
Entre el 40% y 50% del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares está asociado a trastornos metabólicos que están en alza, como la obesidad y la diabetes.
La obesidad y la diabetes ocupan un lugar central en la agenda de la comunidad médica internacional, al punto de ser consideradas dos grandes epidemias del siglo XXI. Las cifras de incidencia no paran de crecer en todo el mundo, de la mano de dos peligrosos vicios de la vida moderna: los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo.
En los últimos años, diversos estudios científicos arrojaron evidencias que corroboraron lo que muchos expertos venían advirtiendo: estas patologías tienen un impacto directo en el corazón.
“A partir de un mejor entendimiento de la relación que hay entre los trastornos metabólicos y el riesgo de desarrollar patologías cardiovasculares surge el concepto de cardiometabolismo. Se trata de una disciplina cuyo desarrollo se expandió mucho en los últimos 5 años», explicó el doctor Hugo Sanabria (MN 98220) en el estudio.
Asimismo, el de la Clínica Diabetes del ICBA Instituto Cardiovascular y jefe del Programa de Prevención Cardiovascular agregó: «Este vínculo se conocía ya desde hace tiempo, pero el avance en los conocimientos nos permitió explorar nuevas herramientas para un abordaje más integral de esta problemática”.
El experto expuso los números de incidencia que preocupan “Actualmente los factores metabólicos como el exceso de peso y la diabetes se encuentran entre los determinantes más importantes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares».
«En la Argentina, considerando la población mayor de 18 años, una de cada 10 personas presenta diabetes y 6 de cada 10 algún grado de exceso de peso. Son cifras realmente alarmantes y que se encuentran en constante aumento. Para dimensionar la gravedad de la situación, debemos tener en cuenta que entre 40 y 50% del riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular se debe a los trastornos metabólicos, según los resultados de diferentes estudios epidemiológicos”, detalló.
El riesgo de la grasa visceral
¿Cómo es que las patologías metabólicas terminan golpeando directo en el corazón? A través del exceso de grasa visceral. Si bien los tejidos grasos cumplen un rol importante en el cuerpo, ya que son un reservorio de energía, aquellos que se encuentran a nivel intraabdominal, como los que rodean a nuestros órganos internos, están directamente asociados a diversos trastornos de salud.
Existen dos parámetros muy sencillos que pueden orientar para determinar la presencia de este exceso de grasa visceral: «Son el peso corporal y la medición del perímetro de cintura. Este último parámetro se asocia a la presencia de grasa intraabdominal y nos deben alertar sobre el riesgo de desarrollo de estos trastornos cardiometabólicos».
Sin embargo, una de las complicaciones de estos factores de riesgo es que no presentan signos relevantes hasta que llegan a etapas más avanzadas. Los pacientes pueden tener valores de glucosa, presión arterial o colesterol elevados y no presentar síntoma ni ninguna señal de alerta.
Un problema actual y una mirada a futuro
El sostenido aumento en la prevalencia de la obesidad y la diabetes hace prever que en los próximos años también crecerán las complicaciones cardiovasculares que están asociadas a estos trastornos.
Un dato alarmante es que, según estimaciones del Ministerio de Salud, el 30 por ciento de los chicos en edad escolar tiene sobrepeso. Sin embargo, es posible intervenir hoy en este escenario complejo para mejorar la situación a futuro.
¿Qué pasa cuando un trastorno metabólico como la obesidad ya se ha instalado? El camino también apunta en primera instancia a alcanzar un peso saludable a través de un plan alimentario y de la actividad física, que es clave.
Algo similar sucede con los pacientes que presentan diabetes, ya que los tratamientos modernos combinados con un plan de alimentación saludable y actividad física permiten lograr no solo a un control metabólico sino que también favorecen una protección cardiovascular;
el desafío es complejo,
«En el ICBA, para conseguir un mejor resultado, tratamos estos trastornos desde un abordaje en conjunto con diferentes disciplinas. Conformamos una mirada integral a través de un grupo de trabajo que incluye educadores, nutricionistas, especialistas en diabetes y cardiología, entre otras especialidades, lo que permite definir la mejor estrategia para ofrecerles a nuestros pacientes brindando las herramientas de tratamiento y control más adecuadas para cada caso”, concluyó el estudio
Fuente fotografía: mprcomunicscion
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