Número de edición 8328
La Matanza

LA BATA: Reseña de “2nd Law”, Muse.La termodinámica y el fin del mundo


Es una época muy paradigmática. Se habla mucho del concepto de crisis. Tanto en la vida, como en el mundo, en la música, en las artes. Se habla mucho de que el rock está en crisis. De que ya no salen discos interesantes y profundos.

Por Jonathan Agüero Cajal JVAC
jonathan.aguero.diarionco@gmail.com

Tal vez algo de eso sea cierto. Pero cuando uno se encuentra con estos álbumes conceptuales con una temática tan interesante y tan bizarra a la vez, como es el fin del mundo, el apocalipsis, el agotamiento de los recursos humanos, la destrucción y colapso del propio sistema capitalista con su propio gen de la destrucción; viajes a otros planetas, aliens y demás; da gusto seguir creyendo en la promesa del rock. Tomarse un poco en serio al rock&roll y tomarse la molestia de abarcar temáticas más profundas que sólo la de la linda chica que no nos da bola, merece una escuchada.
Estamos hablando de “The 2nd Law”, “La segunda Ley” en su traducción al castellano, el nuevo disco de la banda más aguerrida y operística arriba de los estadios desde Queen y Rage Against The Machine, los británicos MUSE. Muchos se preguntarán ¿qué rayos significa ese título tan político y dictador como “la segunda ley”? Hablamos de un álbum conceptual que hace referencia a las leyes de la termodinámica. La segunda ley de la termodinámica dice que “Una especie basada en el crecimiento infinito es insostenible». Habla del concepto de la entropía, es decir, el desorden de la raza humana. Una especie que agota y explora todos sus recursos no sobrevivirá. Y es cierto, lo estamos padeciendo. ¿Las inundaciones recientes en toda Matanza les suenan? ¿El huracán Sandy en EEUU? Hemos creado nuestra propia trampa, nuestro propio cementerio, el paisaje desolado que tendrán que enfrentar nuestros nietos el día de mañana, el clima subtropical que tenemos hoy en día en Argentina; y es el accionar de nuestra propia especie la responsable. Dejando de lado el aspecto más dramático del asunto, lo que nos queda en mano es un bello objeto de colección, CD+DVD, uno de los discos del año sin lugar a dudas. El cabeza a cabeza era con The Killers con su Battle Born que fue un rotundo fracaso. ¡Vallamos a desmenuzar track por track este hot list!

01 “Supremacy” Muse se abre con paso firme y galopa a toda hora para decirle al rock de estadios “¡aquí estamos (otra vez) de nuevo!”. Un poderoso y prometedor riff (de esos que tan bien sabe hacer Mathew Bellamy), de clara herencia Zeppelliana, arrolla el camino como si tratase de un cíclope gigante. La incorporación de trompetas al estilo The Killers en Sams Town, glamorosos y bien Bowies, nos hacen sospechar lo nuevo que se avecina, la nueva experimentación.

02 “Madness” Primer single de difusión del disco, llegó la hora del momento “dubstep by Muse” (atentos los de Radiohead, los están copiando muchachos) Coqueteo sensual y descarado con la electrónica que ya se venía oliendo de a poquito en anteriores placas como The Resistance y Black Holes And Revelations. Según la Rolling Stone, Chris Martin de Coldplay dijo que es la mejor canción que grabó Mathew Bellamy y compañía a la fecha. Esperemos que Coldplay no les robe la idea como vienen haciendo con Arcade Fire y Radiohead (desde sus comienzos). Las aspiraciones por parecerse (o llegarle a los talones) a Queen se notan cada vez más. Pretenciosos resultaron ser los muchachos, y es que ese solo de final recuerda mucho al mágico y encantador estilo de Brian May, el guitar hero de los rulos y del Bohemian Rapsody.

03 “Panic Station” Muse prometió y juró que nunca iba a hacer una canción funk. He aquí como las promesas se las lleva el viento. Dejando de lado esto, estamos ante una de las joyitas claves de este álbum. Muse también tiene derecho a tener su momento “Franz Ferdinand bailable”. Desde que los escoceses salieron a romper las pistas con su indie rock descarado, miles de bandas se esfuerzan a diario por tener su propia versión de “Take Me Out”.

04 y 05 “Prelude” y “Survival” Sinceramente es para sacarse el sombrero. Tal vez este redactor suene apresurado, pero podemos creer fielmente en que Muse puede llegarle en los talones a Queen (ojo, apenas). Tienen con qué. Survival (“sobreviviente”) fue la canción oficial elegida para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 donde rompieron el escenario en vivo para todos los televisores del planeta (¡qué golazo con la mano!), demostrando de lo que es capaz el caballito de batalla del rock británico. Este flaquito de barba candado de Mathew Bellamy es una miniatura exacta de Freddy Mercury y Brian May, todo en uno. All inclusive. Fuego, coros, ópera, metal y pasión para la canción más Nietzscheniana de los últimos tiempos.

