Número de edición 8328
GBA

Haciendo Radio: consecuencias y prevención del pie diabético

Haciendo Radio: consecuencias y prevención del pie diabético.

En una nueva columna de la doctora Virginia Rama, se encargó de analizar los daños que produce la diabetes en los pies y las precauciones que se deben tomar para no llegar a situaciones extremas.

La diabetes es una de las enfermedades más comunes en la población adulta por predisposición genética o una ineficiente alimentación, pero dentro de este problema crónico hay una variedad de situaciones que deben ser atendidas y observadas para transitar la afección con la mayor tranquilidad posible y el pie diabético es uno de los puntos importantes que con ayuda de los profesionales y del propio afectado puede evitarse sin ningún problema.

En una nueva emisión de Haciendo Radio, producción del Diario NCO (lunes, miércoles y viernes de 13 a 15) la columnista explicó que el problema aparece debido a que “es una sumatoria de daños. Primeramente, del daño vascular, que sería la mala circulación como la disminución de los pulsos periféricos, en este caso el pulso pedio que hay en la planta del pie”.

Rama, detalló que siempre se verifican los pulsos y si están disminuidos o presentan algún tipo de anomalía se piden estudios, para ver que la circulación de la sangre a los pies llegue bien. “También ocurre por el daño que se da en la neuropatía, en las terminales nerviosas, que se puede notar fácilmente por el cambio en la sensibilidad, hormigueos, entumecimientos o dolor”, reforzó la especialista.

Adentrándose aún más en la problemática, la diabetóloga añadió que el pie diabético da indicios claros cuando se presenta y puntualizó que “es como un dolor quemante, como si se tuvieran brasas calientes en la zona. También se manifiesta por distintas infecciones, ya sea una celulitis del miembro inferior o puertas de entrada en las uñas o pequeñas lesiones que los predisponen a infecciones”.

Qué debe hacer el paciente para evitar la aparición

Más allá de la buena alimentación y ejercicio físico, que son herramientas fundamentales, el diabético tiene instancias en el seguimiento con el profesional y en su vida diaria. “El paciente tiene dos exámenes. El que se hace en el consultorio y el propio todos los días de su vida en su casa. Con nosotros se hace una vez al año y solo si se presenta una lesión se vuelve a repetir. Vemos que no esté el pie seco, agrietado o con hongos y revisar las uñas, el pulso y la sensibilidad”, indicó.

Además, muchos de los afectados casi sin darse cuenta tienen vicios a la hora de caminar, lo que acarrea problemas posteriores y con respecto a eso, la profesional detalló que “a partir de eso se generan anormalidades óseas que deforman el pie. Es importante que la persona cambie el apoyo para que no salgan callos o sobrehuesos. Con una plantilla adecuada esto se puede evitar”.

“Deben usar medias de color claro. Hidratarse con cremas que contengan vitamina A y que sean de emulsión. Que se aplique en el talón, en la parte de arriba del pie y en los costados. Nunca entre los dedos de los pies porque ahí se concentra mucha humedad y si quedan restos de crema es un caldo de cultivo para la aparición de infecciones”, aconsejó la columnista.

Una última indicación que dio Rama, que es simple y efectiva, pero que muchas veces no se toma en cuenta por el trajín cotidiano, es que siempre se deben sacudir las zapatillas y ver que no tengan nada, porque al tener por prolongadas horas puesto el calzado con algún elemento dentro puede ocasionar una lesión. En lo posible utilizar calzado deportivo ancho y cómodo.

Consejos renales

Por último, la diabetóloga recordó que el estudio de 24 horas que suelen pedir de la orina, es fundamental para ver si el paciente está perdiendo proteínas, lo que luego en caso de no tratarse puede afectarse la funcionalidad del riñón y llegar hasta la instancia de diálisis.

Es preciso destacar que los riñones cumplen una variedad de funciones en el cuerpo, pero la más importante es que se comporta como un “filtro” que mantiene limpia la sangre y extrae las sustancias tóxicas que puede llegar a alojar el organismo.

“Tomar mucha agua y buen control metabólico. Cuidarse con las comidas y hacer ejercicio físico. Si tiene buenos cuidados puede estar 40 años con la enfermedad y no tener ningún tipo de daño. Pero, si no se mejoran los controles, esto avanza y daña la función renal”, concluyó la especialista.

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