
“Calles Sacheras” es una asociación sin fines de lucro que comenzó a funcionar a principio de año.
Fue impulsada por un grupo de jóvenes voluntarios que querían aportar al mundo su granito de arena.
El proyecto tomó ruedo porque Franco Castiglia, Martina Castiglia y Matías Vieytes se encontraban interesados en brindar ayuda a las personas que lo necesitaran, pero con un proyecto fuera de lo común. Buscaron alternativas y a raíz de la necesidad que había en la calle surgió “Calles Sacheras”.
“Al principio, la gente desconfiaba de nosotros, pero no dudamos un minuto en darle para adelante con esta iniciativa. Usamos sachets de yogurt o leche, los sellamos y después armamos bolsas de dormir y aislantes para personas en situación de calle y ponchos de lluvia para chicos de escuelas rurales”, manifestó el voluntario.
Hay mucha gente trabajando a la par de los chicos, desde las colectas hasta personas que se suman a sellar los sachets y también, la difusión de la sociedad por medio de las redes sociales. Al comienzo, no fue un trabajo fácil, pero luego se presentó la oportunidad de entregar ponchitos a los chicos de los colegios y la corporación comenzó a tener su color.
Franco Castiglia, voluntario de Calles Sacheras, vive en La Matanza y ofreció una entrevista exclusiva para Diario NCO en la cual comentó cómo empezó dicho proyecto y la solidaridad de la gente cuando se enteraron cuál era el objetivo de la iniciativa.
“Las entregas en las escuelas rurales son realizadas por padrinos de esos mismos colegios por una cuestión de distancia, pero de todos modos, nos cuentan la alegría de los chicos a la hora de recibir una prenda con un material reciclable que a otro, ese mismo elemento, le podría parecer basura”, fundamentó.
El rol del reciclaje
Castiglia explicó que rol cumplía el reciclaje en la creación de las prendas y sostuvo que al principio no fue el enfoque que buscaban, pero cuando Calles Sacheras empezó con la producción, fue inevitable darse cuenta que a la vez le estaban haciendo un bien al planeta.
“La repercusión que tuvo la página cuando la creamos fue increíble, inclusive, sentíamos que se nos estaba yendo de las manos porque cabe aclarar que todos los sachets son guardados en nuestras propias casas, pero lo bueno de todo esto fue notar que la gente se encontraba motivada a ayudarnos”, aludió.
Los organizadores utilizan una página de Instagram (@Callesacheteras) y en la misma publican los puntos de encuentro para recolectar los sachets y explican de qué forma se entregan. En primer lugar se corta el material por sus bordes sellados, se lavan con esponja y detergente, se secan para que no agarren olor ni hongos y se apilan para que ocupen el menor espacio posible.