06 “Follow Me” Mathew hace poco fue papá y tuvo la idea más tierna e innovadora para sellar el nacimiento de su retoño. Grabó con su celular (un Iphone) los últimos látidos del corazón del bebé antes del parto, y los usó para hacer la base de esta canción. ¿El resultado? O ese bebé tiene taquicardia o es el bebé tecno del mañana. Follow Me juega aún más con la electrónica al proponernos una suave intro con los latidos que se van fundiendo con una potente base de loops en lo que podría ser el momento más Depeche Mode de su carrera.

07 “Animals” Es aquí donde los conocimientos del melómano de rock se ponen a prueba. Nuevamente vuelven a aparecer expresamente las letras ideológicas típicas de Muse que hablan sobre el fin del mundo, el capitalismo salvaje y la teoría del caos. Para ser críticos, Muse encuentra nuevamente en su viejo tío Radiohead su musa inspiradora. “Animals” suena fuera de tiempo (más precisamente en 5/4, difícil de tocar arriba del escenario), críptico y apresurado como The Kings Of Limbs (último disco de Thom Yorke y cía.). En otras palabras, es el tema más urgente y enfermo del álbum. Termina con un audio de la bolsa de Wall Street simbolizando ese caos diario en el que vivimos. ¡Otra que la fila del banco Mathew!

08 “Explorers” O también conocida como “Alien Explorers”. La canción en sí misma es una gloria, es como una oda a la vida, un himno al corazón, su melodía llena de esperanza y agranda el pecho de paz y tranquilidad. Bien Queenesca, otra vez Queen en las influencias. También podría ser perfectamente una bella canción de cuna que crece y va ascendiendo. Pero lo más curioso es la temática de su letra que nos habla sobre como la raza humana se encamina hacia el agotamiento de todos sus recursos. Bellamy habla del ser humano como exploradores, que llenos de curiosidad lo abarcaron todo, pero que a su vez se encaminan a su propia destrucción.

09 “Big Freeze” U2 es un grupo que a pesar de su grandilocuencia y toda su pomposidad, ha sabido crear el más hermoso legado sonoro, ha sabido ayudar y promocionar a miles de pesos pesados como es Muse hoy en día (entre otros como Radiohead, Placebo, Arcade Fire, etc.). Bono creó una forma maravillosa de cantarle la vida con coros majestuosos y de selva por qué no; mientras que The Edge es el responsable de un anarco punk basado en los colchones de efectos de su guitarra, casi celestial y azulado, con puros delays. Todo esto puede apreciarse en “Big Freeze”, la canción más U2 de Muse hasta el momento, con grandes picos de adrenalina saludable para alegrar el día.

10 “Save Me” y 11 “Liquid State” Chris Wolstenholme, bajista demoledor del grupo, hace su primera incursión aportando dos canciones de su propia autoría. “Save Me” recuerda mucho a los Beach Boys y se pierde en un halo de coros típicos del rock pop contemporáneo. Habla de sus problemas con el alcoholismo y su búsqueda por la redención personal. En cambio “Liquid State”, la canción (desafortunadamente) más pesada y heavy del disco, ronda en ese “monstruo” en que se transforma por culpa de la bebida. ¡Es hora de ir a una junta AA ya!

12 “Unsustainable” y 13 “Isolated System” Instrumentales que cierran el álbum, son una declaración desesperada de este terrible futuro que se nos avecina (muy pronto). Aceptémoslo. Lo que creíamos diez años atrás como lejano, es el presente de nuestros días. El avance de las tecnologías de las comunicaciones, la soledad de las ciudades, las guerras por el petróleo, los desastres naturales. El planeta está dando señales, y acá están materializadas en dos canciones de alerta. Imaginemos un poco. Un juego de ópera donde skratchs de guitarras cibernéticamente distorsionadas nos llevan a un paisaje desolado, apocalípticamente cyberpunk. El futuro y sus ruinas. La voz de Bellamy se funde en una voz robótica y una presentadora de noticias que explica los principios de la termodinámica. Es como imaginarse una ciudad en ruinas y que el único sobreviviente que pueda relatar todo sea la voz de una computadora. ¡Miren hasta donde nos ha llevado este disco! La frase final con la que cierra el álbum es “en un sistema aislado, el desorden sólo puede aumentar”. Fin.

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