Por Gastón Romero
Esta Ópera prima de ficción de la joven directora brasileña Julia Murat, coproducida por Julia Solomonoff (directora de “El último verano de la boyita” y “Hermanas”) y Felicitas Raffo.
En pueblo fantasma en el norte de Brasil. Madalena, una anciana, amasa el pan todas las mañanas y lleva su canasta al café-almacén de Antonio. Todas las mañanas camina por las vías de un tren que hace años dejó de pasar.
Todas las mañanas barre la entrada al cementerio del pueblo, asiste a misa y almuerza con los otros viejos del pueblo.La llegada de Rita, una joven fotógrafa, sacudirá la rutinaria vida de Madalena, aferrada al recuerdo de su difunto marido. El tiempo parece haberse detenido en este pueblo: Rita, observadora discreta, descubre que en los rituales silenciosos de estos campesinos se oculta una complicidad, un secreto que burla la muerte. Como en el revelado de una fotografía, el misterio se irá develando ante sus ojos jóvenes y atentos.
Palabras de la directora: La idea original de la película surgió de una imagen. En 1999 yo estaba filmando, como ayudante de dirección de mi madre la película “Brava gente brasilera”, cuando me encontré con un cementerio que había cerrado en la pequeña localidad de Forte Coimbra (Mato Grosso do Sul, en Brasil). Sus habitantes, cuando morían, tenían que ser enterrados en otra ciudad ubicada a 7 horas en barco.
Esta imagen me fascinó, y desde entonces he querido escribir una historia acerca de una anciana que quería morir, pero no podía dado que el cementerio de su aldea había cerrado. Sitúo la historia en «Vale do Paraíba», una región cercana a Río de Janeiro, zona extremadamente empobrecida producto de la crisis del café de principios del siglo, así como por el cierre de la línea de tren que pasaba por allí. Cuando comencé a desarrollar el guión, acababa de terminar la Universidad de Diseño, y pasaba días en el laboratorio de fotografía y también en un grupo que estudiaba el uso de fotografías estáticas en el cine.
En ese momento me di cuenta de que necesitaba un personaje que no fuera de la región para poner la historia en movimiento, alguien investigando la decadencia de estos pueblos. Así, creé a Rita, una joven fotógrafa, que me permitió desarrollar la historia de la Madalena, y también aporta a los planteos de la película acerca de la tradición y el conflicto entre generaciones. Esta decisión coloca a la fotografía en una posición clave, como registro y memoria, e influencia la estética de la película.
El guión: El guión fue creado en dos direcciones diferentes. Una de ellas, ya tradicional de América Latina, al estilo realismo fantástico-, como es el caso de Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, y que nos pone frente a acontecimientos imposibles para hablarnos de acontecimientos de nuestra vida cotidiana.
¿Qué pasa si en un pueblo desolado, nadie puede morir debido a que el cementerio fue cerrado? ¿Qué pasa si una mujer vive en un tiempo doble, donde el pasado y el presente se mezclan frente a sus ojos? ¿Y qué pasa si alguien quiere morir, a pesar de que todos los habitantes del pueblo son necesarios para la supervivencia de los otros? La otra dirección es una investigación documental realizada en «Vale do Paraíba»: durante dos meses viajé por la región, entrevisté y registré la vida cotidiana de los pueblos que en el siglo XIX eran parte de la zona más rica de Brasil, y ahora están en total abandono. Esto significó 100 horas de material, así como de 100 páginas de diálogos transcriptos que, después de mucho trabajo de limpieza, se utilizaron para dar vida a las líneas de los ancianos de Jotuomba. En el guión de Historias que sólo existen al ser recordadas por lo tanto, se mezcla lo documental y el realismo fantástico, su estructura se basa en películas como Still Life de Jia Zhang Ke, y After Life de Kore-eda.
El título: En una escena que no entró en el corte final, Rita decía: «Hay cosas que sólo existen cuando se las recuerda» y un hombre mayor le respondía: » y otras que se ven mejor con los ojos cerrados». Este diálogo le daba a la historia una calidad de fábula, a pesar de las condiciones documentales de la misma. Y una fábula se puede borrar en cualquier momento, ser olvidada si no se cuenta de generación en generación.
No puedo pensar en nada más simbólico: el título de la película aparece a través de un diálogo que fue borrado, abandonado, olvidado.
Premios Internacionales: Mención Cine en Construcción, Toulouse; Premio Cine Cinema Cine en Construcción, Toulouse; Premio de la asociación CCAS, Festival de Toulouse; Premio Ceux du Rail d’Oc, Festival de Toulouse; Mención especial Festival de San Sebastián; Premio Iglesia de Islandia, Festival de Reykjavík IFF; Mejor film, Festival de Abu Dhabi; Mejor actriz, Festival de Abu Dhabi Premio FIPRESCI, Festival de Ljubljana, Eslovenia; Premio de público, Festival de Varsovia, Polonia Premio de público, Festival de Santa Maria da Feira; Mejor film, Festival de Santa Maria da Feira
Mejor actriz, Festival de Santa Maria da Feira; Premio Nueva Visión de filmes latinos no festival Santa Bárbara; Premio de público, IFFR Groningen; Premio ecuménico, Festival de Cartagena Mejor film, Festival de Sofía; Talent Tape Award, Friburgo; Premio Ecuménico, Friburgo Mejor film, jurado cineclubista, Friburgo; Mejor film, Jurado Joven, Friburgo; Mejor Filme, Festival RiverRun; Mejor director, Festival de RiverRun; Mejor Fotografía, Festival de RiverRun; Mención especial para Sonia Guedes, Festival de RiverRun; Mención Especial no Festival Latino LAFF, Holanda. “Historias que so existem quando lembradas”. Elenco: Ricardo Merkin, Lisa Fávero, Sonia Guedes. Dirige Julia Murat.
98 Minutos.