En 1951 la Comisión Directiva de la Sociedad de Fomento de Rafael Castillo había programado una serie de actos culturales y sociales entre los cuáles se realizaría una carrera de automovilismo, en un circuito que se había preparado para tal fin.
Transcurría el verano de 1951. En el circuito en cuestión se corrían carreras de las llamadas antiguas “cafeteras” que hacían las delicias de todos los espectadores que se acercaban a ver la competencia.
Esta actividad generó mucha expectativa en el pueblo. Se presentaba un joven pupilo de Juan Manuel Fangio llamado Luis de Dios, lo que motivo que aquel caluroso verano, el afamado corredor visitara el pueblo. Por aquellos años, el Chueco era bastante conocido en el ambiente automovilístico local, venía de conquistar las 500 millas de Rafaela, donde había peleado mano a mano con un pilota francés llamado Luis Rosier, además había terminado segundo en la competencia de Máquinas Especiales de ese mismo año y hacía unos meses se había consagrada en Europa subcampeón de la Fórmula 1. Si bien todavía no era el quíntuple campeón, ya era muy conocido en el ambiente nacional e internacional.
Antes del espectáculo, Fangio fue homenajeado por el propietario de una gomería ubicada sobre la Avenida Polledo y participó también de un gran asado que se realizó en las cercanías de la iglesia vieja de Rafael Castillo, donde fue atendido por un vecino, Alfredo Montesano, que además de tener campos en Castillo se dedicaba a la venta de automóviles.
Después de la comida, Fangio y su comitiva fueron a ver la competencia que terminó al atardecer. Los vecinos que tomaron contacto con él lo recuerdan como un gran conversador y una persona muy amable, con don de gente y que causó una gran impresión entre ellos.
Ese año el Chueco se consagró por primera vez Campeón Internacional de la Fórmula 1 y también ese año presenció la muerte de su amigo y pupilo Luis de Dios al cual había ido a ver a Rafael Castillo; el joven falleció en el circuito de Sierra de Los Padres.
La pista de Rafael Castillo funcionó poco tiempo, el predio fue destinado a una fábrica de ladrillos y más tarde, en 1952, fue íntegramente loteado. De él queda un fugaz recuerdo.
Esta anécdota la contó Leonardo Racedo, en el programa de radio “Cultura desde el Pie”. Con ella iniciamos un ciclo de una serie de anécdotas históricas sobre el partido de La Matanza y la misma se encuentra en su libro “Rafael Castillo. Historia de un pueblo en el Corazón de la Matanza” de próxima aparición.
Racedo nació en la ciudad de Buenos Aires en 1975, actualmente vive en Haedo. Es Médico Veterinario y ejerce su profesión en Isidro Casanova. Cuando su actividad lo deja libre se dedica a la investigación histórica local y a la genealogía. Escribió el capítulo sobre Rafael Castillo en el libro “La Matanza: Historia de sus Pueblos” editado por el CEHLAM, en 2011. Descendiente de familias pioneras de la ciudad de Rafael Castillo, tempranamente, en la escuela secundaria, le surgió la curiosidad por la historia local y continúa dedicándose con pasión a la misma.
Donde se puede conseguier ese libro? Gracias