A pesar de los aumentos, las jubilaciones perderán contra la inflación
Con la actualización de la variable RIPTE de la fórmula jubilatoria, el aumento de haberes no logrará compensar la inflación de 2017
Una semana después de que se anunciaran los nuevos haberes jubilatorios usando la fórmula establecida en la reforma de la ley previsional, nuevas estadísticas del Ministerio de Trabajo indican que lo que cobrarán los abuelos será menor que la inflación registrada el año pasado, al menos hasta mitad de 2018.
Luego de que se informara el valor de diciembre del índice RIPTE, la variable salarial que explica un 30% de la movilidad jubilatoria, la actualización de junio empujaría a los haberes un 5,69%. Esta suba es menor a la inflación registrada (que explica el 70% restante de la fórmula) durante el último trimestre del año pasado (6,1%), ya que las actualizaciones se llevan a cabo con rezagos temporales. El índice mostró que durante el año pasado los salarios le ganaron marginalmente a la inflación, ya que mientras los precios aumentaron un 24,8%, el RIPTE reflejó un incremento salarial del 27,1%.
Pero el cambio en el calendario de ajustes, aprobado el año pasado y con aumentos trimestrales (desfasados porque toman la inflación del período anterior), también determinará que las variaciones sean ganadoras o perdedoras. En general, los primeros meses del año son los que registran mayor inflación. Esto significa que, por lo menos a corto plazo, la actualización de junio pierde impacto.
En marzo se aplicará un aumento de 5,71%, después de la última actualización, en septiembre pasado. A las subas de precios de diciembre, los economistas privados suman un 6% acumulado en el primer trimestre. La variación en las actualizaciones es una de las razones por las que Hacienda calcula que si bien el gasto en prestaciones sociales promedia un 22% durante este año, ese gasto mes a mes puede variar entre 17% y 18%, o entre 25% y 30%.
En teoría, a partir de junio se recuperaría esa diferencia, ya que el incremento de los haberes en ese momento ajustaría por la inflación de octubre a diciembre de 2017, de acuerdo con un análisis de la Procuración del Tesoro durante el año pasado.
Por estos tipos de retraso, entre otras cosas, es que el cambio de fórmula previsional tuvo un gran costo político para el Gobierno cuando se debatió la misma durante diciembre del año pasado.
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