
Charla sobre Nuevas Masculinidades en González Catán
Por Gustavo Escobar
¿Cómo se construye el cuerpo del varón? ¿Desde qué parámetros? ¿Qué normas debemos cumplir cuando somos encasillados bajo el rótulo de “varón”? ¿Qué violencias corren por el cuerpo del varón? ¿Cuáles reproduce y cuáles cuestiona? ¿Se cuestiona el varón en su ser masculino?
Estas preguntas, y muchas otras, se fueron dando en la charla que sucedió el Jueves 11 de Abril a las 18 horas en la Región Descentralizada Sur de González Catán, para charlar sobre los privilegios que se tiene al ser varón; las desigualdades del sistema patriarcal; las violencias que cometen los varones en su cotidiano y la normalización de muchas prácticas que van recrudeciendo los vínculos y las relaciones.
La invitación tenía una pregunta que, desde el enunciado mismo, incomodaba: “Y vos, ¿Sos un Macho?”, apelando a la rápida respuesta por la negativa del receptor pero que en el fondo buscaba repensar el ser varón para que, en definitiva, nos demos cuenta que muchas veces estamos mucho más cerca de ese macho que creemos no ser.
La charla la comenzó Enrique Stola, médico psiquiatra que viene trabajando la relación del patriarcado, el capitalismo y la construcción (su uso y abuso) de lxs cuerpxs. Utilizando una dinámica de referencia y exposición de los cuerpos se fue remontando rápidamente a la época de la conquista, la Europa medieval, la América originaria y el primer capitalismo, en donde la usurpación de la afectividad de los cuerpos hizo que se constituyeran, de manera primigenia, las desigualdades y los estereotipos de qué ser varón y qué ser mujer; y con ello sus funciones, tanto dentro de la casa como en la sociedad. A simple vista pareciera algo que carece de sentido pero en el análisis de este especialista, apelando a escritoras y teóricas del feminismo, se pudo llegar a la conclusión de cómo las practicas que aún se sostienen en muchas de las personas tienen un arraigo histórico desde la época de la conquista, pasando por la época colonial e incluso entrado el siglo XX. Cada acto que realizamos al día de hoy tiene una historia en nuestra genealogía sociocultural que permite algunas prácticas y niega rotundamente otras. Hacer el ejercicio de repensarlas e interpelarse unx mismx es un paso necesario para dimensionar esta situación.
Luego, los representantes del colectivo Varones Desobedientes de zona oeste, expusieron cómo surgieron, de qué modo vienen trabajando y cuál es la necesidad que ve este colectivo en el trabajo con las nuevas masculinidades. Verse interpelados desde su rol de varón y cuestionar esa masculinidad hegemónica que insiste con reglas, patrones y normas que llevan a la deshumanización en las relaciones y los vínculos; teniendo como mayor exponente de esto, la muerte de las mujeres en manos de los varones. Desde el consumo de la pornografía como instancia de educación sexual; el debut sexual consumiendo (apelando y fomentando) la prostitución; el ejercicio de poder por sobre otros grupos y por sobre las mujeres; fueron algunas de las situaciones que contaron estos compañeros que hace varios años vienen reflexionando sobre la idea de ser varón y poder encontrar otras maneras, mucho más sanas, de vincularse entre las personas. Sean varones, mujeres, travestis, trans, gays, lesbianas u otras orientaciones sexuales.
Una Mirada Clasista en el Territorio
También en la charla, que se fue enriqueciendo con el aporte y las miradas de quienes asistieron, salió a la luz la cuestión de la clase social y el territorio. Como lo dijo Enrique Stola, “existe un gaycapitalismo que goza de todos los privilegios de clase del sistema capitalista y no se cuestiona mucho desde su posicionamiento de diversidad sexual”. Eso también se remarcó desde el espacio de Varones Desobedientes como también de las personas que asistieron a la charla: el territorio y la multiplicidad de situaciones por las que pasan las personas en el conurbano marcan lxs cuerpxs, y con ello las prácticas que se sostienen y perpetúan en la desigualdad. Como dijera Stola en su intervención: “aún en la pobreza más extrema se puede encontrar un varón teniendo privilegios por sobre el cuerpo de una mujer y no se da nunca el caso inverso; que una mujer tenga una superioridad sobre el hombre”. Hernán, de Varones Desobedientes lo ejemplificó al momento de agudizar la mirada sobre los privilegios que se tiene sobre el ser varón, aún en la pobreza: “Cuando el varón se queda sin trabajo se deprime y se queda tirado en la cama. La mujer, ante la misma situación, sale a la calle, organiza la olla popular, el trueque u otras estrategias colectivas para apaliar la crisis, no hay tiempo para la depresión, es más…tiene que cuidar de ese hombre deprimido”. El privilegio a flor de piel, aún en la pobreza.
De allí la importancia de un elemento sustancialmente importante, y que cada unx de quienes participaron de la charla lo expusieron en más de una oportunidad: el territorio. La presencia en el mismo para ver la realidad más allá de la teoría y desde la práctica misma construir teoría.
Son muchas las situaciones, una más urgente que otra (y se planteó más de una vez en todo el transcurso de la charla), que el tiempo pareció agotarse rápidamente y pareció no poder cubrir todo lo que se intentaba exponer. Pero, como se dijo en la apertura, esta charla tenía el interés de no ser la primera y única, y que también muchas veces nos llevamos más preguntas que certezas, pero en esa búsqueda de respuestas vamos accionando en red y desde lo colectivo se van articulando posibilidades para, en un futuro, lograr prácticas más sanas, más liberadoras, más libres y más humanas. Por fuera del binarismo hombre/mujer; por fuera de la violencia de poseer cuerpos para la mera satisfacción personal; por fuera de un sistema que genera y perpetúa desigualdades, violencia y muerte.
Será cuestión de seguir construyendo y tendiendo puentes entre personas, espacios colectivos, organizaciones sociales, escuelas, y todas las personas a quienes este sistema no les permite vivir plenamente sus vidas. Pasó la primera charla de Masculinidades Al Sur, augurando que no será la última. Para cuestionarse, replantearse, incomodarse…y deconstruirse.
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