Muchos piensan que la obra de un artista es la producción personal de él mismo, no llegando a ver ni entender que es mucho más, que varía según los conceptos, deseos y necesidades del autor.
Redacción y dibujo: Gerardo Damián Sanchez
Fotografía: gentileza de la artista
Con este criterio se puede entender la producción como un concepto más amplio sobre la creación, muchas veces está ligada a los ámbitos educativos, entendiendo el compromiso hacia el otro, la enseñanza y el compromiso social de la acción como otra visión de creación.
Muchos maestros dejaron demostrado con sus actos en la historia que su visión de compromiso, fue su verdadero legado, la investigación y las producciones que lograban con sus alumnos, eran su obra Artística que trascendería a los hechos y a su producción personal.
La artista que paso a presentar trabaja en la Escuela Primaria N°70 de la localidad matancera de Gregorio de Laferrere, ubicada precisamente en el Barrio Luján, lindante con La Palangana.
Esta institución, conocida por los vecinos como “La 70”, es un establecimiento muy querido por la comunidad, que se ganó su respeto por todo el trabajo de contención y acompañamiento que brindan. Cabe destacar que siempre se convierte en centro de evacuados, debido a las constantes inundaciones que viven, por falta de infraestructura, entre otras cuestiones.
Hace unos años la primaria se convirtió en escuela de jornada completa con la orientación artística. En ella, los educandos aprenden y se relacionan con todos los lenguajes artísticos, brindándoles la capacitación y contención que esta comunidad merece.
Laura Rebeca Aramendi es oriunda de Villa Madero, nació en 1972, desde temprana edad dibuja y pinta. Llegó a los estudios artísticos por casualidad. En los 90’ estudiaba en el Normal Nº 4 para ser maestra de grado.
Sin embargo, al llegar a las prácticas docentes se dio cuenta de que no era lo que ella buscaba, debido a la burocracia con la que tienen que lidiar las maestras. Entonces, decidió buscar otra alternativa y comenzó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Lola Mora. Posteriormente, cursó en la escuela de cerámica.
Al comenzar a trabajar como docente del área Plástica consideró que podía trabajar y vincularse desde otra perspectiva con la enseñanza. En su producción personal se observan los grabados, dibujo y la pintura.
Al grabado lo realizó para el libro “La historia del Tango en La Matanza” del historiador Matancero Martín Biaggini. Aunque ella no se sienta artista, porque realza que se siente maestra, desde su labor desinteresado, sintiendo que su obra es el trabajo que realiza con sus educandos, porque su energía personal la brinda a los mismos, demostrando de esta manera su humildad y vocación, que la convierten en una artista con el compromiso social y educacional, brindando los trazos que sus alumnos necesitan para continuar con sus aprendizajes.
Laura expresa: “Mi obra personal es todo lo que logro con los chicos. El valor del arte plástico es encontrar un momento donde algo se puede transformar, a través de la acción, porque uno agarra cualquier cosa desde arcilla, una rama u hoja y se transforma en algo que da satisfacción, poder brindarles a los chicos un espacio donde conecten con ellos mismos realizando una actividad placentera”.
