Haciendo Radio habló con Nahuel González, ingeniero, docente y creador de esta idea que acerca la tecnología de manera accesible a jóvenes con o sin discapacidad y adultos mayores.
“La idea es descentralizar el conocimiento”, afirmó.
Un programa que tiene como función crear una red de tutores que puedan ser referentes tecnológicos para la inclusión en su comunidad y otro que busca acercar los avances en el campo y democratizar el conocimiento con relación a la creación de juguetes y mouse adaptados son las bases fundamentales del plan que cada vez abarca más lugares e inserta a más gente en el país y en Latinoamérica.
En una nueva emisión de Haciendo Radio, producción del Diario NCO (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15 por la AM 850) el entrevistado contó que “es un proyecto comunitario donde trabajamos con diferentes actores de la comunidad. Desde chicos y chicas jóvenes con o sin discapacidad, hasta adultos mayores. La idea es que se puedan atender las necesidades planteadas por centros de día, usuarios finales, familias, escuelas y empresas”.
“Nosotros trabajamos a partir de tres ejes: la divulgación científica, es decir, tratar de poner en palabras simples de algo que parece complejo. El desarrollo de herramientas libres, con lo que es el software y hardware abierto y la formación sobre la tecnología para la inclusión”, precisó el entrevistado.
Asimismo, en referencia a las personas portadores de los conocimientos que luego lo replican a los demás, enfatizó: “Lo importante es pensar cómo esos profesionales que usan tecnologías puedan apropiarse de recursos gratuitos o de bajo costo para poder beneficiar a toda la comunidad”.
Casi 15 años ligado a esta causa
Ligando su carrera de ingeniero con las inquietudes sociales que lo atravesaban, a partir del año 2005 decidió poner el cuerpo y entrar de lleno en el campo tecnológico para equiparar las desigualdades. “Llegó un momento en el que el desarrollo tecnológico no había sido la barrera, sino que la tecnología no llegaba a la gente que lo necesitaba”, rememoró el entrevistado.
“La idea es que todos los elementos se desarrollen desde la comunidad con el aporte de cada uno, pudiendo validar los desarrollos y que las familias aprendan las dificultades e intereses de estos recursos”, puntualizó González.
Asimismo, reflexionó acerca del rol de docentes y gente destinaria de estos proyectos: “Los profesionales aportan las especificidades vinculadas a lo que se desea desarrollar, es decir, pensar en la colaboración de todos para construir una sociedad más justa y equitativa”.
Los cursos activos y la repercusión en la comunidad
Sobre las sensaciones que percibió tras tantos años detrás del proyecto, González indicó: “Más allá de que existan los recursos tecnológicos, muchas veces no se habilitan, no se visibilizaban ni estaban al alcance del conocimiento, por lo que la repercusión ha sido muy positiva, tanto de las personas con discapacidad, como las familias y los profesionales que intervienen”.
Actualmente, hay dos proyectos que tienen lugar bajo la tutela del entrevistado y otros profesionales: uno de formación de referentes comunitarios, en el que trabajan con distintas escuelas, y el otro llamado Jugar es algo serio donde se convoca a toda la comunidad para poder desarrollar productos de apoyo, mouses, teclados y juguetes adaptados para que todos puedan usar la tecnología.
“El curso de referentes comunitarios ya lo realizaron más de 2000 personas, desde nuestro país y en distintos puntos de Latinoamérica, ya que es virtual, abierto y gratuito. Asimismo, desde Jugar es algo serio en más de tres años de vida participaron más de 750 personas y se lograron llevar juguetes y herramientas a más de 100 chicos con discapacidad”, complementó el entrevistado.
Por último, dejó un pensamiento sobre el fin que subyace a los dos proyectos y concluyó que “la idea es descentralizar el conocimiento, que se puedan relevar las distintas necesidades de las diferentes localidades y que localmente se puedan ir resolviendo”.
