Número de edición 8322
La Matanza

Gregorio de Laferrere: Niño discapacitado recorre más de diez cuadras con su silla rota para llegar a clases

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Diego, es un chico de 11 años que vive en el Barrio Lujan 2 o también conocido como “La Palangana”, allí reside junto a toda su familia, y recorre con su silla de ruedas rota, más de diez cuadras, por calles de tierra y piedras, armadas precariamente por sus propios vecinos, junto a su madre para que una camioneta lo traslade al colegio, por lo cual los días de lluvia no puede asistir a clases donde se le suma el peligro de las inundaciones, meses atrás salvaron sus vidas de milagro, luego de que una inesperada y fuerte correntada de más de 1 metro de agua irrumpiera en su casa después de un temporal.

Cronista: Patricia Dávila
patriciasdavila@gmail.com
Fotos: Ezequiel Peralta
ezequiel73fotogr@hotmail.com

“La Palangana” o el Barrio “Lujan 2”, es una comunidad de vecinos unida que para salir adelante se reúnen para conseguir el mayor de los beneficio para cada uno de sus habitantes, que viven en situaciones precarias y de abandono, cercanos a un brazo del Rio Matanza, que es una gran amenaza latente en los momentos que un temporal azota. Dentro de este contexto vive Diego, un niño de 11 años que necesita la ayuda de todos, ya que tiene que recorrer junto a Mónica, su madre, entre piedras y tierra más de diez cuadras con su silla de ruedas rota, para que una camioneta lo traslade hacia la escuela especial a la cual asiste en González Catan, debido a que el transporte se niega a entrar al barrio por cuestiones técnicas del vehículo.

Pag.3_Diego (2)“Al colegio va por la tarde, al colegio el va tipo once y media, yo lo tengo que sacar en estas diez cuadras que es dificultoso sacarlo, porque esta todo poceado, yo lo tengo que sacar hasta llegando a ruta 21 porque la combi hasta acá no puede venir porque corre peligro que la combi se rompa y no pueda funcionar y los demás chicos se queden sin combi, nosotros vinimos a este barrio por necesidad, pero para estas cosas se nos hace casi imposible que Diego pueda ir al colegio hasta que lo asistan los medico, el se atiende en el Hospital Garrahan, los médicos son excelentes y hay veces que tenemos que faltar cuando llueve porque no podemos salir del barrio” así relató Mónica, su vivencia dentro de su rutina diaria.

Al difícil contexto en el cual vive Diego, se le suma otro problema, la disponibilidad de estar en una institución escolar acorde a sus necesidades, “desde el año pasado en el colegio me dijeron que busque otro, porque en el colegio donde está ya no lo pueden atender, porque Diego necesita algo más especializado a lo que tiene, necesita médicos enfermeras, porque a veces se pone molesto, se agrede, y los maestros que están ahí son maestros de estimulación, ellos me mandaron a un colegio de Capital, pero ahí podes entrar teniendo obra social, yo no la tengo porque todavía no tengo la pensión de Diego, y sin una pensión es imposible pagar un colegio, o una institución” resaltó.
Pag.3_Diego (3)Dentro de todas las carencias que se viven en el barrio, los servicios indispensable para la atención de una persona con discapacidad se hacen cada día más difíciles de acceder, así lo expresó esta mamá y vecina de Laferrere, “Diego necesita una silla de ruedas, porque con todo este tema de las calles y que vamos todos los días por todo lleno de piedra, se le rompió una parte, necesita que alguien venga arreglar las calles, porque ni a pasear podemos salir, tenemos que estar encerrados, tampoco ni al hospital puede seguir yendo así, son varias cosas que necesitan, la luz también estamos necesitando porque en el barrio sufrimos mucho la baja tensión y no tiene la energía suficiente para que funcione la heladera, el ventilador, el estuvo conectado a un respirador artificial, y cualquier lluvia o cambio de tiempo ya está con catarro y necesita que ande el nebulizador, no hay fuerza para que se use, muchas veces se corta la luz”.

Con respecto a las contestaciones que recibió cuando se dirigió a buscar ayuda del estado, Mónica remarcó que “cuando fui a buscar una ayuda en bolsones o comida, me dijeron que no correspondía porque corresponde a casos extremos de chicos desnutridos o casos muy especiales y tenía que llevar una constancia de que mi hijo esta desnutrido, cosa que no está por suerte, y después de vivienda hace 11 años que lo pido, desde el Garrahan me dieron un certificado por la discapacidad de mi nene y me dicen desde el gobierno que nunca hay cupo de vivienda, que no hay novedades, si pido terrenos o tierra nunca hay, si hay está muy lejos, y a mí se me hace imposible acceder a eso, estoy cansada de tanta negativa, tengo que dejar de comer yo para que mi hijo no esté desnutrido, y lo hago es el derecho del nene a tener aunque sea una bolsa de pañales y una leche”.

“Por favor que alguien se encargue de la luz, de arreglar las calles, mi otra hija los días de lluvia tampoco puede salir porque tiene agua hasta pasando la cintura, es horrible escuchar que viene la correntada y tengamos que salir rápido, que alguien se haga cargo, somos un barrio de trabajadores y mi hijo y mis vecinos no se merecen vivir en estas condiciones, todos nos ponemos de acuerdo y llenamos las calles con tierra, mejoramos todo, queremos una luz buena, una calle linda donde podamos salir todos, queremos agua limpia, para poder vivir como Diego y todos acá nos merecemos, por ser gente de trabajo” concluyó Mónica.

No obstante, Diego, necesita urgentemente una nueva silla de ruedas, para ello comunicarse con el siguiente número telefónico, a cargo de Mariana (vecina del niño): 1564670081.

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