La historiadora Hilda Agostino repasó los inicios de la Universidad Nacional de La Matanza hasta su presente, al conmemorarse un nuevo año de su nacimiento.
En comunicación con el programa Improvisados de Radio Universidad, la historiadora Hilda Agostino recordó cómo fueron los primeros pasos de la Casa de Altos Estudios, en el marco de su aniversario número 26.
“Cuando se buscó la aprobación en la Cámara de Diputados no se obtuvo el respaldo necesario. Dijeron que en La Matanza no se necesitaba una universidad. Esto habla de un desconocimiento de la historia, porque nosotros tenemos un afiche, de 1920, en el que los vecinos de Aldo Bonzi pedían una”, ilustró.
Según las palabras de Agostino, la creación de la Casa de Altos Estudios “fue parte de una necesidad histórica de la época”. “Hay que tener en cuenta que fue cambiando el paradigma de para quién es el estudio universitario. Hay que recordar que, anteriormente, estos espacios eran para una elite”, reflexionó.
“Entonces, la inclusión, impulsada por el desarrollo local y social, es un paradigma novedoso. Esto solo pudo haberse caminado en el sendero de la democracia”, planteó la directora de la Junta Histórica de la Universidad.
Un “pueblo industrial”
La historiadora contextualizó a la Casa de Altos Estudios al interior de un Distrito que supo ser “un verdadero pueblo industrial durante los setenta”. En el espacio en el que abre diariamente sus puertas la Universidad, funcionó una fábrica automotriz que comenzó sus actividades en 1949.
“Nuestra intención es que podamos declarar como edificio histórico el sitio donde actualmente está alojada la administración, porque allí estuvo el espacio original”, adelantó Agostino.
