Número de edición 8328
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Trabajadores y despedidos del Posadas continúan en lucha

Trabajadores y despedidos del Posadas continúan en lucha.

Convocan a un acto el próximo miércoles para exigir la reincorporación de todos los empleados echados de los últimos cuatro años.

Desde que inició la gestión macrista en el Hospital Posadas más de 1300 trabajadores fueron despedidos.  Las condiciones laborales en que se encontraban hasta ese momento facilitaron el vaciamiento de la salud pública que llevó a cabo el gobierno de Cambiemos.

Antonio Barrera trabajó veintiún años en el edificio de El Palomar como contratado. Al igual que a muchos de sus compañeros, cuando lo dejaron sin trabajo la carátula no fue despido sino “no renovación”. Pero algunos de ellos decidieron no aflojar la lucha y pusieron un kiosquito en el hall central del hospital.

El kiosquito es un enclave con doble función: permite sobrevivir a casi treinta familias, y es un símbolo fuerte de resistencia. “Es una forma de decirle a la burocracia sindical cómplice de nuestro despidos y a la dirección del hospital, que nos sacaron de nuestros puestos de trabajo pero del hospital no nos echan porque nos atalonamos ahí”, dijo Barrera.

El próximo miércoles 25 a las 10, los trabajadores del kiosquito junto a la Seccional CICOP, STS, y la Comisión de Pacientes y Vecinos del H. Posadas convocan a un acto en el hall central para armar un listado con el resto de los despedidos y presentárselo al poder político para exigir la reincorporación de todos.

Vaciamiento

 Los trabajadores que fueron echados de sus puestos eran de todos los rubros: técnicos, enfermeros, médicos. Además de las significancias personales y familiares de los despidos, las consecuencias se sienten a nivel macro. Disminuyeron notoria, cuantita y cualitativamente los servicios del hospital hacia la comunidad.

“Estos despidos traen como consecuencia la falta de atención o directamente la desaparición de muchas especialidades. Por ejemplo, cirugía cardiovascular infantil es un servicio que ya no existe, las cardiopatías genéticas del adulto tampoco existen. Hay un montón de especialidades que antes tenía el hospital y que estaban a disposición de la población, especialmente de la población pobre, de los que no tienen ingresos para asistir a una clínica privada donde están esos especialistas. Hoy ya no existen”, explicó el trabajador que hoy lucha y resiste en el kiosquito.

“El consultorio de cardiopatía congénita del adulto, en el único lugar público que se hacía era en un hospital de la Ciudad de Buenos Aires y en el Posadas. Ambos se levantaron. El adulto que tiene una patología cardíaca desde el nacimiento ya no se va a poder tratar en ningún lado”, agregó.

Que la próxima gestión reponga

Con un cambio de gobierno latente la pelea por garantizar la salud pública, gratuita y de calidad recobra la fuerza que nunca terminó de perder. Un nuevo horizonte de esperanza para reconstruir el desastre, con cimientos más sólidos que los de antaño.

“Luego del cambio de autoridades y de imagen política queremos que se comprometan a que todos los despedidos del hospital que quieran volver tengan que volver. Entendemos que tienen que volver porque nos echaron injustamente, ninguno de nosotros es ñoqui, todos tuvimos muchísimos años de trabajo, y de alguna manera el gobierno que vuelve sería el mismo que nos dejó en las condiciones totalmente favorables para que este gobierno con su política empiece a desguazar el hospital”, explicó Barrera.

Y detalló: “Yo tengo más de veinte años de trabajador y siempre estuve contratado. Tanto la burocracia sindical de ATE Morón y de UPCN dicen que a nosotros no nos despidieron, dicen que nos descontrataron. Versiones asquerosas como esa es la justificación que no es un despido. Suponiendo que va a ser el mismo gobierno que vuelve, entonces será reclamarle a ellos nuestro regreso”.

¿Hay dudas sobre la necesidad e importancia de las luchas por la salud pública?

Las palabras de Barrera las erradican: “El paciente que se atiende en el Posadas es por lo general el que no tiene obra social o que fue despedido y que no está teniendo solución a sus problemas. Por eso todos los trabajadores que fuimos despedidos tenemos que volver, porque el hospital y la sociedad nos necesitan”.

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