Número de edición 7932
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Miles de familias sufrieron por las inundaciones en el Partido

Miles de familias sufrieron por las inundaciones en el Partido.

5000 evacuados y más de 20.000 afectados.

Las intensas tormentas del viernes y el sábado propiciaron la dramática situación que vivieron los matanceros. González Catán, Gregorio de Laferrere y Virrey del Pino fueron las localidades más afectadas.

Un escenario que se volvió a repetir. En los últimos años, los vecinos comenzaron a temer la llegada de cualquier temporal y es que el Municipio sufre las consecuencias en toda la extensión de su territorio.

San Justo amaneció el sábado con calles totalmente anegadas y la nota de color la trajo la viralización de la imagen de un patrullero encallado en una de las intersecciones.

Por otro lado, la situación fue mucho más grave para los barrios más alejados de González Catán, Gregorio de Laferrere y Virrey del Pino en donde el agua no solo ingresó a las casas, sino que llegó a alcanzar los dos metros de altura.

Tristeza, incertidumbre, impotencia, bronca fueron muchos de los sentimientos que brotaron y no es para menos, la situación fue crítica y los vecinos se sintieron totalmente abandonados por las autoridades.

Diario NCO siguió de cerca la situación hablando con vecinos que hicieron llegar imágenes de sus hogares, sus barrios, pidiendo ayuda y colaborando también con quienes tenían cerca, todo un trabajo a pulmón.

Barrio Los Álamos y Barrio La Palangana

La desgracia para las familias de estas zonas del último cordón de La Matanza llegó muy temprano durante el sábado. Olga Parraz, una mujer de Los Álamos relató el clima que se estaba viviendo y cómo debieron correr a contra reloj para poder salvar sus pertenencias y ponerse a resguardo.

“En La Palangana son alrededor de 60 familias y en Los Álamos somos cerca de 45. Lo que es la parte de Los Álamos el agua cubrió absolutamente todo, acá tenemos dos ríos y ambos desbordaron y dejaron bajo agua al barrio”, contó.

Asimismo, agregó que esta inundación suma la quinta en lo que va del año, “acá caen dos gotas y pasa esto y, cuando las lluvias son tan intensas, es impresionante como los arroyos desbordan y no les da tiempo a nada a las familias para levantar sus cosas”, transmitió.

Los vecinos se auto evacuaron durante las primeras horas y la presencia de organismos oficiales tardó en llegar. Las escuelas 103, 126 y 157 pertenecientes al kilómetro 36 abrieron sus puertas para recibir a los damnificados.

Si bien en horas de la tarde la lluvia cesó, eso no significó un alivio ya que el domingo el panorama fue peor. La crecida del agua continuó y afectó a otros barrios que,hasta ese momento, no estaban inundándose.

Barrio Nicol, Puente Ezcurra, Barrio San Pedro

La desesperación inició cerca de las 22, cuando comenzaron a notar que el agua era cada vez más no había dudas, debían comenzar a movilizarse para levantar lo que podían para no perder sus cosas.

El desconcierto fue generalizado entre los vecinos del Barrio Nicol porque la tormenta ya había cesado y se esperaba un poco de tranquilidad, pero no sucedió. Nuevamente, muchos comenzaron a auto evacuarse durante la madrugada y continuó con la salida del sol.

Autoridades municipales u organismos civiles no se hicieron presentes sino hasta la tarde del domingo, aunque muchos prefirieron no abandonar sus casas por miedo a sufrir robos durante su ausencia.

La situación fue muy similar para los barrios de San Pedro y Puente Ezcurra donde muchas familias se dirigieron, por su cuenta, hacia donde el agua no llegara porque el abandono se sintió, las escuelas cercanas no estaban recibiendo a las víctimas y muchos se instalaron al costado de la Ruta Nacional N°3.

Personal de Defensa Civil se acercó al lugar muchas horas más tarde y estuvo recorriendo las zonas del kilómetro 33 en lancha rescatando a quienes no pudieron salir porque el nivel que alcanzaron las aguas fue alarmante.

Un cuadro que desbordó

Los lugares conocidos como “los kilómetros” guardaron una relación parecida, desde el 33 al 46 el estado fue alarmante. También, en los barrios de González Catán que bordean el Arroyo Las Víboras los habitantes vivenciaron la subida de más de dos metros de altura.

Crítico, alarmante y arrasador son adjetivos que quedan cortos en una realidad que golpeó a La Matanza. Muchos referentes se encontraron desconcertados y denunciaron la ausencia de autoridades del Municipio presidido por Verónica Magario.

Uno de ellos fue el presidente de la Red Solidaria de La Matanza, Fabián Cornejo, quien además dio más detalles a Diario NCO: “Había zonas llenas de agua y que todavía tenían luz y los únicos que pueden decirle a Edenor que corten el suministro es Defensa Civil, hablé con ellos y me dijeron ´no podemos cortar la luz porque el Municipio no dio la orden´”.

“En el kilómetro 38, Barrio Esperanza, el agua me llegaba al pecho. El tema es que no hay asistencia, en ningún lado hay gente del Municipio, salvo en los centros de evacuación que hay una o dos personas que se están haciendo cargo. Me resulta extraño, lejos de cualquier bandera política, nunca vi este abandono”, subrayó.

Fabián Cornejo y su red estuvieron trabajando y ayudando a los vecinos durante la madrugada del domingo los barrios de los distintos kilómetros. En esta línea, igualmente, señaló: “Lo peor no es esto, lo peor va a ser el después. El agua va a bajar, pero va a quedar la mugre, la contaminación y todo lo que deja la inundación”.

Paralelamente, este medio se comunicó con Defensa Civil quienes manifestaron que, para poder acercarse a brindar asistencia los damnificados,las personas debían enviar direcciones exactas de aquellos que necesitaban salir, aún conociendo que el lugar estaba arrasado.

Centros de evacuación y recepción de donaciones

En Gregorio de Laferrere las escuelas primarias 107 y 170 abrieron sus puertas para resguardar a las familias. En González Catán la E.P 119 funcionó también como otro centro de evacuados y en Virrey del Pino fueron tres los colegios que recibieron a las víctimas, la 103, 126 y 157.

Asimismo, se pueden acercar donaciones a las mencionadas instalaciones. Los elementos que más se necesitan son bidones de agua, ropa y calzado (tanto para adulto como para niños), alimentos, frazadas, colchones, pañales y productos de limpieza e higiene.

 

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