Número de edición 8328
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En La Matanza la “innovación” es otra mentira de campaña y las mujeres lo sabemos

En La Matanza la “innovación” es otra mentira de campaña y las mujeres lo sabemos

La falta de vivienda, y violencia machista no se solucionan con slogans llamativos. ¿Qué hay detrás del discurso oficialista? Un debate con el Frente de Todos y las propuestas del FITU

Natalia Hernández

Secretaria Mujer y Género Suteba La Matanza

Precandidata concejal PTS-FITU

En La Matanza avanzan los slogans de campaña. En un acto con Alberto Fernández y Axel Kicillof, Espinoza llegó al ridículo de hablar del distrito como la ciudad de la innovación. Pero lo que avanza es la precariedad y la desocupación.

Cruzando la calle de donde realizaron el acto se encuentra el barrio San Enrique, donde hace más de una década, maestras y vecinas se pusieron a la cabeza de la lucha en contra de los negocios “de la basura” entre el municipio y Techint de Benito Roggio en la CEAMSE. La contaminación provoca enfermedades como lupus, distrofia muscular y cáncer a los habitantes de la zona. Curiosa capital de la innovación donde ni el agua es apta para consumo humano. Situación similar a la de los vecinos de Parex-Klaukol en Virrey del Pino.

Una obra por día es otro de los slogans. Gobiernan hace 38 años pero se “acordaron” un mes antes de las elecciones. En La Matanza hay 122 asentamientos precarios y según el INDEC de los 484.909 hogares, 139.671 tienen un tipo de construcción precaria (chapa, caña, paja) y tan sólo 220.762 cuentan con red cloacal. Miles de mujeres, muchas escapando de la violencia ocuparon tierras para vivir como el barrio Nueva Unión o “23 de Agosto” de Los Ceibos donde más de 400 familias habitaron el complejo abandonado por Acumar hace más de diez años. A quienes todavía el gobierno no les garantiza una vivienda digna.

La carga más pesada de las crisis siempre las llevamos las mujeres. Con trabajos cada vez más precarios y sin poder pensar en tener una vivienda. Es urgente un plan de obras públicas, en base al no pago de la deuda externa, que esté controlado por los propios laburantes y vecinos para qué no lo orienten los negocios, sino las necesidades populares.

Miles de llamados por mes, un solo refugio

Al flagelo de la vivienda se le suma la violencia machista. Hace algunas semanas, la Secretaría de Política de géneros y diversidades de La Matanza cumplió un año en el segundo distrito del conurbano bonaerense con mayor casos de violencia. Aún se hacen esperar las respuestas concretas y materiales para cambiar la vida de las mujeres que sufren violencia. El 0800 municipal, que fue creado en acuerdo con la multinacional Movistar, recibe más de 1500 llamadas por mes, pero solamente hay activo ¡un solo refugio! para las miles de mujeres que no pueden escapar de sus agresores.

En el programa Acompañar, entre mayo y junio se anotaron 6200 mujeres del distrito. Aún esperan la ayuda económica pese a que el 97% no llega a fin de mes.

En Argentina es asesinada una mujer cada 31 hora pero la partida anual del Programa Acompañar equivale a solo dos días de pagos de las Leliq.

En relación a la salud, las trabajadoras municipales denuncian la precarización y el vaciamiento de equipos de atención a la IVE e ILE que aún siguen sin contar con información ni recursos de los programas de salud sexual y reproductiva. ¿Serán las consecuencias del peso de las iglesias evangélicas en el municipio?

Parece que las prioridades son otras. 

Mis compañeros Nicolás del Caño y Myriam Bregman, presentaron cuatro veces el proyecto de ley de atención integral a las mujeres víctimas de violencia que fue cajoneado.

Crear un régimen de subsidios igual a la canasta familiar; la creación inmediata de refugios transitorios y un plan de vivienda a corto plazo financiado con impuestos progresivos a las grandes fortunas y corporaciones inmobiliarias; licencias sin restricciones para las trabajadoras, y la creación y coordinación de equipos interdisciplinarios para la prevención, atención y asistencia de las mujeres víctimas de violencia y que las trabajadoras no sean precarizadas.

Por todo esto las mujeres sabemos que nuestros derechos se conquistan en las calles, como hicimos con el aborto. Desde el FITU siempre estuvimos del mismo lado, no especulamos. En esta campaña apostamos a emerger como tercera fuerza. Conquistar bancas para fortalecer la lucha de los trabajadores, las mujeres y la juventud, que ante la profundización de la crisis es la única respuesta posible ante las políticas del gobierno a pedido del FMI.

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