La competencia con China y el aumento de los costos de producción fueron las razones que llevaron a Productos Médicos Descartables a dejar de trabajar. El dueño de la compañía le pidió una solución a funcionarios del Gobierno, pero lo único que le dijeron fue: “Si consigo un trabajo de inyección, te lo mando”.
La situación era crítica desde hacía varios meses, pero la falta de respuestas del Gobierno hizo que se tornara irremontable. Por eso, este lunes el dueño de Productos Médicos Descartables decidió frenar la producción de la única fábrica de jeringas del país.
“Al no haber respuestas la situación cada vez es peor. El principal problema es que desde China entran jeringas con precios por debajo del costo y con eso nos eliminan directamente de toda la competencia”, precisó a el dueño de la empresa, Enrique Lisjak.
Este desfavorable escenario, sumado al aumento de los costos de producción, los llevó a tomar la peor decisión. “La fábrica hoy está parada. No tenemos más materia prima, no tenemos más capital de trabajo y no tenemos forma de acceder a un financiamiento”, contó Lisjak.
Antes de tomar la difícil medida, el empresario intentó buscar una solución en el Ministerio de Producción, pero lejos de brindarle una ayuda definitiva, los técnicos le decían que “si llegaban a conseguir a alguien que necesite productos de inyección de plástico, nos los traían para que nosotros los inyectemos en la fábrica”. “Tenés una fábrica de 32 años, con todo armado para fabricar jeringas, y te dicen ‘si consigo un trabajo de inyección, te lo mando’”.
De las 80 personas que trabajaban en la firma hasta principio de este año, solamente 60 decidieron quedarse a esperar un apoyo, mientras que las 20 restantes renunciaron para buscar otro empleo.
