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Vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires denunciaron en redes el “robo” de un espacio público

Vecinos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires denunciaron en redes el “robo” de un espacio público

Vecinos autoconvocados de Palermo acusaron al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta de privatizar una plaza pública en beneficio del restaurante Don Julio, ubicada en la calle Guatemala 4699.

“El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desmanteló la plaza Luna de Enfrente, en las calles Gurruchaga y Soler, donde jugaban nuestros hijos, paseábamos a nuestras mascotas y tomábamos mate con nuestras familias y amigos”, afirmaron los vecinos en un comunicado que se difundió en la red social Twitter.

A su vez, agregaron que se “hizo para dársela al restaurante Don Julio, que la usará con fines particulares, que es crear una huerta, con el pretexto de ´devolverle al barrio un poco de cariño´”.

Los residentes de Palermo sentenciaron que “una empresa no debe decidir qué hacer con nuestra plaza, una plaza pública que nos robaron”.

“Exigimos al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que le devuelvan la plaza a los niños y las niñas de nuestro barrio”, concluyeron los vecinos autoconvocados de Palermo.

Respuesta de la Parrilla Don Julio

 Diario NCO pudo entablar contacto con Pablo Rivero, dueño del restaurante envuelto en el conflicto.

«Claramente es falso. No es algo que nos apropiamos nosotros. Al contrario, nosotros estamos contribuyendo con una donación a la ciudad. Es un padrinazgo, lo que significa que nosotros la cuidamos a la plaza, le podemos hacer la inversión y una propuesta.

Sigue siendo una plaza pública que ahora es una huerta», explicó.

Luego, agregó que «era una plaza que tenía muy poco uso, casi nulo, sobre todo porque a la vuelta hay una plaza muy grande, que es Plaza Armenia».

Luna de Enfrente, el lugar de la discordia, es una «plaza que históricamente está desierta», afirmó Rivero.

«Nosotros lo que estamos haciendo es brindarle al barrio lo que nosotros sabemos hacer, que es la agricultura, el trabajo con alimento, para que la gente mayor pueda venir a conectarse con la naturaleza, es un lugar de contemplación, es un lugar donde la gente se puede sentar a tomar mate y hacer lo que quiera, y nosotros vamos a dar charlas», comentó.

A su vez, confirmó que «todo lo producido va para los vecinos, para comedores o para escuelas, no se lo queda Don Julio».

La propuesta, según el dueño del restaurante, se aprobó en la comuna entre la oposición y el oficialismo.

«La oposición tuvo el convenio dos semanas en su poder, y no le hizo ninguna modificación», sostuvo Rivero. Por ese motivo, él pensó que «se metió la política y que es una operación» y que «muy poca gente se está quejando, y que tienen que ver con el mundo de la política» y que no son vecinos.

El convenio

 El ocho de enero de este año se redactó la propuesta, que es la que finalmente se aprobó, y que tendrá una extensión de cinco años, con posibilidad de renovación.

Allí está asentado que el restaurante Don Julio, cuyo dueño es Pablo Rivero, tiene que hacer “capacitaciones con una frecuencia mensual a instituciones, vecinos y/o grupos”, que serán organizadas y notificadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Por otro lado, el sexto artículo del convenio hace alusión a que la parrilla “se compromete a no destinar la producción para fines propios, lucrativos y/o comerciales, siendo ésta únicamente dirigida a instituciones sociales propuestas y seleccionadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, fomentando así la creación de espacios de integración, interacción y educación sustentable para todos los vecinos, que permitan promover, difundir y sostener prácticas de agricultura urbana en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

La palabra de Guillermo, de Vecinos Autoconvocados de Palermo

 Guillermo es vecino del barrio porteño de Palermo. Se considera contrario a “este gobierno” y aseguró que no está metido en política. “Esto no se consultó con el barrio”, comentó y, a su vez, se mostró indignado al enterarse de la acusación de Rivero sobre que la gente que protesta no es del barrio, ya que esto no es así.

«Don Julio es un caos para el barrio. No hay lugar para estacionar, los coches estacionan en las bocacalles, en las ochavas», rememoró el vecino.

Además, agregó: «Del proyecto nos enteramos de un día para el otro. A mi me parece que se hizo debajo de la mesa».

«La gente está muy indignada, están con bronca», concluyó Guillermo.

Fuente imagen: Twitter Plaza Luna de Enfrente, Vecinos de Palermo.

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