NCO que lo último que saben de ella es por parte del novio, Miguel Ángel Pereyra. El hombre declaró haberla acompañado a las 6 de la mañana del pasado lunes 8 de septiembre desde la casa ella en Laferrere, cerca del kilómetro 28 de ruta 3 y a cuadras de ruta 21, hasta la estación de Merlo del ex ferrocarril Sarmiento. Media hora después se produciría el último contacto que registra el celular de la mujer.
A su vez, Pereyra, de 46 años, aseguró que la vio alrededor del mediodía del día siguiente martes 8 subiéndose a una camioneta con tres hombres y una mujer en la estación de Once.
Sin embargo, Micaela confesó que desconfía de la versión del hombre, de 46 años, ya que según sus palabras “el chabón era medio obsesivo”, “absorbente”, y solo lo vio dos veces en nueve meses que lleva de relación con su madre. Además, la joven afirmó que lo único que sabe de él es que es correntino, que “vive en Merlo con el padre y no trabaja porque supuestamente le mandan plata de un restaurant que tiene en Estados Unidos” donde vivió los últimos 25 años.
Si bien relató que su madre y Pereyra tienen una buena relación y que había planes de irse a vivir juntos, Micaela también contó que su tío, hermano de la mujer, acudió a la casa del hombre a buscarla, pero no la hallaron a ella ni a ningún rastro.
En tanto, la joven explicó que el día que desapareció, su madre se dirigía a Recoleta a la casa de su otra hija, Melina, de 18 años, para ayudarla con el cuidado de su nieta, nacida pocos días antes
Por último, confirmó que tampoco saben de ella en las clínicas, hospitales ni en la morgue, por lo que continúan con una búsqueda en la que cada minuto es vital.
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