Número de edición 8127
La Matanza

Carta de Bernarda Garay Ocampo, la mujer justiciera de Villa Madero

Carta de Bernarda Garay Ocampo, la mujer justiciera de Villa Madero

Carta de Bernarda Garay Ocampo, la mujer justiciera de Villa Madero. “Luego de 11 años de  haber perdido la cabeza, también recupere la razón” es mi frase de cabecera cada vez que me preguntan cómo me sentí y como me siento luego de haber vivido esta situación.

Como todos ya saben, mi nombre es Bernarda Garay Ocampo; soy la mujer que padeciendo cáncer, logré elegir por la vida y la salud.

Hace 11 años, me encontraba en la lucha más tremenda de mi vida, guardando cada centavo y sin gastar nada de más, porque padecía la terrible enfermedad mortal, que todos conocen como cáncer.

Como sabrán, existen medicamentos y tratamientos de todo tipo, clase y especie para poder combatirlo y que gane la vida. Lo que no todos tienen en cuenta, es que no siempre una persona enferma como yo, tiene acceso a esos medicamentos esenciales para continuar con vida.

Es por ello que yo, me encontraba en la ardua tarea de guardar todo el dinero que pueda para poder comprar mis medicamentos en la farmacia.

Sin embargo un día, hace aproximadamente 11 años, dos ladrones ingresaron en mi domicilio, que en aquél entonces se encontraba en la localidad de Villa Madero, en el partido de La Matanza.

Mientras uno de ellos me ataba de manos y pies con los cables del televisor, el otro se dedicaba a revolver toda mi casa hasta encontrar el dinero.

Finalmente lo encontró,  entonces ambos huyeron a toda prisa con el dinero que salvaría mi vida, ese dinero que junté con tanto esfuerzo y sacrificio, privándome de comprar muchas cosas a cada mes, para reservarlo y así poder comprarme mis remedios.

Fue tanta la adrenalina de los ladrones, pero también la mía, que al escapar, no advirtieron que olvidaban sobre la cama en la que yo me encontraba mañatada, una revolver calibre 38.

Eso fue lo que me dio las fuerzas para desatar mis nudos, saber que aún existía la posibilidad de recuperar mis remedios, que no iba a morir a causa de esta enfermedad, ni tampoco en manos de delincuentes, mi corazón palpitaba rápido mientras mis manos temblaban.

Me desaté completamente y sin pensarlo ni 1 segundo, tomé el revólver, salí a la vereda, y le disparé al ladrón. Automáticamente corrí a tomar de nuevo mi dinero, y entré a mi casa, cerré con llave y llamé a mi abogado de confianza, el Dr. Hugo Lopez Carribero, y también a la policía.

Luego de ser amenazada con 25 años de prisión, de ser llamada asesina, y que la carátula de mi causa sea “Homicidio Simple”, mi abogado, logró demostrar que jamás fue mi intensión hacerle daño a nadie.

Simplemente al ver que mi dinero destinado a medicación se iba, perdí la razón, no fui consciente de mis actos, y fui por impulso en la búsqueda de mi vida y de mi salud, que requería de aquel dinero.

Afortunadamente, luego de muchos meses y pericias, amenazas de cárcel y destratos judiciales, mi abogado logró demostrar que yo fui una víctima más en esta infortunada situación, y no fui la delincuente que buscó la muerte de nadie.

BERNARDA GARAY OCAMPO

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