Número de edición 8322
La Matanza

Aunque recibe el apoyo de familiares y gente solidaria

Roger sigue esperando…

2) La solidaridad de la gente ya se hizo notar.

Nora Adámoli
Nova.periodismo@gmail.com

El joven estadounidense que padece de esclerosis múltiple continúa aguardando por la posibilidad de acceder a una pensión para poder costear los gastos que conlleva hacerle frente a la enfermedad, producto de un accidente automovilístico. El mes pasado, NCO dio a conocer el comunicado enviado desde el Ministerio de Salud Provincial, donde se afirmaba que se lo abastecería de alimentación especial. Todavía no llegó nada.

“Ante todo, queremos recordar que desde la gobernación jamás se nos me prometió nada, solamente nos llamó un hombre llamado Ricardo (que no dio a conocer su apellido) y me pidió, como muchos lo han hecho, los papeles de mi esposo”, comentó Ginger, esposa del muchacho de 33 años.

Al respecto, agregó que “alguien dijo que el gobernador haría algo al respecto. Además, hasta se le agradeció. Pero esto no es cierto. Cuando ven la documentación de mi marido, todo queda en la nada”. Esto es así porque Roger Williams, nacido en Estados Unidos, necesita con suma urgencia entregar la documentación traducida recientemente, para poder regularizar su situación y así poder recibir algún tipo de pensión, además de una obra social que tanto le hace falta.

“De todo lo que necesita el señor que nos pediste si podíamos ayudar, en el día de hoy nos vamos a comunicar para ayudarlo en lo que respecta al Ministerio de Salud, que sería la alimentación. Lo demás corresponde al Ministerio de Desarrollo Social”, informaron mediante la red social Facebook a una trabajadora social que intervino en la cuestión.

Actualmente, es atendido en el hospital Posadas, centro de salud al que Ginger destaca por la labor que realizan con su marido. Allí le realizaron el diagnóstico y descubrieron que en caso de efectuarse una operación, podría recuperar su calidad de vida.

“Hay amigos solidarios nos han ayudado mucho en lo que respecta a la alimentación alimento y algunas otras cosas, pero nada vino de parte de nuestro gobierno. La única gestión que sí nos ofreció una mano real, es decir que tienen pensado donarnos algo, es la Embajada de Venezuela”, comentó.

Con respecto la asistencia que ya llegó, contó que se recibió un almohadón antiescaras y el colchón del mismo tipo. “Tenemos también una silla pero no es la adecuada para Roger, ya que él es muy alto y no se encuentra cómodo para cambiar de posición y evitar cualquier problema en su piel”, dijo.

“Todavía necesitamos la valvas ortopédicas para sus piernas. Algo muy favorable además es que ya tenemos las traducciones y durante esta semana ya podríamos ir a iniciar el trámite en migraciones. Esto sería genial porque se resolverían muchas cosas. Por otra parte también se nos ayuda con rehabilitación: Me ofrecieron clases de natación en Bomberitos. Si bien la pileta tiene un acceso no amigable para discapacitados como mi esposo, igual es muy lindo y sería otro tipo de ejercicio. La gente ha donado pañales, guantes de goma y gasas. Además alguien me avisó que iba a conseguirme unas toallitas con jabón para baño. Es más, hasta la gente de Lebasi ha donado Lactoserum, un producto que es muy es bueno para reponer el sistema inmune”, señaló entre tantas donaciones que aparecieron al difundir su caso en los medios.

¿Cómo se alimenta Roger?

Anteriormente, Ginger había mencionado a este medio que su marido se alimenta mediante una sonda nasogástrica, por lo que la alimentación es especial: “Gracias a la gente, tenemos provisión de comida para unos días. Muchos realizaron donaciones de alimentación por sonda, ya sea del laboratorio Aboot -Osmolite, Jevity o Ensure- o del Nutricia -Nutrison o Fortiship- o algo que se le parezca”, explicó.

“Él depende de mí en un 100 por ciento, para comer, para moverse, para hacer todo. Si bien Roger es estadounidense, jamás recibió ningún tipo de ayuda. Por eso, cuando vino aquí comenzó a tratarse en el Posadas, donde le dieron el diagnóstico final. Sin embargo, nosotros no tenemos los medios para atenderlo como corresponde porque yo tuve que abandonar mi empleo, no tenemos obra social ni cobramos una pensión”, mencionó.

El hombre se encuentra desde el mes de julio con la sonda y debe tomar dos litros de alimento por día. “Últimamente estamos tratando de hacerlo durar un poco más, porque es muy caro. Actualmente, cuesta poco más de seis mil pesos por mes”, señaló.

Ahora también se aguarda que sea diagnosticado y tratado con una angioplastia vascular, “que ayudaría mucho para mejorar su calidad de vida”.

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