Los internos de la Unidad 43 de González Catán crean distintos juguetes y herramientas a través de un programa solidario que busca generar mejores condiciones para ellos y su posterior salida a la vida en sociedad y la ayuda a niños del Municipio.
A partir de la idea Cristian Cañete, uno de los reclusos del lugar, comenzó a florecer uno de los tantos programas solidarios que ofrece esta cárcel, que con el trabajo manual como excusa se ayuda a niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y Trastorno General del Desarrollo (TGD) quienes reciben las creaciones de los presidiarios.
En una nueva emisión de Haciendo Radio, producción del Diario NCO (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15 por la AM 850) Javier Acosta, procurador de la Unidad, detalló sobre esta movida solidaria que “es un programa donde los internos realizan distintos objetos: juguetes y herramientas para chicos con TEA (Trastorno del Espectro Autista). Es un programa solidario, como tantos otros que tenemos en la unidad”.
Más allá de ese programa, tienen otro proyecto llamado Pizarrones que funciona hace más de cuatro años donde los internos realizan trabajos con madera, hacen mesas y sillas que luego son donados a jardines comunitarios de la zona y comedores.
Por otra parte, destacó el trabajo colaborativo que se dan entre las distintas partes implicadas en los programas solidarios: “Por suerte tenemos una mesa de trabajo importante en cuanto a las autoridades y nosotros que somos el poder judicial dentro de la unidad tenemos un diálogo constante con los internos donde solemos tener estas ideas y llevamos adelante el programa”.
Las herramientas para la reinserción en la sociedad
Adentrándose en lo que intentan generar en los reclusos de la Unidad 43 con la posibilidad de realizar actividades recreativas, Acosta precisó que “estamos hablando de personas que están detenidas. Con lo cual tratamos de brindarle herramientas para que tengan una pronta y mejor reinserción social”.
“Nosotros realizamos los elementos en la unidad, se los donamos a ellos (Vera Vera) y para así llevarlo a gente que realmente lo necesita. Entonces coordinamos esa tarea y misión solidaria”, complementó quien es parte de la Procuración General de Derechos Humanos.
Sobre el alcance de las acciones solidarias que realizan, el entrevistado puntualizó que “por el momento solo trabajamos con esta organización y estamos comenzando a contactarnos con escuelas especiales de la zona a los que también vamos a hacer este tipo de donaciones”.
“Muchos internos tienen sus hijos en jardines de la zona y ayudarlos es grandioso”
Casi sin saberlo, cada vez que quienes están privados de su libertad realizan estos juguetes y herramientas también están regalando sus creaciones a sus hijos que se encuentran fuera y yendo a jardines y colegios de La Matanza. “Recibimos donaciones de los familiares de los internos, de la misma penitenciaría y de otras que van escuchando lo que hacemos y nos acercan materiales”, aclaró Acosta.
Asimismo, enfatizó que desearía crear más programas que incluyan a todos los presos de la Unidad: “Hace mucho que venimos implementando programas, pero lamentablemente no podemos abarcar a los más de 900 internos que tenemos en la unidad, pero a los que están dentro del programa tratamos de darle la dignidad de hacer algo que va para gente de su zona”.
“Hay bastantes talleres. Es una cárcel muy peculiar en cuanto a la apertura que tenemos. También con el obispado y escuelas. Es bastante generosa la forma en que implementamos el programa para que nos acompañe gente”, se sinceró el entrevistado.
Quienes articulan y permiten todas estas labores son el director del Penal, Gustavo Ramírez, el jefe Penal, Guillermo Krell, y los subjefes Mauricio Cerdera y Darío Leal.
Conjuntamente, existen otros programas en el que se enseña a los presidiarios a arreglar televisores u otro taller de música en el que se capacitan para tocar algún instrumento. En caso de querer acercar donaciones para que sigan en pie estas actividades o recibir información sobre el tema deben enviar un mail a jacosta@mpba.gob.ar.
