Comenzó el juicio por grooming contra profesor de música
Comenzó en los Tribunales de Morón el juicio contra un docente de música, profesor de canto y subdirector de coro en dos establecimientos privados, acusado de haber seducido a una alumna de 14 años a través del WhatsApp, conducta conocida como “grooming” o “acoso sexual virtual”.
La investigación estuvo a cargo de la UFI N°1 del Departamento Judicial de Morón y se llevó a cabo con total hermetismo por tratarse de un delito del cual fue víctima una menor de edad. La mamá de la adolescente detectó los mensajes que el hombre le mandaba al celular de su hija, incluso con una fotografía de su miembro. Por ese medio la fue induciendo a tener una conducta proclive a actos sexuales mediante el envío de imágenes pornográficas por parte del acosador, incitándola también a realizarle sexo oral en un encuentro personal en la institución en la que ejercía su rol de educador. Hernán Navarro, director de la ONG declaró: “Lo que nos preocupa de esta situación es la magnitud y el trasfondo que pueda llegar a existir a raíz de este hecho donde encontramos en este perverso un contacto permanente con niños y adolescentes”.
El caso fue denunciado el año pasado en la Comisaria de la Mujer y Familia de ese distrito por la mamá de la víctima, quien recurrió a la institución Grooming Argentina para interiorizarse sobre cómo actuar frente a esta nueva problemática que atraviesa a todo el país. El juicio está a cargo del Juzgado Correccional 3, cuyo titular es el juez Eduardo Ángel Palumbo, y la sentencia se conocerá cerca del mediodía según está estipulado. El artículo 131 del Código Penal establece que las penas por este tipo de delitos van de 6 meses a 4 años de prisión.
La investigación estuvo a cargo de la UFI N°1 del Departamento Judicial de Morón y se llevó a cabo con total hermetismo por tratarse de un delito del cual fue víctima una menor de edad. La mamá de la adolescente detectó los mensajes que el hombre le mandaba al celular de su hija, incluso con una fotografía de su miembro. Por ese medio la fue induciendo a tener una conducta proclive a actos sexuales mediante el envío de imágenes pornográficas por parte del acosador, incitándola también a realizarle sexo oral en un encuentro personal en la institución en la que ejercía su rol de educador.
