
Diario NCO dialogó con la docente y psicóloga, Analía Kalinec sobre su libro en el que narra su historia como hija de un ex represor.

Una niñez alegre; un padre afectuoso y compañero; un pasado oculto y una verdad que sale a luz y de pronto, todo se derrumba y la familia y la vida cambia de manera abrupta.
Esa es la cadena de sucesos que marcaron la vida e historia de la docente, psicóloga y estudiante de abogacía, Analía Kalinec, cuyo padre es el ex policía condenado por crímenes de lesa humanidad, Eduardo Kalinek, conocido como «Dr. K».
Diario NCO habló con la Analía Kalinec, para conocer detalles sobre su libro «Llevaré su nombre», en el cual brinda un relato profundo acerca de su historia y de cómo se transformó su vida cuando descubrió el secreto que guardaba su familia.
Poner en palabras la verdad
En diálogo con este medio, la entrevistada se refirió a cómo tuvo lugar la realización de su libro y también sobre lo que significó para ella el conocer la verdad sobre el pasado siniestro de su padre y el romper el mandato de guardar silencio.
Al respecto, Kalinec relató: «El libro se empezó a escribir casi sin pensarlo como libro, sino más a modo de diario íntimo; son 20 años de escritura y es un libro escrito en tiempo real».
La autora tuvo que embarcarse en un trabajo de investigación casi arqueológico entre sus recuerdos y su historia de vida para poder concretar la realización de su obra.
«Iba recopilando, en principio de manera miy íntima, mis vivencias y mi historia que empezaba a contar pensando el día en que tuviera hijos», señaló y subrayó la docente.
La historia propia y la colectiva
Cabe destacar que para Kalinec, el libro «Llevaré su nombre» no solo constituyó una forma de canalizar lo que significó para ella el descubrir la verdad sobre su padre sino que su relato también ofrece una comprensión del contexto sociopolítico de su entorno
De esta manera, la entrevistada manifestó que «en ese ir contando aparece la figura de mi papá preso y aparece el empezar a entender lo que había sucedido en la Argentina.
A su vez, la docente y psicóloga agregó y remarcó que «también aparece el asumir la condición de padre genocida con todos los miedos, las inseguridades y contradicciones».
La otra cara de papá
Por otra parte y vinculado al vínculo que mantuvo con su padre, Analía Kalinec describió que «yo ignoraba este pasado y tenía una relación de mucha cercanía con mi papá y de mucho cariño».
Sin embargo, tiempo después la vida y el destino le revelaron el lado oscuro que su padre mantuvo escondido y lo cual marcó un giro de 180 grados en esa relación afectuosa de padre e hija.
«El primer cimbronazo fue cuando él queda detenido. Yo tenía 25 años y jamás había vinculado a mi papá con la dictadura y no tenía mucha idea de lo que había sido la dictadura; yo nací en 1979 y crecí en años de impunidad donde esto no se hablaba», relató y rememoró Kalinec.
Descubrir la verdad
Al principio, la docente, desconcertada por lo que ocurría, pensó que todo se trataba de un error, que lo que escuchaba no podía ser la verdad sobre su padre; fue así que «la primera reacción fue pensar «se equivocaron».
Sin embargo, con el correr de los años, emprendió una investigación y empezó a interiorizarse sobre el tema de la dictadura hasta que finalmente en 2008, la causa se elevó a juicio oral y allí Kalinec tuvo la oportunidad de leer los testimonios de quienes fueron víctimas de su padre.
«Ese fue el punto de quiebre y el momento donde lo interpelo frente a la culpa que me generaba dudar de él. Fue un momento de mucha angustia, donde apareció el enojo familiar, el reproche por no estar apoyando a mi papá, y eso se fue trasladando a una condición emocional de mucha vulnerabilidad», recordó.
Romper mandatos
En 2010 Eduardo Kalinec recibió prisión perpetua y fue condenado por los crímenes que cometió en el llamado Circuito ABO (centros clandestinos Atlético, Banco y Olimpo) que operaron entre 1976 y 1979.
Durante el período del juicio y tras su finalización, Analía Kalinec continuó con la realización y la posterior publicación de su libro respecto de lo cual señaló: «La decisión fue personal y política también».
«También para hacer un aporte a la construcción de la memoria colectiva y tratar de entender qué pasa al interior de las familias de los genocidas y cómo se reproducen estos mecanismos de silenciamiento», sostuvo.
Sin embargo, la decisión de la entrevistada de no seguir los mandatos familiares de guardar silencio le significó una lucha difícil de afrontar puesto que su padre junto a dos de sus hermanas la demandaron por «indigna» para evitar que ella pueda heredar a su madre que falleció en 2015.
Unión por la verdad
A largo del camino que recorrió, la entrevistada pudo conocer a otras personas con las cuales comparten algo en común que es que son familiares de ex represores de la última dictadura militar argentina.
En ese punto, Kalinec y los y las familiares de ex represores se unieron para dar vida al colectivo Historias Desobedientes que ya realizó acciones como la presentación de un proyecto de Ley para que «se modifiquen los artículos del Código Penal que prohíben que los hijos puedan testificar en contra de sus padres».
Compromiso con la verdad y la justicia
Por otra parte, la autora reflexionó sobre el mensaje que puede transmitir su libro «Llevaré su nombre» y de esta manera,consideró que «creo que el testimonio tiene cierto carácter universal».
En ese sentido, la entrevistada agregó que «trata de algo tan elemental como el vínculo entre un padre y una hija y a partir de ahí pensar en esta crueldad del padre y esta cuestión siniestra que se devela frente a ese padre amoroso y esa figura de torturador y secuestrador».
Por último y para concluir, Kalinec reflexionó sobre lo que significó el libro para ella y así manifestó y enfatizó: «Es una reivindicación de la palabra y a mi la palabra me ayudó a decir, exteriorizar y es la palabra como herramienta de deliberación y de sanación».
Fuentes fotografías: laretaguardia.com.ar y lavaca.org.ar
Te pueden interesar:
https://diario-nco.com/radio
https://facebook.com/diarionco