Número de edición 8323
La Matanza

Entrevista: Vanesa Orieta: No hay “Nunca más” si hay represión y gatillo fácil

La hermana de Luciano Arruga, Vanesa Orieta, advirtió sobre la desaparición forzada y tortura de jóvenes pobres por parte de fuerzas de seguridad, aun hoy en democracia. Violencia institucional es el Estado ausente en los barrios, el hambre, la falta de vivienda y de educación, sentenció en rechazo a la baja de edad de punibilidad.

Por: Valeria Virginia Villanueva
villanueva.valeriavirginia@gmail.com

Del último golpe de Estado pasaron 4 décadas, y 34 años de la reinstauración del sistema democrático en la Argentina, pero aún hoy el gobierno tortura, desaparece y asesina a quienes debería amparar. Desde 1983, hubo 5000 víctimas de gatillo fácil, 200 desapariciones forzadas -es decir, en manos de fuerzas de seguridad- y 70.000 jóvenes privados de su libertad, todos ellos de barrios humildes y asentamientos.

Esta realidad invisible para la mayoría con la que convivimos cada día fue la que Vanesa Orieta insiste en demostrar. “En sociedades poco democráticas, en donde existe una gran desigualdad social, lo que triunfa son las leyes de control y de represión, que la sufren los más pobres, especialmente, niños, niñas y -adolescentes”, resumió la hermana de Luciano Arruga, al rechazar la baja de edad de imputabilidad como otro mecanismo de un Estado que intenta justificar la violación de derechos humanos en democracia.

Con su característica contundencia que despierta a quien la oye, Vanesa formó parte del panel de Charla Debate a 41 años del golpe cívico militar que se realizó el lunes 20 en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, sede Constitución. Junto a la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, el ex detenido y premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la miembro de la Asociación de ex detenidos desaparecidos, Margarita Díaz, convocaron a marchar este 24 de marzo por la Memoria, la Verdad y la Justicia no como homenaje o símbolo, sino como requisitos en una sociedad que se pretenda democrática y asuma los hechos de violencia institucional y represión estatal que aún se toleran.

Es desaparición forzada en democracia

“A los familiares en democracia nos cuesta horrores caratular las causas como desaparición forzada de personas, no como privación ilegítima de la libertad, porque les jode a los gobiernos de turno”, manifestó Vanesa al referirse a la lucha que le tocó vivir durante 8 años. Una peregrinación en la que, mientras buscaba a su hermano, se topó con poderes que, lejos de ser independientes entre sí, “controlan los grandes delitos de este país y de toda Latinoamérica”.

Al mismo tiempo, resulta mucho más fácil para los medios masivos de comunicación y más creíble para la opinión pública condenar a un pibe morocho que usa gorrita y vive –por ejemplo, como Luciano- en el Barrio 12 de Octubre, en La Matanza, que reflexionar sobre el rol institucional sobre el bienestar de cada ciudadano, viva donde viva (si no, ¿para qué hay gobierno?).

Sin embargo, “los pibes que están en situación delictiva son solamente un 3%, ¡y ellos lo saben! Pero también saben que, si muestran estos datos, cae inmediatamente la loca idea de bajar la ley de imputabilidad”, señaló la joven.

Es represión estatal en democracia

“Nuestros pibes en los juicios tienen que demostrar su inocencia, cuando en realidad es la justicia que debe demostrar que ese pibe es culpable”, cuestionó Vanesa sobre la represión estatal y criminalización que sufren los jóvenes pobres, que acaban por ser una suerte de “chivo expiatorio” de todos los males de la sociedad, mientras otros se enriquecen ilícitamente lejos de las villas.

“Estamos pidiendo por los derechos de los pibes, del otro lado de la General Paz y del otro lado de mi casa, esto es real”, afirmó ella y diferenció esa represión, esa violencia indiscriminada contra los pibes, de lo que el mismo Estado junto a los medios masivos instaló como “violencia institucional”, y paradójicamente sin hacerse cargo, según remarcó la joven.

Violencia institucional es miseria y desigualdad en democracia

“Si queremos hablar de violación de derechos humanos en términos de violencia institucional, empecemos. Vayamos a cualquier villa a ver cómo viven los pibes y las pibas y ustedes tienen que vivir un solo día en las condiciones que viven: en viviendas precarias, hacinados, cerca de un basural, comiendo de un basural. No tienen un plato de comida para nutrir su cuerpo y su mente. No están en igualdad de condiciones con ninguno de ustedes que están acá”, increpó a los cientos de jóvenes que oían en silencio atento y aplaudían emocionada y extensamente cada intervención de la militante.

“Nuestros pibes no acceden a una educación que les permita desarrollarse como seres humanos, es real, son excluidos de instituciones educativas. Es real, nuestros pibes se mueren por enfermedades que nadie se tiene que morir por ahí, porque no hay hospitales con insumos y profesionales suficientes. Eso es Violencia Institucional: un Estado ausente en derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes.

Donde sí está 100% presente el Estado es cuando le tienen que tirar un código penal por la cabeza, cuando lo ponen contra la pared, le ponen un arma en el pecho, lo llevan preso, lo torturan”, concluyó Vanesa.

Más efectivos no es más seguridad

“La única opción para poder tener un sueldo supuestamente digno es entrar con una beca de $3.000 pesos a cualquier universidad nacional para estudiar para ser policía -protestó la joven- es la trampa del sistema: de chico le decimos que estudie, que trabaje, y lo terminamos viendo con un fierro, una chapa y un uniforme”.

Tal proceso de radicalización que está ocurriendo, con miles de jóvenes que ingresan a las fuerzas de seguridad y avalan la represión a sus pares, es en parte responsabilidad de todos, en palabras de Vanesa: “A medida que fue creciendo el pedido de seguridad, crecieron las fuerzas de inseguridad”. Al respecto, recordó cómo en La Matanza, tras la “maldita policía”, se creó una “bonaerense 2”, luego una fuerza municipal, después llegó gendarmería y la comunal. “Todos para controlar un sector específico, los pibes”.

En la lucha, la organización

Para poder combatir esta realidad en busca de verdad y justicia, Vanesa junto a todo el panel coincidió en que la única opción es la organización entre pares, es informarse, recurrir a los medios alternativos y dejar de lado nimiedades que puedan dividir y distraer del objetivo principal: que los pibes de las villas puedan crecer en mejores condiciones y en igualdad de oportunidades.

 

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