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De esta forma se refirió el campeón mundial de Nado en Aguas Frías, Rubén González, sobre su esperanza de poder participar en el próximo Mundial de la especialidad que se realizará en marzo del año que viene. Por el momento no tiene asegurado su lugar en la cita ya que necesita sponsors por los gastos que representa el viaje y la estadía.
Sobre su estilo de nado en aguas frías explicó: “Es una disciplina que se practica mucho en países europeos, sobre todo en países nórdicos, pero acá empezó hace aproximadamente 10 años”.
“Fui uno de los pioneros en iniciar la disciplina en el país y pude participar del Mundial que se realizó en el país. Hace 10 años me interesó y me propuse cruzar el Canal de Beagle como un desafío personal y pude unir Argentina y Chile sin traje de neoprene en el año 2013”, amplió el entrevistado.
En la misma línea, González añadió que “desde ahí seguí en aguas frías. También crucé el Glaciar Perito Moreno y también unimos las Islas Malvinas con una amiga inglesa, por primera vez un argentino y una inglesa lo hicieron juntos esos cinco kilómetros”.
Una disciplina de riesgo, con temperaturas extremas
En la continuidad de la entrevista, González desarrolló la complejidad que supone practicar este tipo de nado en particular: “Es una disciplina de riesgo para quienes no lo practican. Esto no se practica nunca solo y cada uno debe conocer su propio cuerpo. Las prácticas se suelen hacer en Mar del Plata, Bariloche y La Patagonia y acá en Buenos Aires aprovechamos los pocos lagos que tenemos”.
“Cuando vinieron acá los europeos se sorprendieron porque siempre que el Mundial se realiza en Europa, se acondiciona un lago congelado y acá tenían el paisaje natural del Glaciar Perito Moreno”, continuó el campeón mundial de Aguas Frías.
Lo más destacado de su consagración es que pudo imponerse por sobre 158 participantes y ser el mejor de todos representando a su país tanto en 100 como en 200 metros. El entrevistado es oriundo de Ramos Mejía y también enarbola en alto el nombre de La Matanza por el mundo.
La complejidad de no poder vivir del nado
Una de las complicaciones que tiene González es que más allá de sus logros obtenidos, él no vive de esta profesión y debe repartir su tiempo entre su trabajo como profesor de inglés y las competencias en aguas frías: “Se complica la cuestión del tiempo y el dinero. El Calafate es muy caro, tiene precios turísticos y sería bueno conseguir algún patrocinador”.
Sobre un posible patrocinio, agregó que “lo que preocupa de cara al futuro es que el próximo mundial se va a realizar en Estonia y obviamente es otro precio viajar a Europa. Tuvo mucha repercusión la disciplina y se está peleando para que ingresen dentro de los Juegos Olímpicos de Invierno”.
Sobre su consagración, puntualizó: “Yo soy especialista en 500 metros, pero en el Mundial se suspendió y aposté todo a 100 y 200 metros, salí con todo y así como arranqué primero terminé en el primer lugar de punta a punta”.
“Sería bárbaro que el Municipio pueda darme los pasajes para estar en presente en Estonia. Ya lo hicieron cuando la competencia fue en El Calafate. En breve voy a ir a apoyar a los nadadores en los Juegos Bonaerenses”, concluyó el campeón mundial de nado en aguas frías.
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